Capítulo 9

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La mente es compleja, pero fácil de engañar. Incluso para seres míticos, poderosos e inteligentes como los ángeles y, por consecuencia, los demonios. Los humanos creen que ellos son seres completamente bondadosos o malevos; creados solo para representar y hacer el bien y el mal, pero ellos son tan humanos como el resto, incluso pueden actuar en contra de su naturaleza.

En otras palabras, un demonio podía ser tan justo y bueno, como un ángel podía ser cruel y despiadado. Nadie podía dejarse llevar por las apariencias, Jack, más que nadie, lo sabía. No todos lo ángeles eran buenos, no todos tenían las mejores intenciones, lastimosamente lo aprendió a la mala y, justamente, con el irritante novio de su amiga albina.

Jack no se consideraba una persona rencorosa, no al menos que se metieran con algo que más amaba, y ese asqueroso ángel pelirrojo, tenía mucho más que su rencor.

—Cálmate de una vez.—Exclamó Eugene pasando un brazo por sus hombros y así detener sus intenciones de acercarse a los novios.—¿Acaso quieres ganarte el odio de las chicas? Porque eso es lo que obtendrás si vas y lo atacas.

—Además de un expulsión.—Añadió Hiccup a su lado de brazos cruzados mientras veían desde lejos como las chicas se acercaban a los ángeles, Kristoff se encontraba entre ellas hablando con Rapunzel y arrugan el gesto con disimulo al notar la presencia del ángel pelirrojo.—Y eso en las mejores circunstancia.

—Solo quiero... alejarlo de ellas.—Murmuró entre dientes notando como Elsa era apresada entre los brazos del ángel por su cintura.—Es un desgraciado.

—Lo sabemos y créeme que pensamos igual que tú, pero no debes dejarte llevar.—Contestó Eugene mirando de nuevo al pelirrojo a lo lejos.—Eso es lo que quiere.

Hans atrajo al ángel más cerca de su cuerpo, causando que le diera la espalda a los chicos y lo abrazara por el cuello para corresponder. Apoyó su barbilla en el hombro de la chica y dirigió sus labios a su cuello dejando un suave, pero largo, beso en la zona. Sus ojos verdes brillaron al estirar sus labios en una sonrisa ladina y mirar al demonio albino a la lejanía. Jack apretó las manos en puños u gruñó levemente, su mente en el pasado el dolor en el pecho, en el presente. Rabioso y herido, el demonio solo atinó a desviar la mirada y cruzarse de brazos clavando sus uñas en su piel, para evitar hacer una idiotez.

Hiccup chasqueó la lengua.—Yo me encargo.—El ángel se acercó al grupo a lo lejos, seguido por ambos demonios con mucha confusión. El timbre había sonado hace unos minutos, anunciando el inicio de las clases y el final del almuerzo. Todos se encontraban camino a sus clases, en este caso, tocaba magia.

Elsa se separó varios pasos del pelirrojo limpiando su cuello con disimulo y la vista en el suelo, sus mejillas se encontraban rojas y su corazón acelerado entre la vergüenza y el miedo de haber sido vista por alguien. Levantó su vista para regañar a su novio, pero un agarre en su mano seguido de un jalón, la obligó a dar la vuelta y enfrentar al causante.—Hiccup...

—Elsa de mi corazón, debemos ir a nuestra clase.—Hiccup llevó la mano de la albina a su pecho, justo en la zona del corazón. Sonrió guiñándole un ojo sacándole una risa.—No se que pienses, pero no quiero averiguar cómo se comporta nuestro dulce profesor por unos minutos de retraso.

Elsa negó colocando una cara de pánico.—No, gracias.—Rieron y la albina volteó a ver a su novio sin soltarse del castaño.—Nos vemos en la última clase, veo clases de magia avanzada con Hiccup.—Depositó un beso en su mejilla y se dejó jalar por el castaño hasta el interior del edificio.—¡Nos vemos en la última clase, chicos!

El resto se despidió entre risas y cuando ambos ángeles se encontraron en los pasillos, Hiccup la soltó y caminaron con calma a la par. Elsa miró al castaño de reojo y entrelazó sus dedos al frente de su cuerpo.—Oye Hiccup ¿Eres capaz de revelarme un secreto?

Ángeles & Demonios ~Jelsa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora