10. Visita

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Savanna:

—Debiste devolverle el golpe, Eros.—Dice Zeus.

—O al menos dejarme golpearlo por ti.—Hades le da una calada a su cigarro.

Hermes añade.—Lo mejor es ignorar.

—Como a ti no te lanzaron el golpe.—Comenta Dionisio.—¿Cómo te sientes?

Retiro el hielo envuelto en el pañuelo de su ojo.

—Estoy bien, además no soy fanático de la violencia.

—Es defenderse.—Hablo yo logrando que todos se queden callados.—No porque le devuelvas el golpe tiene que ser por violencia, se llama defenderse, Eros.

El silencio continua.

Entonces, Zeus dice.—La mamá gallina ha hablado.

Enarco una ceja en su dirección.

—Y la apoyo.—Me guiña el ojo, otra vez pone su atención en Eros.—No hubiera pasado nada si lo golpeabas. Aun tienes tiempo, me dice y voy ...

Eros sonríe.

—Olvídalo, estoy bien.

—Dejara una moretón en tu rostro y no pueden vernos con moretones ¿No?.—Zeus otra vez reprocha.—Estaremos desiguales.

Eros arquea una ceja.—Tal vez deba golpear a todos en cada ojo y así quedaremos iguales otra vez.

—Creí que no eras fanático de la violencia.

—Ahora mismo me dieron ganas de golpearte, Zeus.

¿Qué rayos pasa con esos dos?

Escucho un carraspeo detrás de nosotros.

Es Abraham, quien termina por señalarme.

—Acompáñame, Savanna.

Tengo la mirada de los cinco chicos sobre mí, pero sobre todo la de Eros luce con preocupación.

Tomo un respiro y sigo a Abraham, esperando que esto no a merite un despido.






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—Golpearon a Eros frente a ti.

Y si, es un regaño.

—Lo lamento, fue un descuido... No creí que. Apareció de la nada y...—¿Cómo se supone que iba a saberlo?

Greek Gods: La condición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora