Olivia cree que toda su vida está perdida ante la separación de sus padres y que nada puede ser peor que ver como su familia se cae a pedazos. La ley de Murphy toma protagonismo en la vida de la adolescente cuando sus extraños profesores se aprovech...
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- Llegare tarde...llegare tarde...no, no, no justo hoy no - Hable conmigo misma mientras terminaba de colocarme la falda de la escuela y corría escaleras abajo para tomar unos chocolates de la alacena como desayuno.
Odiaba sentir la casa vacía, desde que mis padres comenzaron sus peleas legales era imposible verlos más de una hora aquí cumpliendo su papel de padres presentes, solían hacerlo muy bien pero eso termino hace exactamente tres semanas cuando iniciaron un juicio por mi custodia, realmente no se en que momento pasamos de ser una familia feliz a una mierda.
Salí de mi hogar cargando la melancolía en mis hombros y corrí tanto como mis piernas me lo permitieron para llegar a la escuela, era la tercera vez en la semana que llegaba tarde, irónico porque odiaba la impuntualida especialmente la sensación de todos mirándome y sus comentarios estúpidos respecto a la tardanza, pero aun así no hacia nada para cambiarlo.
Sumándole a mi excelente día hoy tenía un examen muy importante de geografía que definiría mi promedio. Debo admitir que estas últimas semanas descuide mis calificaciones por resultado bajaron notablemente, nunca antes obtuve menos de 6 y ahora lo volví un hábito.
No quería poner la culpa de mi decadencia académica sobre mis padres, pero era inevitable cuando por las noches no podía dejar de torturar mi cabeza pensando en la causa de la destrucción de mi familia y como podría solucionarlo.
Al llegar a la escuela me detuve a regular mi respiración frente al portero, un señor de baja estatura y ojos achinados, el cuál se limito a negar con su cabeza decidido a negarme el ingreso - Lo siento señorita, pero llega veintisiete minutos tarde, no puedo dejarla pasar - Anuncio mirando su reloj para confirmar los minutos exactos de mi retraso.
Me sentía tan frustrada que quería llorar, sin embargo como era costumbre reprimí esa emoción - Por favor señor déjeme pasar, hoy tengo un examen muy importante - Supliqué sabiendo que no cambiaría su postura, mi escuela era sumamente exigente.
El portero demostraba su deterioro de paciencia mientras más le suplicaba - Nuevamente lo siento, pero no puedo son decisiones de mis superiores - Sin embargo el sabía que no me rendiría con facilidad.
- Por favor prometo no decirle a nadie si me deja pasar - Soltó un suspiro en respuesta e intento cerrar el portón de ingreso, pero se lo impedí interfiriendo con mis manos.
- Ya le dije que n...- No logro concluir la frase gracias a que una voz conocida lo interrumpió captando la atención de ambos.
El director Ashton se encontraba junto al portero con una postura firme - Olivia puedes pasar, acompáñame a mi oficina - Ordeno y sin dudarlo me apresure a seguirlo.
