CAP 10

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No sé cuánto tiempo ha pasado que sigo recostado en esta camilla, la luz blanca encima de mí me ciega y tengo que tener los ojos cerrados, no tengo fuerzas, Arthur volvió y me inyectó un poco más de sedante. Me siento débil, un poco mareado y triste.

Como un tonto he vuelto a poner en peligro a Rut, cada vez que pienso que voy a ayudarla y podrá ser una chica normal, pero no, no puedo, siempre lo arruino, soy aun un niño que tuvo que sobrevivir por su propio medio con solo la esperanza de encontrar a alguien, y es por eso que no tengo precaución en confiar en las personas.

Escucho la puerta abrirse y no me tomo la molestia en abrir los ojos- ¿Cómo te sientes Daniel?- me sorprende escuchar una voz distinta, no es Arthur que siempre viene dentro de dos horas para aumentar la dosis del sedante, abro un ojo y me doy cuenta que es Yeison.

Le muestro el dedo corazón con la esperanza de que se haya dado cuenta y al escuchar que se ríe me confirma que sí.

-Sé que estas enojado, pero tienes que pensar que estas salvando a más de 10 millones de personas con tu sangre- escucho que arrima la silla hacia mi costado y toma asiento- Vas a salvar a muchas personas que ahora mismo están asustadas en salir a la intemperie.

-Me importa un pepino, no me parece correcto arriesgar la vida de una chica que es inocente y que podría volver a ser una persona normal.

Suspira- Es difícil Daniel, ella es peligrosa, el virus habita en su cuerpo desde ya mucho tiempo ¿Qué pasa si de repente empieza a infectar a todos? No puedo arriesgarme en eso.

Abro los ojos para enfrentarlo- Ella no es peligrosa, ella puede elegir a quien infectar y a quien no, además no puede tocar a las personas sin resultar herida.

Se levanta- Eso es lo que piensas, R13 es mucho más fuerte de lo que crees, ahora que está débil no puede luchar, pero si se recupera, si gana energías puede acabar con más de 10 hombres en menos de un minuto, créeme, ha pasado.

Lo sigo con la mirada mientras camina en toda la habitación- Eso era antes, antes que me conociera. Además en ese entonces tenía miedo.

-¿Crees que ella logrará sentir algo por ti? ¿Crees que es sano eso? No la tocarías jamás, no podrías abrazarla, ni besarla, ni tener sex... Así que no te hagas ilusiones, tal vez desde un principio ella tuvo que morir cuando asesinaron a sus padres- mis puños se aprietan a mis costados.

-No me importa- murmuro para mí pero Yeison logra escuchar.

-Lo siento mucho, no podemos hacer nada al respecto, pero tranquilo pronto la olvidaras como todo lo que ha pasado aquí.

Y con eso sale de la habitación, esto es injusto ¿Cuándo el mundo se ha basado en el que más poder tiene es el que manda? Somos seres humanos y tenemos derecho a decidir de nuestra vida.

Cierro de nuevo los ojos para relajarme y escucho la puerta abrirse y cerrarse de nuevo- ¿Ahora qué? ¿Vas a decirme que me vas a matar para que nadie se entere de mi existencia?

Levanto la cabeza para ver a Yeison, pero no, no es él, es Emma, tiene una expresión algo triste y de arrepentimiento, no quiero hablar con ella, nos traicionó, nos mintió, ella sabía que no iban a curar a Rut.

Recuesto mi cabeza- ¿Qué haces aquí? ¿Quieres seguir mintiéndome?

-Daniel escúchame.

-No quiero escucharte, no quiero verte, para nada.

Escucho que camina hacia mí y se queda parada al lado- Quiero pedirte perdón.

-Ya no me importa.

-Es que pensé que no los tratarían tan mal, cuando golpearon a tu mamá me sentí muy mal...

-¿Y recién te das cuenta?- le interrumpo- Yo te recibí bien, te acompañé y te escuché ¿Y qué hiciste tu? Mentirme, engañarnos y lastimarnos.

-No te mentí del todo- no la miro pero sé que no se ha movido- Lo de mi madre y hermana si era cierto y también... sobre que me gustas.

-No voy a creerme eso.

-Quisiera ayudarte pero...- siento su mano posarse en mi brazo- Mi padre está a cargo, no puedo hacer nada al respecto y lo siento por lo de Rut.


-Vete- saca su mano- No quiero seguir escuchando tus mentiras.

-¿Hay algo que pueda hacer para que me perdones?

-Que me saques de aquí.

Escucho que suspira, sus pasos se escuchan alejándose y por último la puerta cerrándose.


Me siento cansado, tal vez será por toda la sangre que extraen de mi cuerpo o el sedante que me inyectan cada tres horas y con eso cierro los ojos para hundirme en el sueño.

Estoy en una casa, es una casa vieja, muy pequeña y sucia, llena de polvo, es la casa donde nos quedamos con Rut una noche.

Estoy en medio de la sala, es de noche y no escucho nada, camino lentamente y llego a la habitación y la veo, a Rut, recostada durmiendo en el colchón del piso, sus ojos cerrados y su respiración es lenta.

Me acerco sigilosamente para no despertarla, en eso el piso cruje bajo mis pies y con solo ese sonido los bellos ojos de Rut se abren y apenas se conectan con los míos una sonrisa se le dibuja en el rostro.

No sé porque no puedo hablar, es como si me hubiese quedado sin palabras con solo verla, su blanca piel siendo iluminada por la tenue luz de la luna colándose por la única ventana de esa vieja habitación.

Se levanta colocándose un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja, sus ojos no dejan de verme y siento una leve sensación en el estomago.

Se levanta y camina lentamente hacia mí sin borrar su sonrisa, es tan hermosa, sus profundos ojos me hipnotizan, no puedo dejar de verla y por alguna extraña razón tampoco puedo moverme.

Llega al frente mío y trago saliva con un poco de dificultad, veo sus manos alzarse, quiero retroceder para no herirla pero no puedo, y sus manos tocan mis mejillas, abro los ojos ante su tacto, los acaricia gentilmente haciendo que una corriente eléctrica me recorra todo el cuerpo.

Su dedo pulgar baja hasta mis labios y los acaricia gentilmente ¿Qué está haciendo? ¿Y por qué no puedo moverme?

Siendo más baja que yo tengo que inclinar la cabeza hacia abajo, sigue acariciándome con movimientos lentos y delicados ¿A caso no la estoy lastimando? 

Y como si me leyera la mente deja de tocarme y me muestra la palma de sus manos, no hay nada, ni un moretón, ni un cambio de color en su piel, nada.

Me sonríe de una forma pícara y empieza a caminar por mi alrededor, pasos lentos, la sigo con la mirada y después de dar una vuelta entera a mi alrededor se detiene de nuevo al frente mío, y ahí lo siento, sus manos metiéndose por debajo de mi camisa acariciando mi torso desnudo.

Con su dedo trazando las líneas de mi abdomen, subiendo y bajando. Es una sensación tan rara que no evito suspirar pero no puedo pronunciar ninguna palabra.

Sus ojos aun puestos en mi rostro bajan hacia mis labios y se lame los suyos ¿Qué está pasando? Sé que es un sueño, pero espero que nunca termine.

Deja de acariciar mi torso y reclamo en mi mente, se sentía muy bien.

Da un paso más hacia adelante y nuestros rostros están a centímetros de separación, siento el aire caliente saliendo de sus fosas nasales chocar mi piel, abro mis labios intencionalmente.

Siento el roce de sus labios y quiero besarla ahora mismo, quiero hacerlo, pero no logro moverme y cuando siento que nuestros labios se juntaran, los separa, me está torturando.

No puedo mover mis manos, no puedo mover nada, esto es muy difícil para mi pobre corazón.

Y lo que sucede después no me lo esperaba.

Sus manos empiezan a quitarme la chaqueta que tengo dejándolo en el piso, inconscientemente mis brazos se alzan y ella me empieza a quitar la camisa, tiene que ponerse en puntillas para hacerlo, y quedo expuesto.

Sus manos empiezan a acariciar todo mi torso desnudo, su rostro empieza a acercarse a mí pero se desvía a mi cuello, empieza a dejar besos mojados, no voy a mentir, estoy disfrutando esto.

Y empieza a bajar, besa mi clavícula, luego por la mitad de mis pectorales y por mis abdominales, siento una sensación extraña en la parte de abajo, llega al filo de mis pantalones pero se detiene.

Se levanta para poder ver su hermoso rostro otra vez, una mano suya en mi abdomen y la otra por mi nuca, se acerca y por fin nuestros labios se juntan, primero empieza lento, pero se siente la pasión, es como si ella y yo hubiéramos deseado este momento desde hace mucho tiempo, pero aun así no puedo moverme, es como si algo me impidiera tocarla.

Y en segundos se separa, quiero reclamar pero no puedo, se acerca a mi oído y escucho que susurra "Touch me".

Y con eso empieza a caminar de espaldas sin quitar la mirada de encima, se está alejando, y la habitación empieza a transformarse en un largo pasillo, su cuerpo se va siendo cada vez más pequeño, se aleja y no puedo ir tras ella.

Quiero gritar, quiero decirle que se quede conmigo.

Y de pronto al final se ve una luz blanca haciendo que cierre los ojos.

Daniel...

Daniel...

Escucho la voz de un hombre y abro los ojos, lo primero que veo es la luz blanca del foco encima de mí, cierro otra vez los ojos y cuando los vuelvo abrir Arthur está a mi lado.

-Daniel, despierta- me mueve el brazo y bufo de enojo.

-¿Qué pasa?- cuestiono enojado.

-Lo hicimos, bueno eso creemos.

-¿De qué hablas?

-Ya tenemos la primera vacuna, ahora es el momento de probarlo.

-¿Y qué tengo que ver yo?

-¿Quieres ver a Rut por última vez?- al escuchar su nombre recuerdos del sueño llegan a mi mente.

-¿La veré?

Asiente- La necesitamos para probar que la vacuna sirve.

Y en eso dos hombres entrar y empiezan a desatarme los brazos y las piernas, estoy débil así que me resulta difícil levantarme, los dos hombres me levantan por los brazos, tambaleo un poco ya que pareciese que no camino desde hace mucho tiempo.

Me mareo un poco y tengo que cerrar los ojos para que pase- Yo me encargo chicos, está muy débil como para poder hacer algo- dice Arthur.

Siento que me agarra del brazo y con pasos lentos empiezo a salir de ese lugar, caminamos hacia el elevador.

-¿Por qué hacen esto?- cuestiono.

-¿De qué hablas?

-¿Por qué quieren que vea a Rut por última vez?

-Ya pasó un día, no le queda mucho, entonces sería bueno que la veas por última vez antes de que muera y te borremos la memoria.

-Que considerados de su parte.

Las puertas del elevador se abren y estamos en el quinto piso, la misma sala de espera, los baños a un costado que usábamos de escondite, caminamos hacia la puerta de metal, Arthur saca de su bolsillo una tarjeta, la pasa por la cerradura y la puerta se abre.

Ahí está el centro de control, ahí se encuentra Yeison cruzado de brazos hacia la pantalla, y en un lado hay una señora mayor, tendrá cerca de 50 años, sentada en una silla, amarrada y con los ojos vendados.

-Ya lo traje- dice Arthur y Yeison voltea hacia nosotros y una pequeña sonrisa se le dibuja en el rostro al verme.

-Perfecto, traigan a R13.

De la puerta de al lado, donde encontré a Rut de ahí aparece un hombre cargandola, su cuerpo delgado.

-Despiértenla.

Otro hombre llega hacia ellos y en una jeringa le inyecta en el brazo de una manera para nada delicada, la deja en el piso y en segundos ella despierta.

Quiero ir a abrazarla y llevármela lejos de aquí, pero mi cuerpo está demasiado débil y estoy seguro que ni siquiera puedo correr.

Yeison se agacha al frente de ella y Rut trata de retroceder pero el mismo hombre que la cargaba se posiciona detrás de ella impidiendo su huida- Hola, queremos que le transmitas el virus a esa señora de ahí- señala a la señora sentada en la silla.

-N-No- niega lentamente con la cabeza pero Yeison le agarra la cara de forma brusca haciendo que lo mire.

-No te estoy preguntando, es una orden- la suelta de mala gana y se levanta, me mira y camina hacia mi- Si no lo haces lo mato.

Rut voltea y sus ojos se encuentran con los míos, se abren ligeramente al ver que Yeison me tiene apuntando a la cabeza el arma.

Su rostro está pálido, tiene moretones, me mira por unos segundos y asiente lentamente con la cabeza.

-Bien. Así deben ser las cosas- deja de apuntarme y camina hacia ella, la agarra del brazo haciendo que se levante, la arrastra haciendo que tropiece un par de veces, la deja en el suelo al costado de la señora.

Levanta su rostro para verme, veo como lagrimas inundan sus ojos peligrando a salir, me ve, yo la veo y estoy seguro que ella ve en mis ojos lo que quiero decirle "Perdón, no tengo fuerzas para salvarte"

Temblando estira su mano hacia la señora, hace un gesto de dolor cuando su mano agarra el brazo, y en segundos se separa cayendo al piso.

Arthur me jala hacia la pared haciendo que me siente, y uno de los hombres carga a Rut y la deja a unos centímetros de mí.

La veo, tiene la respiración lenta, su cuerpo tiembla y sus brazos a los costados, la mano que tocó a la señora tiene un color plomizo.

-Rut...- murmuro pero ni siquiera levanta la mirada- ¿Me escuchas?- nada, estiro mi mano hacia la de ella con intensión de tocarla pero me detengo en medio camino, no la quiero lastimar más de lo que ya está- Perdón, perdóname, esta vez no podré salvarte- mis ojos se cristalizan y trato de que las lagrimas no caigan pero es muy difícil, quiero mucho a Rut, la quiero muchísimo y en todo este momento he intentado protegerla, pero mientras más lo hacía más daño recibía. Hubiera querido que ella me transmitiera el virus, para así entonces yo morir y ella pueda ser una chica normal.

Una lágrima cae por mi mejilla dejando un rastro húmedo, y en eso siento como su mano toca la mía y en un pequeño susurro habla- No preocupar... yo estar... bien...- levanta la cabeza lentamente y veo como sus ojos están rojos por lo que llora, sus labios secos y su pelo sin brillo.

Las voz de Arthur nos interrumpe- Ahora esperemos unas horas para saber si la vacuna hace efecto, me retiro.

Camina hacia mí al igual que el otro hombre uniformado, agarro con fuerza la mano de Rut, no quiero separarme de ella, si va a morir quisiera estar a su lado.

-No, por favor- Trato de aferrarme pero le estoy haciendo daño, lo veo en su rostro pero aun así ella también me agarra fuertemente, el hombre uniformado se acerca a ella y la carga.

-Noooooo- grita Rut soltando más lagrimas- Daniel- llora y eso me rompe el corazón, nuestras manos se separan, el hombre que la tiene cargada saca una jeringa y se lo inyecta sin piedad en el cuello y los ojos de Rut empiezan a cerrarse lentamente.

Arthur con otro hombre me agarran de los brazos, empiezo a llorar, salimos de ese lugar y me quedo en el ascensor con Arthur- No le pude decir que la quiero- digo en voz baja mientras más lagrimas caen.

-La vida nos manda personas para amarlas y a otras solo para tenerlas un rato, todo tiene un final y tal vez es el final de ustedes dos.

Salimos del ascensor en camino a su consultorio, me vuelven a amarrar a la camilla, ya he parado de llorar pero mi corazón sigue roto.

-Mañana será su ultimo día aquí, ya no sufrirá- me da unas palmadas en el hombro y sale de la habitación.

Mañana...

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Nota de autora: ¿Qué pasará? ¿Rut morirá? ¿Qué creen ustedes? Estaré leyendo sus comentarios.

No se olviden votar que me ayudaría mucho.

¡¡¡Besos!!!

Touch Me (DTM #2)•Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora