Capítulo 10

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Al día siguiente, jueves en la mañana y en la casa de las chicas Elsa bajaba las escaleras de dos en dos y con una enorme sonrisa, entró a la cocina y dejó un beso en la mejilla de su hermana que se encontraba comiendo junto a Rapunzel.—Buenos días.

—Buenos días.

—¿Estás de buen humor?—Preguntó Mérida sentada en el mesón de la cocina con una manzana en su mano.—Dormiste dese que llegaste ayer de la institución.

El ángel sonrió.—Es que dormí como nunca.—Agarró una manzana y acompañó su amiga pelirroja en el mesón.—Siento que me he quitado años de encima.—Mordió la manzana y miró a sus amigas, esperó tragar para seguir hablando.—¿Y? ¿Ya planearon el siguiente movimiento? Debemos estar listas para cuando los chicos ataquen, el hecho que le pintáramos el cabello de rosa hará que lo cobren caro.—Rió.

Mérida la vio con extrañeza.—¿No habías cancelado la guerra de bromas?

Elsa imitó su gesto.—¿Cancelarla? No, claro que no.—El ángel volvió a morder la fruta al preguntar.—¿Por qué lo dices?

—Hiccup me había dicho eso, al parecer tuviste un altercado Hans, Jack y tú.—Elsa dejó de masticar arrugando mucho más el gesto. La demonio subió sus hombros.—Tal vez se confundió.

—Sí, seguramente; yo no voy a cancelar esa guerra de bromas.—Afirmó.—Hace mucho tiempo que no me divierto así.

—Concuerdo.—Añadieron las ángeles.

Mérida levantó sus hombros.—Bueno, es mejor apurarnos.

Las chicas hicieron lo ordenado, cada quién buscó sus respectivas mochilas y se arreglaron para poder irse. Elsa decidió llevar un simple short y camisa larga, unas zapatillas y su cabello recogido en una trenza, el broche de copo de nieve adorando su cabeza. Salieron de la casa y al llegar a la institución, llegó el momento de separarse, las chicas fueron a sus casilleros y Elsa se encaminó al suyo. Tarareaba una canción y con contagiable alegría, abrió su casillero para poder hacer el cambio de libros, se hizo un recordatorio mental de devolver el libro de Sueños y Pesadillas a la biblioteca, había decidido hacer una copia propia para así leerlo con más calma y no tener la presión de que debía devolverlo.

<<Durante la clase de vuelo>> Acordó ella misma asintiendo de acuerdo. El casillero a su lado fue cerrado de golpe haciéndola saltar del susto. Elsa miró al responsable unos segundos antes de reír quedamente.—El rosa te queda muy bien, Frost.—Elsa cerró su casillero y con los libros abrazados a su pecho, dejó un beso en su mejillas.—Buenos días.

Jack parpadeó incrédulo y miró a los lados con algo de duda.—¿Es a mí?

Elsa rió confundida.—¿A quién más seria?

Jack pasó una mano por su cabello apretando los labios, alborotando su cabello ya de un rosado pastel después de cinco duchas. La señaló con algo de duda y boqueó un poco antes de seguir hablando.—¿No estás molesta conmigo?

—¿Por qué lo estaría?—Elsa comenzó a caminar por el pasillo, pero a notar que el demonio no la seguía.—Jack ¿Estás bien? Vamos tarde a clase de vuelo.

El demonio la miró y sacudió su cabeza dibujando una sonrisa.—Nada, snowflake, creo que sigo dormido.—Jack caminó hasta quedar a la par y retomaron la caminata. El demonio chasqueó la lengua al notar el broche de nuevo en su cabello y metió las manos en sus bolsillos.—Oye... ¿No te acuerdas de lo que pasó ayer?

—¿Qué paso?—Preguntó mirando al demonio con interés.—Mérida me comentó que había cancelado la guerra de bromas por un altercado entre Hans y tú.—Miró al demonio con los ojos entrecerrados.—¿Qué hiciste, Frost?

Ángeles & Demonios ~Jelsa~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora