20. Celos y Verdades

15.1K 1.6K 390
                                    

Eros:

—¿Donde esta?.—La pregunta sale de mis labios en el instante en que Hades me abre la puerta, como si no pasara nada, se encuentra fumando de un cigarrillo.

—Habitación de arriba, mi cama.

—Hades.

Hades hace una mueca.—Cierra la puerta cuando entres.

Alzo ambas cejas.

¿Pretende actuar normal cuando estoy aquí?

Cierro la puerta e ingreso a su sala, mis ojos van directo hacia él, Hades apaga el cigarrillo en el cenicero y abre una botella de alcohol, coge un vaso y se atreve a ofrecerme uno.

He notado que esta pasado de copas... ¿Va a continuar bebiendo?

—¿Te sirvo uno?

No respondo y él sonríe.—Lo tomare como un no.

Se lleva el vaso a los labios, mi enojo comienza a intensificarse, más al notar que está tratando de Savanna como a las otras chicas a las que se tira.

—¿Realmente te la has tirado?.—Voy directo al punto, sin atajo alguno.

Hades se detiene por un instante, pero con los ojos sobre mi continua bebiendo hasta acabar el vaso, me ignora y se sirve otro poco, camino hacia el y cojo la botella.

—¿Cambiaste de...

Lo estrello contra el suelo.

—¿Qué mierda, Eros? ¿Sabes cuánto vale esa...

Mis manos van directo a su camisa, las suyas las levanta frente a mí, sin defenderse.

—Te juro que si te la has follado...

—¿Qué?.—Paro en seco y Hades me observa con una sonrisa de lado.—¿Vas a golpearme como a Zeus?

—Ganas no me faltan.

Permanece en silencio un par de segundos, sus ojos buscan examinarme.

—¿Qué estás haciendo aquí, Blas?

Llamarnos por nuestros nombres no es algo propio de todos los días, pasamos tanto tiempo en el club, practicando y siguiendo las reglas, que parecen momentos únicos cuando decimos el nombre de cada uno.

—Sabes porque estoy aquí, Demian.

Una sonrisa amplia cubre sus labios, termino soltándolo.

—Estas aquí porque te importa Savanna, pero te tiras a Naomi. En fin, la hipocresía.

—Sabes que...

—No necesito que tú me cuides. —Me interrumpe, me observa con un rostro enojado.—Ninguno de nosotros necesita que nos cuides, en todo caso es Zeus quien debe hacerlo ¿No? o mejor aún, déjale el papel de mamá gallina a Savanna.

—¿Crees que lo hago solo por ti? Tengo una hermana.

—¿Entonces porque estás aquí?

Mis manos se vuelven puños.

—No deberías estar aquí ...¿Has renunciado a Savanna, no?.—Junta ambas cejas.—Que no te importe si yo o cualquiera de los chicos pretende tirársela.

—¿Y lo has hecho o no?

—¿Acaso la foto no ha sido prueba suficiente?

Estoy tratando de controlarme, pero sus gestos de superioridad no me ayudan para nada.

Dejo de perder el tiempo con el y voy directo a su habitación, he estado miles de veces aquí que conozco muy bien donde duerme y donde posiblemente este ella.

Greek Gods: La condición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora