Capítulo 7 LOS GENEROS DE LOS Elementos

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Luego de los cuatro Elementos simples, siguen


inmediatamente los cuatro Géneros de los compuestos perfectos,


que son las piedras, los meta-les, las plantas y los animales; y


aunque todos los Elementos sirven a la composición de cada uno,


cada compuesto sigue un Elemento particular y tiene más de sus


cualidades: pues todas las Piedras provienen de la tierra, ya que


son pesadas y descienden a lo profundo, y la sequedad do-mina


de tal forma en ellas que es imposible tornarlas líquidas; pero los


Metales son acuosos y se funden, y como lo declaran los físicos y


los químicos al realizar' experiencias, son engendradas por un


agua espesa y viscosa, o por plata viva que es también acuosa; las


plantas tiene tal relación con el aire que no podrían retoñar ni


madurar sino en el aire; así todos los Animales extraen su fuerza


del fuego y su origen del cielo, y el fuego les es tan natural que sin


él no pueden vivir.


En fin, cada uno de estos Géneros se distingue por los grados


de los Elementos; pues, entre las piedras, se dice que las oscuras


y más pesa-das provienen de la tierra; y las trasparentes y


compuestas de agua provienen del agua, como el cristal, el berilo


y las perlas en las conchas, y las que nadan en el agua están


compuestas de aire y son esponjosas como la piedra pómez y la


toba. Por tanto, se entiende que están compuestas de fuego como


el ladrillo y la cal. Asimismo, entre los metales, están com-


puestos de tierra, a saber, el plomo y la plata; además, del agua,


como el mercurio; del aire, como el cobre y el estaño; y de fuego,


como el oro y el hierro.


En las plantas, las raíces se tienen de la tierra por su espesor,


y las hojas del agua por su jugo, las flores del aire por su sutileza,


las semillas del fuego por su espíritu generativo. Asimismo,


existen los calientes, fríos, húmedos y secos que toman sus


nombres de las cualidades de los Elementos. Entre los animales


existen aquellos en los que domina la tierra, y que se sustentan en


las entrañas de la tierra, como los gusanos, los topos y muchos


animales que se arrastran ; asimismo, están los formados de agua,


como los peces; otros en los que domina el aire y que no pueden


vivir fuera de éste; otros en que domina el fuego, como las salamandras


y las cigarras; y otros que tienen calor de fuego, como las


palomas, los avestruces, los leones, y aquellos a los que el Sabio


llama bestias que soplan un vapor de fuego.


Además, entre los animales los huesos tienen debida relación


con la tierra, la carne con el aire, el espíritu vital con el fuego, y


los humores con el agua, los que también se hallan en los


Elementos; la cólera es como el fuego, la sangre como el aire, la


pituita como el agua, la bilis negra como la tierra. En fin, en el


Alma, siguiendo la opinión de Agustín, el entendimiento es como


el fuego, la razón como el aire, la imaginación como el agua, y los


sentidos como la tierra. Este mismo orden se halla en los Sentidos,


pues el sentido de la vista participa del fuego; en efecto, no realiza


sus operaciones sino por el fuego y la luz; el oído participa del


aire, ya que el sonido no es sino el golpe del aire; en cuanto al


olfato y al gusto, se relacionan con el agua, sin cuya humedad no


hay sabor ni olor. En fin, el tacto es totalmente terrestre y se


relaciona con los cuerpos más densos. Esta analogía se halla


incluso en las Operaciones del hombre, pues el movimiento tardo


y sólido se relaciona con la tierra; el miedo y la lentitud con la


pereza tienen relación con el agua; el humor alegre y amable, con


el aire; y un natural impetuoso y colérico se parecen al fuego.


Los Elementos tienen, por tanto, el primer rango en -todos


los seres; están en toda composición y en las propiedades, y les


comunican sus virtudes.

LA MAGIA N A T U R A LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora