Apreté los ojos cuando otro varazo cayó en las plantas de mi pies, era el número once y podía sentir como las heridas ardían. Las gotas de sudor caían por mi frente, pero no podía hacer otra cosa mas que permanecer arrodillada en aquella plataforma de madera, y recibí los golpes en silencio. Las demás empleadas observaban expectantes, sin mencionar ninguna palabra y haciendo muecas de dolor cada vez que la madera volvía a impactar contra mí. Se estaban encargando de demostrarles a todos que no podías hacer lo que te plazca en el Palacio.
-Ni siquiera haces algún gesto de dolor -habló la Dama Park, quien se encargaba de los castigos-. Eso me molesta más, podría perdonarte incluso si te arrepientes.
-No me arrepiento -recibí otro golpe.
-¿No piensas dar alguna excusa?- apreté los ojos cuando la vara volvió a tocarme-. El eunuco Kim solo dijo que merecías un castigo por una falta, pero quisiera saber qué paso.
Me mantuve en silencio unos segundos y otro golpe cayó en mis pies.
-Si no piensas decir nada, seguiré.
No entendía porqué Jeonghan me pidió que me mantuviera callada, pero le prometí que no saldría nada de mi boca y mantendría mi palabra.
Mis pies dolían aún más, pero no quería derramar lágrimas, no permitiría que nadie me viera de esa manera. Estábamos afuera de los pabellones, así que no solo estaban observando algunas personas, sino también lo hacían todos los empleados y los guardias que estaban cerca del lugar. Mostrar mi debilidad ante tantas personas llevaría a una sola cosa, que ellos pensaran que tenían posibilidades de aprovecharse de mí y eso no pasaría.
Sentí pequeñas gotitas resbalando por mis pies y sabía que debía ser sangre.
A lo lejos pude ver al Príncipe Jisoo, quién me observó con pena, sin embargo, no se acercó. Me reprendí internamente por haber creído y esperado que él me ayudara.
-Incluso si terminas sin poder caminar parece que no llorarás -habló la mujer a mi lado.
Sentía como poco a poco perdía fuerzas, si recibía un golpe más seguro caería. Con el rabillo del ojo ví como la Dama Park volvió a levantar la vara y cerré ambos párpados, preparada para sentir el impacto.
El sonido del golpe retumbo por mi oídos, pero no recibí ninguno.Con las pocas fuerzas que tenía, gire la cabeza y pude ver que el golpe lo recibió Jeonghan en uno de sus brazos.
-¡Joven Yoon, lo lamento tanto!-exclamó la mujer que lanzó el golpe.
-Detente ahora.
-No puedo hacer eso, ella está recibiendo el castigo por ser una insolente. No solo se atrevió a desobedecer ordenes, sino que también tomo algo que iba destinado al Príncipe Heredero.
-Ella lo hizo porque yo se lo pedí -escuché la voz del Príncipe Wonwoo a mis espaldas-. Si van a castigar a alguien que sea a mí.
-Por supuesto que no, Alteza-dijo con miedo en su rostro-. Es solo que ella no quiso hablar.
-También le pedí que no dijera nada.
-Lo lamento demasiado Alteza-habló la mujer mientras se inclinaba-. No volverá a a ocurrir.
Jeonghan se acercó a mí y lo observé con debilidad, no podía leer que quería decir con su expresión pero parecía molesto. Se inclinó con cuidado para sujetarme y llevarme entre sus brazos, así nos fuimos alejando poco a poco del lugar.
-Bájame -le ordené-. Tu brazo, aún estás lastimado, bájame.
Jeonghan se detuvo y su rostro se endureció, me observó con ira en la mirada.
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Fallin Flower (JEONGHAN SEVENTEEN)
Fanfiction"Aquel joven estaba frente a un gran árbol de cerezos, observando los pétalos que iban cayendo y bailando como el aire. No extendía sus manos para sostener ninguno de estos, solo se concentraba en contemplarlos con un rostro que mezclaba tristeza y...