Capítulo 12

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ADVERTENCIA: Escena de abuso sexual, precaución.

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Elsa caminó por los pasillos acomodando la mochila en su hombro, su cara tenía un gesto de molestia y sus labios se encontraban apretados en una fina línea. Su pecho se oprimía y sentía una gran tristeza invadiéndola al recordar lo sucedido, su sentido común le rogaba que regresara a la oficina de su tío y hablara con el demonio con calma, pero empujó ese sentimiento a lo más profundo de su ser. No iba a disculparse con el demonio, él había dicho cosas incorrectas de su novio.

-Hans puede ser muchas cosas, pero jamás me haría algo así.-Razonó sin dejar de caminar y asintiendo conforme.-Solo está estresado y tal vez algo molesto... seguro es por Jack.-Soltó un suspiro cansado acercándose a su casillero.-Debo arreglar las cosas con él.

Desvió su mirada al casillero cerrado a su lado, perteneciente al demonio y soltó un suspiro, abrió su casillero para recoger sus cosas, pero un sobre amarillo cayó al suelo llamando su atención. Lo recogió con extrañeza notando que, escrito con tinta azul en uno de los lados, se encontraba una pequeña nota. Pero antes de leerla, la presencia del pelirrojo a su lado llamó su atención. Elsa ocultó el sobre en su mochila a la par que recogía sus cosas para irse.-Hans, me asustaste.

-¿Qué te paso?-Elsa cerró el casillero para enfrentar a su novio con una sonrisa nerviosa.

-Una guerra de pintura.-Murmuró, mordió su labio inferior.-Yo la inicié, necesitaba vengarme de Jack por esto.-Agarró unos mechones cabello para hacerse entender.

-Te castigaron.-Elsa bajó la mirada.-Jamás te habían castigado ¿Qué es lo que te está pasando, Elsa? ¡Mírate!-La señaló.-Casi no puedo reconocerte, y todo esto por ese idiota de Frost.-El ángel apretó los labios para evitar decir algo para defender al albino. No lo iba a hacer, ya no más.

-Perdón, me deje llevar mucho por la guerra de bromas.-Elsa levantó la vista mirándolo con una sonrisa, agarró su mano y la acarició.-No te preocupes, ya eso se detendrá... Tenías razón.-Hans sonrió quedamente estirando su mano para acariciar la mejilla del ángel albino.-Te lo compensaré.

El pelirrojo enganchó su sonrisa.-¿Qué te parece esta noche?-El corazón del ángel se aceleró a la par que un escalofrío de miedo recorría su columna. Hans agarró la cara del ángel entre sus manos.-Puedes ir a donde las chicas, recoger tus cosas y pasas el fin de semana conmigo ¿Qué dices?-La cabeza del ángel comenzó a negar cuando la idea de retractarse se hacía mucho más fuerte, pero Hans acarició sus mejillas.-Así podemos aprovechar el tiempo perdido, pasarla juntos, disfrutar un poco.

Elsa miró a su novio y asintió lento.-Cla-claro.-Hans se separó de ella satisfecho y Elsa arrugó su cara al sentir un punzada de dolor en su cabeza, seguramente el olor a pintura comenzaba a marearla.

-Pero primero, báñate ¿Si?-Preguntó el ángel sacándole una risa a la albina.

-Sí.-Ambos, agarrados de las manos, iniciaron camino por el pasillo para salir de la institución.-¿Las chicas?

-Se adelantaron, querían quitarse la pintura de encima. Les dije que venía a buscarte.-Elsa le sonrió.-Así que es mejor apurarnos, porque si no, se te va hacer más difícil deshacerte eso.

Rió feliz. Jack se equivocada, no conocía a Hans, no como ella lo hacía. Confiaba en él, sabía que jamás le haría daño.

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Después de darse un largo baño y, con mucha dificultad, eliminar la pintura de su piel. Elsa recogía en su mochila una pequeña cantidad de ropa y otras cosas para poder pasar el fin de semana con Hans. Miró su habitación para asegurarse de no dejar nada, sacó debajo de su almohada su pequeña libreta azul y la guardó en un bolsillo oculto, estaba a punto de cerrar cuando su mirada azulada se desvió a su mesa de noche, donde el sobre amarillo que había encontrado en su casillero, descansaba. Lo tomó entre sus manos y lo volteó para poder leer esa nota que no había podido hacer en la institución.

Ángeles & Demonios ~Jelsa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora