29. (1)

7.9K 305 49
                                    

¡Hola! No quisiera dañarles la emoción, pero les tengo una noticia que sé que de pronto no les va a gustar, y es que quedan sólo 4 capítulos (incluyendo este) :(, pero de igual forma son algo largos, así que no se preocupen. Las aprecio mucho, chicas. Saludos y muchos besos ;). Disfruten ahora sí.

Luisita POV

Amelia y yo mantuvimos la noticia del embarazo para nosotras por un tiempo. Siempre hay algo de peligro en decirle a la gente muy pronto porque si algo le pasara al bebé, más gente saldría afectada. Ahora a los 4 meses de embarazo, Amelia y yo no podemos esperar para decirles. Disfrutamos mucho de nuestra pequeña burbuja de ininterrumpida felicidad. El último mes, tras haberle dicho a Amelia lo de nuestro segundo bebé, ha sido increíble.

Ella ha estado incluso más atenta y cuidadosa de lo que ya era. Se ha portado como lo esperé, siempre queriendo protegerme y cuidarme. Ha estado siendo muy pendiente a mis niveles de estrés, alentándome a no tomar más turnos en el trabajo y a no preocuparme por las finanzas, que ya ella y Marina podrían encargarse de eso, aunque no tardó en enterarse de que estar embarazada no me hace una inútil y que no me gusta que me estén mandando. Cedió a regañadientes, pero tampoco significa que haya dejado de esforzarse en cuidarme.

Nos hemos estado quedando en su casa con más frecuencia que antes. Amelia decoró uno de los cuartos haciéndolo oficialmente de nuestra niña. También compramos ropa extra para que yo tenga alguna en su casa y ella tenga alguna en la mía. Los arreglos se hicieron casi sin hablarlo. Hemos sido una familia desde antes de enterarnos de que estábamos creciendo, y saber eso presionó a Amelia a considerar mucho más nuestro futuro. Creo que nos vamos a mudar a la casa de Amelia, pero no lo hemos hablado seriamente. No estoy segura, pero estoy esperando que me lo pida, porque así podríamos continuar nuestra vida como una pequeña familia real y doméstica.

No importa cuánto haya pensado en eso antes. Nada me hubiese preparado para la reacción de Amelia a este embarazo.

Literalmente, he llorado muchas veces recientemente sólo porque Amelia se ha acurrucado conmigo y ha acariciado mi tripa. Tuve que culpar a las hormonas porque me estoy volviendo patética.

Las dos llamamos a nuestros padres la semana pasada para invitarlos a cenar en casa de Amelia este fin de semana y darles la noticia. Eso es algo que no se puede decir por teléfono, además de que Amelia quiere hacerlo apropiadamente. Aparentemente sus padres lloraron mucho cuando les dijo sobre Luna. Lloraron mucho cuando la conocieron, y al parecer también lloraron cuando Amelia les contó que estábamos juntas oficialmente y lo de que yo también la amo. No sé si es lindo o casi que loco que los quiera ver llorar otra vez.

Amelia se sienta a mi lado en el hospital, mirando al monitor con los ojos muy abiertos, esperando para finalmente ver la viva imagen de nuestro bebé con el aparato que se mueve por mi vientre. Yo sólo puedo mirarla a ella. Sus ojos van de un lado a otro en la pantalla y finalmente se fijan, sus cejas se alzan y su boca se abre, por lo que se tapa con una mano. La doctora le explica lo que ve en la imagen y lo que podrá ver más adelante, cuando nazca el bebé.

— ¿Y sí está segura de que sólo hay uno? —Pregunta con un claro tono de esperanza en su voz.

— Estoy segura.

La doctora se ríe de la decepción en su rostro y presiona algunos botones en la máquina a su lado.

— Vamos a concentrarnos en este por ahora, ¿sí?

Amelia se ríe y asiente ante la pregunta, aunque deja en claro que quiere expandir nuestra familia todavía más. Y aunque un tercer hijo no está en la agenda ahora mismo, me satisface la idea de saber que a Amelia le encantaría tener más bebés. La doctora llama nuestra atención otra vez y Amelia vuelve a mirar el monitor, esperando que algo pase.

La Donante (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora