CAP 06

69 14 0
                                    

El día pasa, prácticamente ser soldado es mucho más fácil, ya aprendí a prender fuego (cosa que me hubiera servido de mucho hace unas semanas atrás) también por fin pude armar una carpa en menos de 10 minutos, estoy orgulloso de mi.

Y de esta manera, estar concentrado en armar una carpa me olvido de lo que ha pasado hace unas horas, la manera en que Emma me ha besado casi en los labios me ha hecho sentir un escalofrío en la espalda y mi corazón empezó a latir de una forma que me preocupa.

Esto es de lo que hablaba Alisson, no quiero pensar que Emma está tratando de alejarme de Rut, quiero creer que es porque está en un lugar nuevo y no conoce a nadie excepto a mí y a Steve, aunque él no es tan apreciado por ella.

Mi mente me dice muchas cosas al respecto pero mi corazón lo golpea y patea alejándolo de mí y me hace reaccionar, yo quiero a Rut, Rut, Rut y Rut.

Es la hora de la cena, veo en la misma mesa a Alisson, Katy y milagrosamente a Emma.

Llego con Clayton y Steve- Hola chicas- saludamos y tomamos asiento con nuestras bandejas de comida.

Alisson me mira cuando me siento al lado de Emma y me sonríe como una niña pequeña.

-¿Cómo les fue el entrenamiento?- cuestiona Katy dándole un beso en los labios a Clayton.

-Bien, nada interesante en realidad y ¿Ustedes?- cuestiona Steve mirando directamente a Alisson.

Alisson pone los ojos en blanco suspirando, pobre debe estar harta de que Steve la este mirando de arriba abajo como un loco- En realidad la cosecha está yendo muy bien, hoy día nació un ternero bien lindo, me hubiera quedado viéndolo todo el día pero tenía que terminar de trabajar.

Con la palabra ternero se me ha ocurrido una idea y sonrío mirando directamente el plato de comida- ¿Por qué le sonríes al plato de ensalada?- cuestiona Emma viéndome divertida.

-Nada- me meto en la boca un bocado de lechuga- Solo me he acordado de algo.

-¿Después quieres acompañarme a mi habitación?- me la quedo mirando y siento a Alisson mirándome directamente a los ojos, su mirada me quema el alma y está gritando desesperadamente a que diga que no.

-Ya veremos, tengo cosas que hacer- me volteo hacia mi plato de comida, y no miento, quiero ir a bañarme e ir a la habitación de Rut, por lo que me ha dicho mi madre es que en la noche no hay doctores y puedo ir a visitarla.

Termino de comer y me levanto- ¿A dónde vas?- cuestiona Steve viéndome levantar de la mesa.

-Tengo cosas que hacer- digo sin más saliendo del comedor.

Camino directo a los baños, he sudado y no quisiera llegar a la habitación de Rut oliendo a zorrillo muerto, no hay nadie así que aprovecho para sacarme la venda de mi abdomen y ver que no hay ningún rastro de que me haya hecho una herida de bala, no hay nada, ni siquiera la cicatriz.

También mi abdomen está más marcado y se nota ligeramente los dos primeros abdominales superiores, no me quejo pero igual me parece extraño, no he visto a nadie con solo dos días de entrenamiento ya me este saliendo los abdominales ¿Tiene algo que ver con lo que me ha curado Rut? No lo sé, cuando vaya a verla le preguntaré sobre el beso.

Salgo de la ducha con una toalla en la cadera y me encuentro a Steve y Clayton quitándose la ropa, se me quedan mirando- Parece que ya estás bien- dice Clayton viéndome el abdomen.

-Al parecer no era nada grave- empiezo a cambiarme.

-También se te ve más fuerte- interfiere Steve- Y eso que hace unos días eras un fideo andante.

-No exageres- me pongo el bóxer y los pantalones- Tampoco era tan flaco.

-Bueno, solo digo que pareces otro chico- me sonríe y desaparecen camino a las duchas.

Salgo del baño en camino  a mi habitación, ya es un poco tarde y debo esperar al menos una hora más para ir a ver a Rut, en mi mochila que está en la habitación está el pequeño queque de chocolate que robé de la NUCC, quiero dárselo a Rut, está un poco golpeado pero aun se ve apetitoso.

Y ahí espero, Steve al llegar me dijo que iba a pasar un rato con Alisson, al parecer está pasando algo entre ellos, aunque ella lo niegue.

Y justo cuando llega Steve con una sonrisa en el rostro, no quiero saber por qué, se recuesta- Hubiera querido quedarme más con ella pero ya iban a apagar las luces y me botaron a patadas- lo único que hago es reírme y esperar, cuando escucho que ronca y está profundamente dormido es la hora.

Salgo de la habitación sin antes mirar por ambos lados del pasillo, las luces apagadas y casi no puedo ver el camino. Cierro la puerta con cuidado de no hacer ningún ruido, y empiezo a caminar, me siento un espía en cubierto, le pude robar la llave a mi madre sin que se diera cuenta, aunque creo que ya lo sabe pero no quiere reclamar a su amado y querido hijo.

Llego al área de enfermería, con mi vista ciega me dejo guiar con el tacto y mi sentido de la orientación de haber pasado por aquí más de tres veces, y llego a su habitación, creo, no estoy muy seguro, hubiera traído mi linterna; pero al ver que la puerta se abre con la llave estoy seguro que es la habitación.

Apenas entro la luz blanca se prende, la veo dormida en la cama con la máscara de oxigeno y un suero en el brazo, ha recuperado un poco de su color de piel, ya no tiene ese color pálido.

Me siento en el pequeño banco al costado de su cama y me la quedo mirando un momento, está tan tranquila que me resulta difícil creer que ha sufrido demasiado.

-pssst- hago un ruido con mi boca para que despierte pero nada- psssst- lastimosamente no puedo tocarla para despertarla y lo intento una vez mas- PSSSSSSST- y en eso sus bellos ojos se abren lentamente mirando a su alrededor, me acerco un poco y nuestras miradas se conectan, no evito mostrar una sonrisa- Hola.

Me corresponde la sonrisa- Hola- dice débilmente- ¿Cómo estás?

Rio a lo bajo- Mejor que tu- ríe conmigo, Dios, extrañé mucho hablar con ella.

-¿Tu herrida?- cuestiona viendo hacia mi torso.

Me levanto la camiseta mostrándole el lugar donde supuestamente debería tener alguna cicatriz pero no hay nada- Es como si nada hubiera pasado, y tengo que agradecerte mucho por eso.

Me sonríe e intenta levantarse con sus delgados brazos apoyándose en el respaldar- No preocupar, yo currarte.

-Y para agradecerte- recojo el pequeño recipiente de plástico del piso con el pequeño queque de chocolate- Te traje un postre.

Se lo dejo en las piernas y ella, con una expresión confusa lo recoge y empieza a recorrerlo con la mirada extrañada- ¿Qué ser postre?

-Es comida, pero  sabe mucho mejor, pruébalo.

Abre la tapa y con un poco de desconfianza se lleva a la boca un pequeño pedazo de queque y parece que sus ojos se iluminan al instante- Rico.

-Que bueno, tuve que robármelo para que puedas comerlo- me sonríe y sigue comiendo, viéndola tan feliz me hace sentir bien que no puedo parar de mirarla- ¿Por qué me salvaste?- cuestiono.

-¿Qué?- cuestiona sin mirarme, está concentrada en acabarse el queque.

-Te había dicho que te fueras con Steve, pero en vez de eso me besaste y curaste mi herida ¿Por qué?

Para de comer mirando el queque a la mitad, y luego me mira- No podía irme sin ti, tenía que salvarte.

-¿Y era necesario que me dieras un beso en la boca?

Veo como sus mejillas se ponen de un color carmesí-Yo... tu decirme que beso despertar a personas- o cierto me había olvidado de eso- Y yo querer demostrar por última vez cariño hacia ti.

Ahora creo que yo soy el que tiene las mejillas rojas- Ah...yo...pues...- me paso la mano por el pelo un tanto nervioso, no pensé que me diría eso sinceramente.

-¿Y tú?- sus hermosos ojos siguen viéndome, nunca pensé que tendría esta conversación, me acomodo la garganta, no la miro, ya que si lo hago no podré decir ni una palabra coherente.

-¿Yo qué?- cuestiono.

-¿Tu sentir cariño por mi?- mis mejillas arden y creo que mi corazón se ha saltado un latido.

No estoy preparado para esta conversación, no sé que responder ¿Tendría que decirle que yo también no? ¿Por qué no puedo decírselo? ¿Qué me detiene? Creo que mi subconsciente tiene una pelea interna con mi corazón que me está pidiendo a gritos que diga que la quiero, y que posiblemente me gusta.

-¿Estás bien?- vuelve a cuestionar viendo que me he quedado en silencio.

Siento una sensación rara en mi estomago, me levanto algo nervioso y finjo bostezar- Creo que ya es tarde, mañana tengo que entrenar y tú debes descansar.

Veo que se ha quedado en silencio con una expresión de confusión, recojo el recipiente de plástico ya vacio.

-Mañana vendré a verte- digo caminando directo a la puerta, escucho que tose dos veces detrás mío pero no volteo, no quiero ver su hermosa cara ahora mismo.

Cierro la puerta haciendo que las luces se apaguen, no quiero decirle nada a Rut, no quisiera decirle algo que vaya a lastimarla, no quisiera que se haga ilusiones hasta no encontrar un modo de poder quitarle el virus que la tiene prisionera.

Llego a la habitación, Steve se encuentra aun roncando en los brazos de Morfeo, tomo asiento en mi cama, suspiro agobiado, no puedo quitar la expresión de confusión de Rut al ver que no le respondí.

Me recuesto y al momento de cerrar los ojos me sumerjo en el país de los sueños.

O eso es lo que creo yo ya que siento que alguien me está moviendo el brazo constantemente, abro un ojo para poder ver quién es, veo una figura oscura que no logro reconocer al instante- Despierta- pero con solo escuchar su voz se que se trata de Emma- Despierta.

Aun está oscuro, es como si el universo no quisiera que durmiera mis ocho horas de sueño- ¿Qué pasa? ¿Cómo entraste a mi habitación?

Me acomodo dándole la espalda pero me sigue moviendo, haciendo que me sea imposible conciliar el sueño- Las habitaciones no tienen llave así que solamente entre y listo, pero eso no es lo que quiero decirte.

-¿Entonces qué? Quiero dormir- me jala tan fuerte que hace que me caiga de la cama- ¡Au!- me levanto sobándome a cabeza.

-Ven- me exige y camina hacia la puerta, tengo pensado en regresar a la cama pero estoy seguro que no me va a dejar tranquilo si no hago lo que quiere, me levanto y veo a Steve aun profundamente dormido, este chico sí que tiene el sueño pesado.

Salgo y Emma me agarra del brazo jalándome por los pasillos, cojea un poco pero parece que no le duele demasiado, nos vamos por unos pasillos que nunca he pasado, llegamos a unas puertas de metal y detrás hay unas grandes praderas con vegetación por lo poco que puedo ver, pero no nos detenemos, me jala y veo a unos cuantos metros a un tipo granja- ¿A dónde vamos?- cuestiono pero no me responde.

Las luces aun no se han prendido y eso significa que estamos haciendo algo que no deberíamos hacer, entramos a la granja, veo a algunas vacas- Asómate- me jala hacia ellas separándonos una reja.

Y cuando lo hago veo a un ternero durmiendo al lado de su madre, no evito quedarme mirándolo por unos segundos- Es muy lindo.

-Sí... la vida, en unas cuantas horas empiezo a trabajar en la cosecha así que por eso puedo venir cuando quiera, y Alisson o Katy, no me acuerdo quien comentó que había nacido un ternerito así que decidí verlo contigo.

Voltea a verme con una pequeña sonrisa- Gracias por querer enseñármelo.

-De nada.

Me incorporo- Creo que es hora de volver- trato de caminar pero me detiene del brazo.

-No- volteo a verla- Quédate un rato más.

-Me gustaría quedarme un tiempo más pero mis parpados me exigen volver a la comodidad de mi cama.

-Es que...- baja la mirada- No pude hacer amigos aquí, tu eres el único que tengo aquí y pensé que podríamos pasar más tiempo juntos.

No evito sentirme mal por ella, entiendo que es sentirse solo sin poder hablar con alguien, asiento lentamente y me dirige a una esquina para tomar asiento en el piso.

-Bueno ¿De qué quieres hablar?- cuestiono hacia ella.

-Me enteré de que tu madre está aquí ¿No?- asiento- Que bueno, por un momento pensé que... bueno... ya sabes... ella estaba...

-Sí, yo también lo pensé, pero ahora ella está aquí- me sonríe- ¿Y tú? Por lo que leí en tu diario tienes una hermanita menor y tu madre.

Su sonrisa desaparece y ya me estoy arrepintiendo de lo que acabo de decir- Tenía- me corrige.

-Perdón, si no quieres hablar de eso esta...

-No, no te preocupes, hace tiempo que no hablaba de ellas- tiene una sonrisa triste.

-¿Qué pasó?

Inhala hondo y apoya su cabeza en la pared sin verme- Cuando apareció el virus mi padre un día desapareció, y creo que fue la última vez que escribí en el diario- si me acuerdo de eso- La cosa es que estaba en casa, y un día mi hermana pequeña empezó a tener los síntomas, era muy joven como para morir, mi madre la cuidaba y eso hizo que también se infectara, comía sola, no las veía. Un día regresó mi papá, nos sacó a mi madre y a mí hermanita de la casa, pero...

-¿Pero?

-Pero estaban tan mal que tuvieron que...- no puede ni pronunciar la palabra y veo como una lagrima sale por su ojo resbalando por su mejilla, se la limpio con mi dedo pulgar.

No pensé que ella pasará por todo eso, y no puedo ni imaginar a ella con solo 13 años presenciar la muerte de su madre y hermana menor. Y ahora se ha alejado de su padre, ella no tiene la culpa de lo que es Rut o lo que le ha pasado al mundo.

-Todo va a estar bien- voltea a verme.

Y todo pasa demasiado rápido como para que mi cerebro lo procese, se inclina hacia mí y sus labios se impregnan en los míos, sus ojos están cerrados pero los míos están presenciando todo en primera fila.

No sé qué hacer y en un impulso llevo mi mano hacia su nuca, mis labios se abren haciendo que el beso se profundice, no sé cómo explicar pero... se siente bien, creo que nunca había besado a una chica, bueno a excepción de Rut.

Rut...

Rut...

¡Rut! TONTO REACCIONA.

Mi subconsciente me golpea haciéndome reaccionar, me aparto rápidamente de Emma haciendo que quede confundida.

-Perdón- me levanto.

-Pero ¿por qué? No estamos haciendo nada malo- defiende levantándose y caminando hacia mí.

-Perdón, no, no está bien...- no puedo ni hablar- debo irme.

Empiezo a correr y lo último que escucho es a Emma llamándome desde atrás.

——-
Nota de autora: Esto se está poniendo bueno.

No se olviden votar que me ayudaría mucho.

¡¡¡Besos!!!

Touch Me (DTM #2)•Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora