Raito Sakamaki es un vampiro pervertido y sádico, sin ninguna pizca de bondad en él.
Para él, el amor es sexo y placer.
Yui Komori es una humana inocente y buena, la bondad reina en su corazón y alma.
Su concepto del amor es distinto al de Raito.
A...
Eran las 5:30 pm, una tarde muy hermosa para realizar actividades al aire libre para los humanos, pero para los vampiros esa era su hora de dormir, sin embargo, los Sakamaki habían madrugado para recibir a la nueva novia.
—Tsk que perdida de tiempo— dijo Subaru molesto. Ellos nunca le habían dado una bienvenida así a un recipiente de sangre.
—Oye en vez de estar quejándote...¡Ayúdame a terminar la decoración del postre!— exclamó su hermano mayor, Kanato.
Obvio que él solo hacia el postre para si mismo y puso la excusa de hacerlo para darle la bienvenida a la nueva novia.
—Está bien está bien, no te enojes— respondió agarrando un adorno al azar para la decoración.
— ¡OYE! ¡Ni se te ocurra poner esa cosa en el pastel! A Teddy y a mi no nos gusta, tsudere malnacido...- exclamó el mayor.
— ¡QUE NO SOY TSUNDERE!— respondió más enojado el albino golpeando un muro.
Justo en ese instante llegó Raito dándole una nalgada a su hermano menor, eso al albino no le gustó nada que se puso más furioso de lo que ya estaba.
—¡¿OYE QUE TE PASA?!—exclamó lanzando su mirada asesina.
—Nada, hermanito. Solo que me di cuenta de lo bien formados que están tus glúteos ¿Acaso hiciste ejercicio?— preguntó el castaño con picardía.
— ¡MALDITO PERVERTIDO!—exclamó para finalmente darle una merecida patada en sus partes bajas haciendo que Raito vuele hasta la mesa donde se encontraba el postre causando que esté quede destruido.
— ¡Miren lo que hicieron!¡ Ahora por su culpa Reiji nos castigará a todos! ¡Y YO YA NO TENDRÉ MI PASTEL! Teddy, vámonos de aquí— dijo Kanato para salir corriendo de la cocina.
—¡Esto es tu culpa pervertido! ¿Y ahora que hacemos?— preguntó enojado Subaru
—Mmmm... Pues podemos comprar uno que ya este decorado en alguna panadería de la cuidad ¿Qué dices?— Era la primera vez que a Raito se le había ocurrido una idea brillante.
— Bien pensado; juntemos nuestro dinero, vayamos rápido a la cuidad y compremos el maldito pastel antes de que Reiji vuelva— propusó el menor
—Así se habla, vamos— dijo el mayor para salir.
En el trayecto a la cuidad los dos hermanos estaban quejándose del odioso sol. Si, los vampiros no eran vulnerables a aquella luz sofocante. Pero al estar tan acostumbrados a la oscuridad este les resultaba tan fastidioso que los distraía. Tanto que ni se dieron cuenta de que habían llegado a una panadería.
Por suerte lograron darse cuenta de no haber sido por el cartel que estaba ahí colgado.
—Buenas tardes jóvenes ¿Que se les ofrece?—pregunto simpática una señora como de unos 50 años de edad al verlos entrar.
—Buenas tardes señora, mi hermano y yo buscamos un pastel que este decorado adecuadamente para una dama— dijo Raito guiñándole un ojo a la señora. Ese chico era un galán hasta con las señoras. Subaru ante tal acción de su hermano mayor rodó los ojos.
—Tengo justo lo que buscan— respondió muy sonriente la señora yendo hacia una vitrina que contenía distintos pasteles de todos los colores. Entre tantos postres la mujer volvió con uno que tenía forma rectangular y finas decoraciones de crema pastelera color lila y rosa, en la parte de arriba traía rosas rojas y blancas que le daban un toque delicado al postre y en el centro estaba escrita con crema color negro la palabra "Bienvenida" con letra cursiva.
—¿De que sabor es el relleno?— preguntó Subaru.
—Tiene dos rellenos, uno es crema de frutilla y el otro es de menta, pero también pueden pedir otro pastel con distintos rellenos— respondió la señora.
—Mmm no, este está bien. Nos lo llevamos— dijo Raito.
—De acuerdo ya les pongo el pastel en una caja— contestó la agradable mujer para llevarse el pastel para guardarlo.
—Oye Raito ¿Estás seguro de que son los mismo sabores que los del anterior?—preguntó el albino a su hermano, él no iba a confiarse tan fácil.
—Descuida hermanito, Reiji dijo que no le importaba el relleno. Si el postre era decente eso ya era suficiente.
Luego de unos minutos llegó la señora con el pastel dentro de una caja, les dijo el precio a los hermanos, estos pagaron y se fueron a su mansión.
En la mansión Sakamaki
—Ufff lo hicimos y llegamos a tiempo, tuvimos suerte —dijo aliviado el albino.
—Subaru, Raito vayan a la sala principal ya va a llegar la chica— les dijo Ayato a sus hermanos y luego noto la presencia del pastel— Wow Kanato si que se lució, creí que lo único que sabía hacer era hablar con su peluche y coser vestidos para sus muñecas.
10 minutos después ya todos los hermanos se encontraban sentados en la sala esperando a su nueva presa. Todo era silencio hasta que se escucha que tocan la puerta.
—Es ella— dijo Reiji dirigiéndose a la puerta para abrirla.
Cuando el azabache abrió la puerta se encontró con una hermosa chica, tenía le pelo rubio como oro brillante, los ojos rosados como dos rubíes y la piel blanca que a simple vista parecía ser bastante suave.
—Hola me llamó Yui Komori, mi padre me dijo que viviría aquí con ustedes— dijo la joven entrando a la casa y haciendo una reverencia
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"Así que está es la nueva novia de sacrificio eeeh Nfu~ Nada mal. Bienvenida al infierno Bitch-chan" pensó Raito formando una sonrisa pervertida.