Epílogo

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5 años después.

Astrid estaba durmiendo cómodamente en su cama disfrutando que era su dia libre. El olor de lo que prometía ser un desayuno delicioso se filtró en sus fosas nasales provocando que se despierte. El ruido de la cocina hizo que sonría y rápidamente se levantó de la cama desperezandose y yendo al baño para tomarse una ducha y vestirse con tranquilidad.

Bajó las escaleras encaminándose a la cocina donde una ancha espalda desnuda y muy musculosa se mostraba mientras el macho de sus sueños preparaba el desayuno.

–Uhhh que sexy.–Dijo Astrid sorprendiendo a Jericó.

Él se giró y sonrió al verla. Rápidamente dejó todos los platos y se encaminó hacia ella para abrazarla y besarla.

–No más que tú, ¿Te he dicho que te ves tan jugosa y sexy con ese vestido?–Le susurró él macho en su oído y ella rió.

– Tú si sabes que decirle a una mujer que tiene el tamaño de una casa.–Dijo negando.

–Mmm pero es una casa muy hermosa.–Mormuró el macho mientras se arrodillaba y le frotaba al hinchado abdomen que contenía a su semilla creciendo.–Hola cachorro ¿Cómo estás hoy para dejar a mami disfrutar de un buen desayuno preparado por tu hábil padre?–Jericó sonrió al sentir una patadita.–Parece que estás de buen humor.

–Eso parece, porque me está dando mucha hambre.–Dijo Astrid sintiendo su boca hacer saliva.

–¡Mami!

Astrid se giró para ver a su hijo de dos años entrar corriendo con un ramo de flores hacia ella. Astrid sonrió antes de abrazarlo.

–¡Mi príncipe!–Dijo sonriendo mientras le llenaba de besos a su hijo.–¿Cómo ha amanacido hoy el bebé de mami?

–No soy un bebé mami, soy más fuerte que tú.–Dijo el pequeño primate, copia de su padre, con orgullo y luego le mostró las flores.- Te traje flores.

Astrid agarró el ramo de flores muy feliz antes de volver a llenar la cara de su hijo de besos.
Hace dos años Jericó y ella lograron un milagro: concebir a su primer hijo, Wonder.

Luego de la hipnosis, que había funcionado, todo fue más fácil. Jericó la conoció a fondo y ella a él, la confianza que se había formado  era indescriptible y también indestructible. Ella lloró varias horas en el pecho de su macho y él la consoló con todo su amor hasta que ya no había amargura en ella.
Se perdonó a si misma y entendió que las cosas tenían que suceder y no podían ser cambiadas, comprendió que que sí eso no sucedía tal vez nunca conocería a Jericó.
A su vez perdonó a su madre por todo lo que hizo y le agradeció por dejar que viva para conocer al primate de ojos rojos. Perdonó a James en su corazón pero también lo llamó y hablaron de como iban las cosas en sus vidas pero entendieron algo: aunque ambos sepan que son biológicamente padre e hija, nunca serian familia, ambos estaban muy dañados el uno con el otro y a pesar de sanar, las cicatrices de los recuerdos perduran sin embargo ya no había odio ni resentimiento, solo eran dos conocidos en este mundo amplio. Él se alegró de que Astrid esté bien y feliz disfrutando de la vida, le pidió perdón por sus crueles palabras y le contó cómo se había enamorado de su madre haciendo sentir a Astrid que realmente era la hija de un gran amor. Astrid por su lado le pidió perdón tambien por su comportamiento y también se alegró saber que él, a pesar de los años, él la recordaba a menudo.
Astrid también perdonó a su prima y a Brian, conoció a su hermosa sobrina junto a Jericó , quién ahora todos adoran en la familia gracias al visto bueno del tío Logan.
Y finalmente pidió perdón a sus tios, quienes siempre estuvieron ahí y la trataron cómo hija aún si ella creía que no le importaba a nadie, ellos estaban ahí viendola cómo hija.

Jericó vio todo ese cambio en Astrid, la vió superar toda la amargura y la negatividad en ella y en parte, muy pequeña, era gracias a él pero Jericó siempre le dice y le recuerda que nadie puede cambiar si no quiere realmente. Y Astrid quería cambiar, quería ser feliz en una vida.

–Astrid.–Dijo Jericó depositando el plato frente a ella mientras Wonder se lavaba las manos.–¿Eres feliz?

Esa era la pregunta que siempre le hacia todas las mañanas en el desayuno. No era que Jericó estaba inseguro, no, era porque el amaba que ella lo dijera ya que su felicidad era la de él.

–Muy, muy feliz.–Contestó ella dándole unos cuantos besos mientras lo abrazaba.

–Eres perfecta, mi  alma, simplemente perfecta.

Jericó le besó en los labios en un dulce beso que siempre le prometía un futuro lleno de amor y de dicha, y Astrid correspondía ese beso prometiendo que ella nunca se rendiría para obtener esa felicidad a su lado.

–¡Mami, papi!–Gruño el cachorro haciendo puchero.

–Papi solo quiere mostrar cuanto ama a mamá, Wonder.–Dijo Jericó viendo al celoso primate.

–Mami es de nosotros ¿Verdad papá?–Preguntó el cachorro mirando a su padre.

–Por supuesto, ella es el universo para nosotros. Ella es más que perfecta. Ella es nuestra...

Belleza Divina.

(*)

La Astrid del pasado sufrió muchas cosas y como esa Astrid hay muchas personas en el mundo. Está no es la historia de Jericó ni de la NE, está historia es de Astrid y las personas que se sienten como ella, a menudo él mundo olvida que cada persona tiene sus problemas y solo ellas saben qué tan grave es, pensar que el problema del otro es absurdo o estúpido está mal porque tú problema es igual que el problema de los demás es para ti. Nadie entendía a Astrid y tal vez nadie te entienda, pero eso no importa porque cada persona debe entenderse por sí misma. No existe los héroes como Superman y mucho menos como Jericó pero existen las personas y las diferentes energías, cada persona debe ser su propio superhéroe o su propio Jericó, porque nadie te rescatará si no quieres ser rescatado, nadie te amará si no te amas a ti mismo.  El mundo es cruel pero también es bonito, habrá personas que quieren ver a otras caer y otras personas que no les importa ayudar a los demás pero todas las personas son importantes.

El mundo no está en los demás, está en cada uno mismo.

Astrid entendió eso, costó mucho, pero finalmente se rescató a si misma y se dió la oportunidad de ser feliz.

Cómo dijo la madre Teresa de Calcuta: "Una gota en el océano no parece nada, pero sin esa gota el océano es menos."

Fin.

Astrid: Belleza Divina (Nuevas Especies)0.4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora