Olivia cree que toda su vida está perdida ante la separación de sus padres y que nada puede ser peor que ver como su familia se cae a pedazos. La ley de Murphy toma protagonismo en la vida de la adolescente cuando sus extraños profesores se aprovech...
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Tome aire antes de soltar la verdad - Lo que pasa es que mis padres están por divorciarse y eso me hace sentir muy triste - Confesé jugando con mis manos para distraerme de la vergüenza que me generaba ser vulnerable.
- Si hay algo que aprendí por experiencia propia es que el problema es de tus padres, tu no tienes nada que ver en eso. Por esa razón no debes preocuparte en los asuntos de mayores, es cuestión de tiempo para que todo se solucione y si necesitas hablar con alguien aquí estamos para escucharte y ayudarte - Respondió Peter demostrando su empatía y apesar de estar agradecida por interés hacia mi bienestar debía irme.
- Gracias por todo pero...¿Ya puedo irme? Es que ya es muy tarde y aun no comí mi almuerzo - Tome mi mochila esperando una respuesta afirmativa, sin embargo Ashton negó.
- Oh no cariño, todavía nos falta hablar sobre otro tema - Nuevamente un apodo informal que me generaba incomodidad. El ambiente comenzaba a tornarse extraño.
- Pero ya les dije que no volveré a llegar tarde y prometí subir mis calificaciones, realmente debo ir a casa - Ya no sabia que más decir para que me dejaran en paz respecto al tema, pero debía salir de allí cuanto antes.
Notaba que Ashton y Peter estaban muy tensos como ansiosos, sin embargo el profesor Harry tenía su aura tranquila - Iré a buscar tu almuerzo asi continuamos la conversación, prometemos no sacarte mucho tiempo - Anuncio Harry antes de salir velozmente de la oficina sin dejarme protestar.
- Podemos dejar la conversación para mañana - Sugerí impaciente sin dejar de mirar la puerta.
Ashton suspiro exageradamente fuerte para demostrar su enojo hacia mi comportamiento - No, queremos hablar hoy así que vuelve a sentarte Olivia, harás que pierda la paciencia ── Demandó y fruncí mi ceño confundida por la situación.
Mi teléfono vibró indicándome que tenia una nueva notificación, dedique una mirada disimulada para leer el mensaje de mamá - Lo siento pero mi madre me acaba de avisar que el almuerzo está listo - Guardé mi teléfono y colgué mi mochila sobre mis hombros con la intención de largarme de allí.
- Pues dile que almorzaras en la escuela - Ordeno Peter sin embargo negué antes de alejarme lentamente hacia la salida bajo la atenta mirada de ambos.
- Ya le dije que debo irme, lo siento pero podemos hablarlo mañana - Di media vuelta para irme y correr hacia la salida pero la puerta fue abierta repentinamente haciéndome chocar contra el torso de Harry.
Mi profesor solo acaricio mi cabello y me empujó levemente hacia el centro de la oficina - ¡El almuerzo está listo! - Exclamo con una bandeja de comida en sus manos, pero algo llamó mi atención, sobre ella había un biberón rosado.
Evidentemente me aleje al instante, pero Harry tomó mi brazo con firmeza sin llegar a ser brusco para evitar que escapara - ¿Que hace? Suelteme...¿Eso es un biberón? - La tensión del ambiente se rompió y supe que debía irme cuanto antes si no quería que algo malo sucediera.
Inicie un forcejeo alarmada imaginando lo pero - Permitenos explicarte. No solo te citamos aquí para hablar sobre tu situación escolar, el motivo principal es sobre una propuesta - Hablo el director con una sonrisa macabra dibujada sobre su estúpido rostro.
La confusión era tanta que ya no sabía si ellos eran los adultos responsables en los que confiaban mis padres - ¿Una propuesta? - Pregunté incrédula.
- Si, pero primero necesito que termines todo tu almuerzo - El profesor Harry soltó mi brazo para dejar la bandeja sobre el escritorio.
En ese mismo instante de distracción logré correr hacia la puerta de salida, podía escuchar sus gritos de advertencia detrás de mi pero aun así no me detuve. Lamentablemente ya nadie se encontraba en la escuela para que pudiera ayudarme, estaba sola.
- ¡Olivia detente! - Sentía sus voces cada vez más cerca. Faltaban unos pocos metros para llegar a la salida, sin embargo la suerte nunca fue mi amiga. Caí abruptamente sobre el suelo de cemento lastimando mis rodillas y manos.
Intente volver a correr pero los fuertes brazos de Ashton me cargaron antes de reaccionar - Esas son las consecuencias por no obedecerme - Dio un azote sobre mi falda causando que rompiera en llanto, me sentía tan humillada y asustada.
Comencé a mover mis piernas desesperadamente para que me bajara de sus hombros cuando ingresamos nuevamente a la oficina - ¡Q~quiero irme a casa! - Ashton me dejo sobre el escritorio para dedicarme una mirada de desaprobación.
- Hasta que no nos dejes explicarte no te iras así que vete calmando o no hablaremos - Respondió el profesor Peter cerrando la puerta con llave.
Harry al ver que no tenia intenciones de parar mi llanto se acerco a mi - Cariño tenemos todo el tiempo del mundo, si quieres seguir con tu berrinche hazlo - Susurro sobre mi oído logrando intimidarme aún más.
Ahston no dejaba de mirar mis heridas - Harry trae el botiquín por favor...dios mira tus piernas, pudiste lesionarte de gravedad - Nunca antes lo había visto tan enojado y preocupado.
El profesor Harry rebusco entre los cajones hasta que saco un botiquín de emergencia para entregárselo al director, quien rápidamente tomó un alcohol desinfectante y algunas gasas, sin embargo cuando intento limpiar mis heridas me aleje - N~no, no, no...me va a doler - Lloriquiee desesperada.
Ashton inmovilizo mi pierna evitando lastimarme - Si no te desinfecto la herida se te caerá la pierna - Mi llanto se incremento al imaginar ese horrible suceso.
Peter golpeo su brazo con fuerza como reprendimiento - ¿Ya te dije lo idiota que eres?...Cielo no lo escuches, no pasará eso pero se te puede infectar la herida y será más doloroso para ti - Explicó limpiando las lágrimas que se deslizaban por mis sonrojadas mejillas.
Volví a mi posición inicial para que Ashton pudiera accionar, cuando el desinfectante hizo contacto con mi piel no pude evitar gritar - Me d~duele...¡Duele mucho! - Llore imaginando que nada de esto hubiese pasado si tan solo me dignara a no llegar tarde a la escuela.
Los tres pares de ojos no paraban de mirarme con superioridad, no pude evitar ocultar mi rostro en mis manos para seguir llorando - Tranquila cielo, ya no llores - Ashton me cargo sin dejar de acariciar mi cabello, todo era tan confuso que no sabía cómo reaccionar.
