Epílogo

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Savanna:

—Hice todo lo que pude. —Me asegura Axel cerrando su portafolio.

—¿Qué significa eso exactamente?. —Pregunto confundida, Axel intenta bloquear mi mirada y cuando da un paso para fugarse de mis preguntas, yo lo detengo.

Sujeto su brazo con fuerza.

—Axel.

Aunque sus ojos no quieran verme, lo hace, el me conoce, sabe que no dejare que se vaya sin ser claro conmigo.

—¿Qué quieres decir con "Hice todo lo que pude"?

—Eso exactamente, Savanna. —Me asegura. —No pude ayudar más y es la única forma en la que pude lograr que lo soltaran.

—¿Y eso..

—Programa de protección de testigo.

Mis ojos se abren.

¿Eso quiere decir que...?

—Lo lamento, pero es lo único que pude hacer por él.

¿Eros se va?







Eros:

Todos permanecen en silencio, mis cuatro amigos se quedan callados después de escucharme darles la noticia, pongo la mirada en nuestra vigilante, Savanna tiene la mirada decaída y sus ojos se ven como si quisiera soltar las lágrimas que se ha estado aguantando desde que empecé a hablar.

—Esto es una mierda. —Y como esperaba, es Zeus quien empieza a hablar, en su caso, maldecir. —¡Esta es una reverenda mierda! ¿Hermes?

Pongo la mirada en Hermes, pasa la saliva y sus ojos suben a mi rostro, Dionisio se mantiene en silencio y Hades está fumando a su lado.

—Es injusto. —Hermes deja de apoyarse sobre la silla. —No tendrías que irte, Eros...

—No puede irse. —Vuelve a hablar Zeus, me señala, nos señala a todos. —Somos Greek Gods, los 5, no 4. ¡No puedes irte!

—Si no se va lo meten preso. —Comenta Hades.

—¡Mejor cállate, Hades!. —Intenta silenciarlo Zeus.

—No peleen. —Pide Dionisio. —No solucionaremos nada peleando y ya tenemos suficiente con esto.

Comparto una mirada con Savanna.

—Greek Gods desprestigiado por esa perra. —Suelta Zeus, con fastidio. —Abraham está siendo investigado por la policía y ahora Eros se va... ¿Qué mierda se supone que debemos hacer?

—Conseguir a otro. —Hablo yo.

Los cinco pares de ojos, dentro del club se voltean hacia mí.

—No queda de otro, deben encontrar a mi remplazo.

Hades me mira serio, Zeus con burla y Dionisio guarda silencio, Hermes se me acerca enseguida.

—¿De que estas hablando, hermano?. Greek Gods somos nosotros, los cinco. —Hermes me señala y los chicos también. —Eros, Zeus, Hermes. —Se señala así mismo, ahora el parece enojado por mis palabras. —Dionisio y Hades.

Entiendo el punto.

—Solo nosotros, nadie más va a entrar. —Me asegura. —Es ridículo que si quiera lo pienses.

—Entonces deben seguir el club ustedes mismos.

—Si lo recuperamos. —Pronuncia Hades, baja su cigarrillo. —Si la policía consigue encontrar pruebas contra Abraham, no habrá quien se haga cargo de Greek Gods.

Greek Gods: La condición de ErosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora