7. Baile exclusivo

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Savanna:

—Bienvenida...

Eros me abre la puerta y como todo un caballero, me deja pasar primero.

Dado lo curiosa que soy, paso los ojos por el departamento, más cómodo que el mío y más pequeño, aunque la sala es lo suficientemente grande, supongo que al ser Eros un amante del baile, el también baila y practica aquí.

—¿Te ofrezco algo?.—Me pregunta mientras se dirige a su equipo de sonido, Eros lo enciende y mis ojos siguen recorriendo el departamento mientras parece buscar una canción.

—No, estoy bien.

Escucho Earned It salir por los parlantes y me giro con una sonrisa.

—Buen inte...

Golpeo su pecho y sus manos van a mis caderas, mientras la canción se reproduce.


"Tu haces que esto parezca mágico, porque no veo a nadie más que a ti"


Me rio y niego con la cabeza.—Tengo dos pies izquierdos.

—No hace falta que te muevas, yo haré que lo hagas.

Rayos.


"Así que me encanta cuando llamas inesperadamente , porque odio cuando el momento es inesperado"

"Entonces cuidare de ti"


Sus movimientos son tan perfecto, incluso en un baile lento y sexy, me avergüenzo de mi misma y al menos lo paso bien.

—Soy pésima, te lo dije.

Con una sonrisa me suelta y...

—¿Me darás un exclusivo?.—Pregunto ganándome una sonrisa pícara.

Dios mío ¡Un exclusivo!

Mi sonrisa crece y me llevo una mano a los labios, enseguida lo bajo, Eros se acerca a mí y sus movimientos sexys dan inicio, en cualquier otra situación podría reírme, pero los movimientos de Eros no son nada para sacarte una carcajada.

Si no todo lo contrario.

Y en palabras propias: Para mojarte.

Justo en el coro sexy se mueve delante de mí y casi me roza, calentando partes que no debería ni calentar.

Su rostro queda pegado al mío y mis manos se ubican sobre su pecho, una sonrisa ilumina su rostro y desliza su tacto hasta la mi mano , en un movimiento rápido me hace girar y se coloca detrás de mí, con una firme mano sostiene mi cadera y recuesto todo su cuerpo contra el suyo.

Mi espalda contra su pecho, mi trasero contra su entrepierna.

Dios santo.

—No debes forzar.—Dice en mi oído, este hombre va a terminar matándome.—Déjate llevar, Savanna.

Definitivamente va a matarme.

Cierro los ojos.

Siento algo en mi trasero, mientras el calor crece más.

Separo los labios... ¿Lo que acabo de sentir es un mini Eros?

Me hace girar y nuestros ojos quedan en frente, uno al otro, su mano va directo a la mía y la otra se mantiene en mi cadera, casi con nuestros cuerpos apretándose el uno al otro, nos movemos al compás de la canción.

Greek Gods: La condición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora