Capitulo 3

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Hice un par de pasos más para sentarme en unos de los bancos. 
La imagen de aquellos chicos se quedo en mi cabeza, en especial el rubio. Ellos no eran como las otras personas de aquí, parecían alegres. 

Sentí una sensación extraña al pensar en ese rubio. Era lindo y elegante, caminaba con gracia. Me desanimé al darme cuanta de que un chico como él nunca estaría con alguien como yo. Además talvez esta sea la única vez que lo vea.

Me levanté del banco de aquella plaza y seguí caminando con la intención de olvidar al bello joven, pero no lo logré. Seguí dando algunas vueltas por el pueblo con la esperanza de encontrar a los muchachos, pero fue en vano.

Miré la hora en un reloj grande que había en el centro de un bulevar, ya era hora del almuerzo. Fui caminando despacio en dirección a la casa.

Cuando llegué a la puerta, antes de que pudiera tocar el picaporte, mi tía se me adelanto y abrió. Su cara lucía enojada y furiosa.

-¿Donde estabas ______?- Dijo indignada mientras salpicaba algo de saliva en mi cara.
-Solo salí a caminar.-Respondí calmada
-Entra ya.- Dijo secamente.

Yo entré y ella me indico con la mano que me sentará en el sofá del living. Me senté y agache mi cabeza mirando el suelo.

-Tienes que entender mocosa. Solo vives en esta casa porque la justicia lo dijo, si fuera por mí y Helios te dejaríamos tirada y que te mueras. Nadie te necesita.- Dijo gritando.

Cuando dijo esto sentía ganas de llorar pero me mantuve fuerte porque sabía que si lo hacía solo me gritaría más.

-Si esto no te gusta, tú tienes la culpa. Tú eres la culpable de que tus padres no estén.-Dijo sin impórtale como me sintiera.

Eso rompió mi corazón. ¿Por qué tenían que recordármelo? Eso no fue mi culpa.

Salí corriendo del living y fui a mi habitación y cerré, me senté con la espalda apoyada en la puerta, mis piernas en mi abdomen y puse mi cabeza entre mis rodillas y comencé a llorar. 

Me puse a pensar en lo que Iara, mi tía, me había dicho. ¿Cómo era posible que me trataran tan mal? Después de todo yo era su sobrina, tenía su misma sangre. Pero eso no parecía importarle.

Lo que dijo acerca de mis padres me dejo muy mal. Ellos habían muerto tras un accidente de avión. Se dirigían hacia Brasil a conseguirme entradas para ver a mi grupo favorito, Sonus. Les había dicho hace mucho que quería verlos y se comprometieron a ayudarme a cumplir mi sueño.

Ahora que lo pienso mejor, mi tía tenia razón, si no fuera por mis caprichos, ellos aun estarían aquí.

Los necesitaba, estaba muy deprimida. Y mis tíos solo empeoraban las cosas.

Me levanté de donde estaba, revolví una caja con mis cosas y tomé una navaja. La miré fijamente, la puse en mi muñeca y con todo el odio hice el primer corte, mientras mis lágrimas caían. Gemí ante un corte mas profundo. La sangre no dejaba de salir. 
Guardé mi navaja. Me metí en el baño y me di una larga ducha con agua fría. 

Solo he llegado al mundo para sufrir-(Niall y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora