La vida es un riesgo (Alan)

1.1K 79 22
                                    

Los gemidos se escuchaban por toda la habitación. Alan, el cuarto príncipe y hermano menor de su prometido, se encontraba totalmente excitado, hecho una fiera y encima de Catarina, su futura cuñada.

—¿Realmente lo harás?— Le preguntó Catarina, pasando sus manos alrededor del cuello del peligris, dándole una mirada que estremeció al contrario.

Alan sonrió.— ¿No acabas de decirme que la vida es un riesgo?

Catarina le iba a responder pero un dolor la detuvo. El hermano menor de su prometido estaba nuevamente dentro de ella.

Se suponía que la castaña iría a visitar a su prometido como su madre le había ordenado y, gracias a que Keith tenía responsabilidades, pudo ir sola y podría estar a solas con su prometido.

Nunca se imagino que acabaría en la cama con su futuro cuñado.

Nunca sabes que pasará—. Le había su abuela cuando estaba con vida.

La vida es un riesgo—. Es lo que le había dicho a Alan para provocarlo.

Y ahora debía estar atenta a las consecuencias.

Su madre la había mandado para que conviviera más con su prometido pero, ya que Gerald no estaba en su hogar, decidió jugar un poco con el peligris, el menor de los Stuart.

Llegó a su habitación y, sin tocar la puerta, entró en forma de juego y lo vió, sentado en el piso, con su espalda contra su cama y las manos dentro de su pantalón.

Masturbándose.

Al principio, Alan mostró sorpresa y se quedó en shock durante unos minutos. Lo mismo pasaba con Catarina.

¿Qué debería de haber hecho? El encontrar a uno de sus amigos masturbándose era algo que nadie se espera pero puede pasar.

Todo puede pasar.

Tras escuchar que los sirvientes se acercaban a la habitación, Catarina reaccionó y cerró la puerta con fuerza, haciendo reaccionar al peligris.

—¿¡QUÉ HACES AQUÍ!?— Le gritó en forma de pregunta a la castaña. Su cara estaba completamente roja.

—Y-yo... E-eh...— La castaña no encontraba las palabras para responder. Ni siquiera podía pensar en algo más que no fuera el enorme pedazo de carne que cargaba el contrario.

Es demasiado grande.— Fue lo único que pudo pensar en ese momento.

¿Dónde escondía semejante mounstro? Es lo que se preguntaba la autora en este momento.

¿El miembro de Alan era más grande que el de Keith y el de Gerald? Es lo que algunos de ustedes se preguntarán.

¿El de Nicole y Raphael será aún más grande? Preguntó la diablita, apareciendo en el momento más inoportuno.

—¡LARGO!— Le gritó Catarina a la diablita.

—¿EH? ¡ESTÁ ES MI HABITACIÓN!— Le respondió Alan, totalmente indignado.

—¡TÚ NO!— Le gritó Catarina. La diablita se encogió de hombros y desapareció, no sin antes decir: ¡Aprovéchalo!

Y vaya que iba a aprovechar.

Se acercó a Alan y se arrodilló ante él. El menor de los Stuart no se había movido ni un centímetro.

—¿Necesitas ayuda?— Le preguntó Catarina mientras acercaba sus manos, dispuesta a hacer de todo para complacer al contrario.

Pero, sin habérselo esperado, Alan aparto las manos de la castaña con un ligero golpe.

—No deberías estar aquí, ve con mi hermano.

"De nuevo soy la villana" |Fanfic de Bakarina| Trilogía (2/3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora