16.

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- ¡Vamos, Lu! ¡Tenemos que irnos, tu mami está afuera!

Escucho a Luisita gritar por la casa a nuestra hija cuando salgo del coche y veo a la hermosa mujer salir por la puerta principal, señalándome que estarán listas en un minuto. Me recuesto contra la puerta del coche y espero por mi familia, sonriendo al escucharlas a toda prisa con emoción e impaciencia. Después de que Luisita tomó un turno extra de último minuto en la cafetería,  tuvimos que planear la salida mucho más tarde de lo que anticipaba, pero después de verla, no importa a qué hora pase por ella. Al menos pasaríamos todo el fin de semana juntas.

Un par de minutos después y mi hija sale con su mono y su chaqueta, más una pequeña mochila, sosteniéndose de la baranda al bajar por los escalones.

- ¡Hola, mami!

- Hola, cariño. -La alzo y le beso la frente y vuelvo ponerla en el suelo.

Escucho un resoplido junto a un forcejeo y miro a Luisita arrastrando una gran maleta por los escalones y hacia mí.

- ¡Sólo nos vamos por tres días! ¿Qué hay en esa maleta, Luisita? -Me río de ella, todavía sin molestarme en ayudarla. Vuelvo a recostarme contra el coche y ella me mira feo.

- ¡Cállate! -Murmura bajo para que nuestra hija no escuche.

Camina hasta la parte trasera del coche para poner la maleta en la cajuela, pero me apresuro a alcanzarla y le quito la maleta de las manos. Sin esfuerzo la levanto y la guardo antes de que Luisita si quiera lo intente. De verdad está muy pesada, ¿qué demonios lleva? ¿Todo su guardarropa?

- Gracias. -Luisita sonríe por mi ayuda y me acaricia el bicep. Me encanta cuando hace eso.

Siento unos golpecitos en mi pierna y miro que es mi hija sosteniendo su mochila para que yo la guarde también. Me río y la pongo en la cajuela junto a la maleta.

Escucho pasos bajando los escalones y veo a Marina venir con Lucía en su cadera. Las dos me saludan con la mano.

- Os veo en unos días. -Le dice Luisita a su mejor amiga, abrazándolas y besándolas a las dos en las mejillas.

Luna sintió que su despedida dentro del apartamento fue suficiente, así que abrió la puerta trasera del coche para subir a su silla, pero no pudo sola, por lo que yo la ayudé y aseguré sus cinturones. Me he vuelto buena en eso. Cuando Luisita abre la puerta del copiloto, veo que Marina sigue ahí, esperando por mi despedida.

- Diviértete este fin de semana, Amelia. -Me dice cuando la abrazo-. Y recuerda: la diversión nunca es demasiada. -Añade con un guiño-. Cuídalas. Estoy segura de que lo harás, pero es sólo en caso de que necesitaras otro recordatorio. -Me aparto de ella y le doy un beso en la cabeza a Lucía, haciendo que la pequeña se sonroje-. Oh, y gracias por el préstamo, Amelia. Ninguna de las dos queríamos que hicieras eso y Luisita probablemente no va a estar muy feliz cuando lo descubra, pero gracias.

- Por supuesto. Estoy aquí para todas vosotras. Gracias por ser honesta conmigo. Odio pensar en que alguna de ustedes está sufriendo en silencio cuando yo podría estar ayudando de alguna manera. -Me sonríe y me apresura a subir al coche, donde Luna me está mirando impaciente por la ventana y Luisita sigue de pie con la puerta abierta, observando nuestra interacción con una sonrisa y ojos curiosos.

Camino hacia la madre de mi hija y sostengo la puerta abierta para ella, animándola a entrar al coche. Me dedica esa amplia sonrisa que me encanta y provoca una similar en mis labios.

Poco después ya viajando, luego de mencionar las bebidas y bocadillos que puse otra vez en la cesta, volví a poner la misma playlist de Disney como lo había hecho la última vez por petición de Luna. Frecuentemente miro por el espejo retrovisor y veo a mi hija tratando de cantar las canciones, siempre en un murmuro, mientras colorea un libro con dibujos selváticos que compré para ella. Es hasta que empieza una canción en particular que realmente obtenemos una reacción de su parte. La pequeña chilla cuando comienza "A Whole New World" de Aladdin, y aplaude emocionada. Me giro rápidamente y la veo apuntar entre Luisita y yo, y recuerdo lo que hablamos durante nuestra caminata por el sitio de campo. Luisita es mi Jasmine. Le guiño a mi hija y me río, ella responde con una risa idéntica, dejando a Luisita confundida, pero sonriente.

La Donante (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora