Lemon Tree

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❁❥︎ᶜᵃⁿᶜⁱᵒ́ⁿ: Lᴇᴍᴏɴ Tʀᴇᴇ
❁❥︎ᵃʳᵗⁱˢᵗᵃ: Fᴏᴏʟs Gᴀʀᴅᴇɴ
❥︎ᵖᵃˡᵃᵇʳᵃˢ: 1681

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Ya ni tantos limones en su cabeza valieron la pena.

Día con día al menos uno caía en su enorme cabeza, que con cariño era sobada por suaves manos enguantadas de negro terciopelo, que acariciaban su cabello cada atardecer, tomaban con delicadeza su rostro, acercaba sus labios a los propios, que resultaban tan encantadores.

Así como farsantes.

Se hubiera preferido enterar de otra forma, pero, si a acaso se lo hubiese dicho con delicadeza, significaría que sintió algo por él, por lo menos compasión.
Y Zim no quería — ni sentía — más que burlarse de él.
Humillarlo después de jugar con él.

No podía creer tales grados de cinismo.

Decir tantas cosas, con esos aires de veracidad, ¿todo fue falso? ¿Cómo que. . . no se pudo colar ni un solo sentimiento hacia el Irken entre tanta palabrería? Los versos que expresaba hacia la naturaleza que esa leve inclinación les proveía, la belleza y simbolismo que aquel árbol brindaba, el sol que se ocultaba para despedirse con un. . . ah, tan dulce beso.

Y qué Zim fuese siempre el responsable de la caída de la fruta hacia la cabeza de su "amado", solamente para embriagarlo más con su falso amor.

Pero a este punto tan confuso, dirán, ¿que mierda pasó? Especialmente como para que nuestro amado azabache se haya enterado de que todo eso no eran más que sucias calumnias del Irken.

Amor.

El amor había sido de las mayores sátiras que pudo encontrar en la cultura humana, y bien que aprendió que se podía hacer sufrir, provocar una distracción, y el freno de toda una motivación.

Así que se le ocurrió ¿y si enamoraba a su enemigo?

No era necesario. Dib ya estaba enamorado.

No fue mucho tiempo como para que Zim pudiese notar esto y usarlo a su favor.
En un comienzo paró con todo "plan", mostrándose interesado hacia el azabache, quien no pudo evitar que su corazón comenzara a bombear y bombear esperanzas, cariño, amor, que florecíera su dopamina como crece una flor en plena primavera.
A las pocas semanas de conversar y salir, se dieron su primer beso, que no hizo más que terminar de hipnotizar al mayor de los hijos Membrana, y de proveer a Zim de horas y horas de risas burlonas en la plenitud de su base.

El árbol de limones había visto toda esa transacción, en realidad, era un lugar íntimo del amante de lo paranormal desde ya hacía unos años, que sin embargo había dejado de lado desde hace unos meses.

Había decidido retomarlo junto con su novio, quién sugirió visitarlo después de que el de lentes lo mencionara en una de sus platicas, Zim mostró mucha fascinación por el lugar. . .

«Es realmente lindo»
«Aquí es mi lugar favorito, mas si estoy contigo»
«Este árbol no me quiere amor, solamente llegamos y te empezó a golpear con limones»

Exclamaba siempre esas palabras llenas de cariño, consideración y delicadeza, le parecía tan irreal, un sueño, un sueño hecho realidad, que Zim, ese alien piromaniaco se hubiese enamorado de él, que le hablara con el mayor de los cuidados, que le besara lentamente con tanta devoción, que le acariciara y viese sus ojos fijamente, tanto como para ver más allá de estos.

T͜͡w͜͡e͜͡n͜͡t͜͡y͜͡ S͜͡o͜͡n͜͡g͜͡s͜͡-s͜͡h͜͡o͜͡t͜͡s͜͡  ❣︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora