Faltaba tan solo una semana más para llegar al tercer mes de embarazo, según las investigaciones realizadas por Hua Cheng y los oficiales celestiales los primeros tres meses serían los más importantes, cualquier cambio brusco en su rutina podían provocarle un aborto espontaneo, y por ello, todos lo habían sobre protegido demasiado.
Xie Lian no podía esperar a que por fin lo soltarán un poco, el único lugar donde lo dejaban estar solo era el baño, y a veces podía jurar que Hua Cheng lo esperaba afuera poniendo especial atención a algún tropezón suyo.
Podía sentirse un poco, demasiado torpe, tenía algunos antecedentes, pero al menos no esperaba que su suerte siempre fuera tan mala ¿Verdad?, al menos ahora no tenía esos brazaletes malditos sobre él.
Feng Xin y Mu Qing habían estado demasiado ocupados atendiendo los asuntos de Xie Lian y los suyos propios, por lo que no pudo verlos los últimos días, su rutina consistía en pasear por la ciudad fantasma y conversar con sus ciudadanos.
En algunas ocasiones se detenía un momento en el casino y sentía que deliberadamente lo dejaban ganar, si tiraba un número muy bajo entonces ganaba quien tuviera el menor, si llegaba a tirar un número alto pasaba de igual manera y si el valor era intermedio, ganaba aún así, quizás solo no entendía la lógica de esos juegos de azar, pero estaba casi seguro que lo estaban dejando ganar.
El rey fantasma se encontraba ausente desde dos días antes, para el dios resultaba demasiado extraño, después de no despegarse de su lado podía sentirse un poco solo, sabía que tenía demasiadas responsabilidades pero no podía dejar de ser egoísta y querer acapararlo para si mismo.
Su corazón dolía de solo pensar el tiempo que Hua Cheng tuvo que esperarlo, con unos días el sentía como su alma quemaba, demasiado absorto en sus pensamientos comenzó a jugar con el pequeño hilo rojo atado en su dedo, el manto de la noche ya se encontraba en su cúspide y el ruido a su al rededor lentamente bajaba algunos decibeles.
La ciudad fantasma se animaba por las noches, pero después de enterarse de la noticia del pequeño príncipe, los fantasmas disminuían su alboroto y se retiraban temprano de las calles, sobre todo de las calles aledañas a Paradise Manor.
Mirando el espacio vacío junto a su cama unas lagrimas se desbordaron en una cascada continua, solo estaba recordando el pasado y los sentimientos lo abrumaron, en la silenciosa habitación sus sollozos eran muy poco audibles.
Cuando Hua Cheng encontró al dios hecho un ovillo sollozando en su cama, su cuerpo se movió demasiado rápido con un pánico creciente comprobando el estado de la otra persona, pero no parecía herida en ningún lugar.
Xie Lian limpió sus lagrimas y lanzó sus brazos sobre el rey fantasma aún temblaba y soltaba ligeros jadeos pero tenerlo a su lado en ese momento era todo lo que necesitaba.
"Gege ¿Te encuentras bien?¿Pasó algo en mi ausencia?" pudo sentir como la cabeza del dios negaba contra su hombro, se despegó del abrazo lo suficiente para admirar su cara, contorneada por la luz de las velas, el rostro de Hua Cheng mostraba pánico y preocupación, Xie Lian solo le dedicó una sonrisa encantadora y besó tiernamente sus labios.
Un beso salado por las lagrimas pero demasiado cálido: "Me alegro que estas aquí, solo olvida lo que acaba de pasar ¿Dónde has estado?"
Hua Cheng se veía renuente a olvidarlo, pero el rostro de Xie Lian le indicaba que no quería hablar al respecto de lo que acababa de ocurrir, el parecía estar bien, lo dejaría pasar pero tendría que prestar mayor atención ahora, además de interrogar a sus sirvientes sobre lo ocurrido los últimos días.
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Las píldoras de los demonios, ¿Un príncipe fantasma?(HOB Hualian)
FanfictionEn un descuido Xie Lian tomó unas píldoras sospechosas de parte de los fantasmas para mejorar su cultivo. Pero un cambio de situación y después de una noche candente con Hua Cheng notó que las píldoras no eran precisamente para el cultivo, si no, ¿p...