Capítulo 6

838 78 20
                                    

—Encontrar tu niño es una bella experiencia, pero bastante difícil.—Explicó el serafín.—Los humanos se multiplican a gran velocidad y aunque existe un ángel o demonio para cada individuo, el mundo es enorme y es sorprendente lo difícil que resulta encontrarlo. Un ángel puede durar varios siglos o incluso décadas sin encontrar a su niño humano y por esa razón hay tantos humanos que perecen y mueren sin lograr su propósito o sin siquiera ser concientes de tener uno.

—Jack, me desconcentras.—Murmuró el ángel apartando la mano del demonio de su cabello, no paso mucho para que volviera a enredar sus dedos en los mechones sueltos y acariciarlos con delicadeza. Elsa soltó un suspiro.—Haras que me duerma.

—Creo que eso sería mejor que esto.—Murmuró de vuelta el albino con la vista concentrada en el hermoso cabello platinado de su amiga. Llevó ambas manos al inicio del cabello y comenzó a separarlo por mechones y hacer una pequeña trenza que comenzaba desde un costado de su cabeza.—Oye ¿Cuándo cobrarás cuentas?

—¿De qué hablas?

—Pues de la broma que te hice en el lugar secreto de Hiccup.—Susurró terminando la trenza y sosteniéndola con una pequeña cinta de hielo que creó al final, llevó sus manos al otro lado de la cabeza de la albina para hacer una trenza parecida.—Estoy esperando para ver si puedes hacer buenas bromas.

Elsa sonrió inclinando su cabeza un poco para atrás para que el demonio pudiera trabajar con más facilidad.—No soy una persona vengativa, pero creo que pudiera hacer una excepción solo para demostrarte quién es la verdadera reina de las bromas.—Jack terminó la trenza faltante sosteniéndola con una cinta de hielo, agarró ambas trenzas y las unió atrás de la cabeza de la albina junto a un enorme y brillante copo de nieve de adorno.

—Pues eso debo decidirlo yo.—Sonrió el demonio arreglando el cabello suelto del ángel y apoyando sus codos en sus hombros.—¿Qué dices? ¿Una guerra de bromas?

—¿Entre los dos?

—Podemos dejar que los chicos participen.

Elsa llevó una mano a su barbilla pensativa.—No suena mal.—Miró al profesor David y mordió su labio.—Puede haber problemas.

—Oh vamos, solo serán un par de bromas ¿Qué podría pasar?—Elsa no respondió, indecisa aún.—El perdedor tendrá que cumplir una penitencia y voy a permitir que tú la elijas.

—Que considerado.—Ironizó el ángel volteando su cabeza para ver al demonio, al hacerlo Jack abrió la boca para contestar, pero solo sonrió detallando cada facción del ángel. El peinado que Jack le había hecho revelaba su cara, haciendo que los ojos azules relucieran mucho más, sus labios rosas brillaron ante la luz natural y la piel blanca de sus mejillas tenía una ligeras pecas que el demonio pudo notar gracias a la cercanía. Elsa tragó saliva algo nerviosa ante la mirada del albino.—¿Qué tanto me ves?

—Te ves hermosa.—Confesó enganchando su sonrisa al ver como el ángel bajaba su mirada con un ligero rubor. En eso, el demonio se dio cuenta en donde se encontraba y negó con la cabeza.—Claro, te peiné yo, obviamente estás hermosa.

El ángel rió rodando los ojos y haciendo como si arreglara un mechón invisible de cabello, sintiendo un poco de vergüenza y su corazón acelerándose tanto hasta hacer que su pecho doliera ligeramente. Elsa decidió concentrar su vista en su clase, pero su mente por alguna razón seguía en esos oscuros y atrayentes ojos azules del demonio, otra vez el sentimiento de familiaridad ¿Dónde los había visto antes? Estaba segura que lo recordaría de haber sido así.

—Muy bien, es hora de descubrir si enserio prestaron atención, señor Frost y señorita Arrendell.—La voz del profesor la trajo hasta la realidad y la hizo saltar en su lugar al escuchar su apellido.—Deben escribir un resúmen de lo dado en la clase, en parejas. Ustedes dos.—Señaló a los albinos.—Lo harán juntos.—Miró al resto de los estudiantes.—A trabajar.

Ángeles & Demonios ~Jelsa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora