Capitulo 17

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—Muy bien, ya es hora hermanos.

—Tch...¡Acabemos con esto de una vez por todas!

—Tranquilo Teddy...Todo acabará hoy...

La luna se estaba tiñendo de color escarlata lentamente...Y la presencia indeseada de alguien se estaba haciendo más fuerte...

Habitación de Yui

—¡AY!...Me duele...— comentó adolorida mientras se agarraba el pecho.

Yui~
Ya no puedes resistir más~

—Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre....¡AY!...Venga a nosotros tu reino...¡AY!...Hágase t-tu voluntad así en la tierra como en el cielo...¡AY!

Rezar no ayudará en nada tonta~

—Nfu~ Sigue rezando Bitch-chan...Que ahora si te servirá.

—¿Raito?

Yui estaba tan mareada que ni se dio cuenta de que el vampiro y sus otros dos hermanos la habían puesto en su cama y traían elementos de exorcismo en sus manos.

—Sigue rezando chichinashi, nos estás dando una mano.

La humana no pregunto nada y siguió pidiéndole ayuda a Dios, aquel ser que todo lo puede.

—Oh Dios cristiano...A ti te imploramos; nosotros, estos tres vampiros corrompidos por el mal, que liberes a esta chica de la hija del señor de los demonios y dejes que viva su vida bajo tu manto de paz.

Quién iba a creer que tres seres inhumanos como esos, se encontrarían implorando a Dios para liberar a una chica del espíritu de la hija del señor demoníaco.

—¡AY! ¡DUELE!

—Está funcionando Raito...—dijo Ayato sorprendido por lo que estaba pasando.

La humana estaba gritando de dolor al sentir una presencia oscura siendo arrancada de su cuerpo de manera brusca. Mientras más intentaban sacar a Cordelia de su cuerpo, más dolor inundaba su frágil cuerpo.

—Dios que hiciste que Moisés abriera las aguas del Mar Rojo. ¡Libra a esta hija tuya de las garras del mal que la tienen prisionera! ¡Encierra a este ser que habita dentro de ella y que tiemble ante tu divino poder!

Mientras Raito "rezaba", los otros dos vampiros se encontraban sosteniendo a Yui de los brazos para evitar algún tipo de interrupción.

—Kanato, pásame la cruz de plata.

—Aquí tienes hermano...

—En el nombre del único Dios que existe en este mundo...¡Te ordenó, madre, que abandones este cuerpo y te vayas al infierno!

En un movimiento rápido el castaño colocó la cruz a la altura del pecho de su presa y está gritó de dolor.

—¡AAAAY! Ra-Raito ¡ME DUELE!

—Tú puedes Bitch-chan...

—Siento que la presencia de nuestra madre se está yendo...

La humana pego un último grito de dolor y finalmente quedó desmayada...

Jardín de Rosas

Ritcher, hermano de KarlHeinz, estaba yendo al encuentro con la humana que poseía el corazón de su amada...pero se quedó congelado al sentir que algo no andaba bien. Así que se teletransporto al cuarto de Yui.

—¡NO! ¡¿QUE HICIERON?!— les preguntó a sus sobrinos al ver a la humana dormida y sin tener ningún rastro de la presencia de Cordelia.

—Nos deshicimos de esa zorra, querido tío— le respondió el pelirrojo con su sonrisa arrogante.

—Y ahora nos desharemos de ti...—le dijo Kanato con mirada psicópata.

—Nfu~ perdiste tío...Jajaja.

—¡Argh! ¡NO! ¡NO! ¡NOOO!

En cuestión de segundos Ritcher sacó un puñal y se lanzó hacía el mayor de aquel trío de vampiros para
agujerear su corazón...pero algo lo detuvo.

—¿Así que para eso estaban averiguando cosas de la iglesia?— comentó Reiji acomodándose los lentes.

—Tch ¡Miren lo que causan! ¡Ustedes tres son de lo peor!

—Vaya tío...No creí que serías capaz de algo así...—soltó cierto rubio mientras sujetaba la muñeca del hermano de su padre.

—¿Shu?

—El mismo.

—Nfu~ Perdiste otra vez jiji.

En cuestión de segundos una daga atravesó el corazón del hermano de KarlHeinz y este se hizo polvo. Adiós Ritcher Sakamaki.

—Nfu~ ahora Bitch-chan está a salvo—dijo Raito acariciando suavemente los cabellos de su presa.

Los demás hermanos se retiraron de la habitación de Yui dejándola con su pervertido hermano.

—Eres una humana con mucha suerte...

—¿Raito?

El trillizo mayor se estaba por ir a otra parte de la mansión pero aquella dulce voz lo detuvo.

—Me salvaste...

Con cuidado la rubia se levantó de su cama y abrazó al vampiro como muestra de agradecimiento por lo que hizo. Por su parte, Raito se había sorprendido pero decidió quedarse serio.

—Gracias Raito...

—No es nada...bitch-chan.

bitch-chan

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