8. Otra

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Savanna:

—¿Eras policía?.—Los ojos le brillan a Lucia.

—Sí, lo era hasta que me despidieron.—Respondo mientras observo a Eros, quien nos sirve la cena.

Una sopa de pollo.

Coloca un plato frente a Lucia y comienza a servir el mío, aparto los ojos de él y le alcanzo los cubiertos a la hermanita de Eros.

—¿Y atrapabas a los chicos malos como en las películas?

—Muchos de ellos eran malos, sí. Aunque es algo diferente a las películas.

—¿Diferente?

—La sangre es real.

Sonrio.

—Increíble, también quiero ser policía.

—Olvídalo.—Le interrumpe Eros, coloca el plato frente a mi.—Sobre mi cadáver.

—Tú eres stripper y yo no te digo nada.

Arqueo una ceja en dirección a Eros.

—Eso es.. Estoy seguro que tengo una respuesta que ahora mismo no puedo darte.

Me rio, Lucia también.

—Cenen y ya no hablen de ser policía.—Él pone su atención en mi.—Me cambiare para  acompañarte.

Eros abandona la cocina y desaparece por el pasillo, ingresando a otra habitación.

Pruebo un poco de la sopa.

—Esto..

—Blas lo hizo.

Una sonrisa cruza mis labios.

—Tú me caes bien.

Alzo las cejas.

—Me caes mejor que la otra mujer.

¿Otra mujer?





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—Tu hermanita es agradable.

—También le agradaste.

Eros señala las llaves en mis manos.

—¿Manejas tu o yo?

Trago saliva y observo mis llaves.

Niego con la cabeza.—Puedo ir sola. Gracias.

Me observa con una expresión sorprendida.—¿Segura?

—Sí, tu quédate con ella. Yo puedo regresar sola.

Suelta un suspiro y asiente con la cabeza, le doy una última sonrisa antes de ingresar al coche, cierro la puerta y coloco la llave, me sobresalto en cuanto escucho los golpes en mi ventada de lado.

Mi rostro se gira y veo a Eros haciéndome indicaciones de bajar la luna, llevo mi mano a la manecilla.

Una vez bajado la luna, acerca su rostro.—¿Qué suce...

Me besa.

Sorprendiéndome y una sonrisa aparece en medio de ello, dejo que mis ojos se cierren y le devuelvo el beso, lento e increíble.

—Olvidaste algo.—Pronuncia al apartarse.

Sonrio.

—Sí, lo olvide.

Nos besamos una vez más.

Y podria besarlo toda la noche.

Y hacer otras cosas.

—Llámame cuando llegues.— Me pide.

Eros retrocede.

Asiento con la cabeza.—Te veo mañana..

Cierto, haré de niñera de niñas de papi.

Tomo un respiro, mañana sera un día difícil.

—Te veo mañana, Savanna.

Finalmente Eros se va, mantengo mi sonrisa hasta que el desaparece de mi vista y dentro de los interiores del edificio.

"Me caes mejor que la otra mujer"

Era demasiado perfecto para ser real.



Greek Gods: La condición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora