La Chica Muggle //1// (Draco Malfoy y Tú)

Capítulo 12. El bosque prohibido

Las cosas no podían haber ido peor. Filch nos llevó al despacho de McGonagall, en el primer piso, sin decir una palabra.

Harry temblaba y yo estaba más pálida que un fantasma.

No se me ocurría nada para cómo evitar ese problema, estábamos atrapados ¿Cómo podíamos habernos olvidado la capa en la torre, cómo habíamos sido tan torpes? No había razón para vagar por los pasillos de noche, y encima en la Torre de Astronomía, que estaba prohibida salvo en las clases. Si a eso le añadíamos Norberto y la capa de invisibilidad, ya podíamos ir haciendo las maletas.

La profesora apareció, y llevaba a Neville con ella.

—¡Harry! Estaba tratando de encontrarte para prevenirte, oí que Malfoy decía que iba a atraparte, dijo que tenías un drag...—Harry negó violentamente con la cabeza para que Neville se callara, pero la profesora lo vio.

—Nunca lo habría creído de ninguno de vosotros. El señor Filch dice que estabais en la torre de Astronomía. Son la una de la madrugada, quiero una explicación—amenazó la profesora.

Parecía que echaba fuego, se parecía a Norberto en ese aspecto. Ninguno contestamos a la pregunta.

—Creo que tengo una idea de lo que ha sucedido. Os inventasteis una historia para que Malfoy saliera de la cama y se metiera en líos. Supongo que os ha parecido gracioso que Longbottom lo escuchara y también la creyera ¿no?—McGonagall sonaba muy enfadada.

Harry no habló, pero yo no podía ver la mirada rota de Neville, creyendo lo que habíamos hecho.

—No queríamos que Neville se enterara, no estaba en nuestro plan. Lo siento mucho Neville...—mentí y el chico me dirigió una débil sonrisa.

—Estoy disgustada. Cuatro alumnos fuera de la cama en una noche ¡Nunca había oído nada así! Tú, Hayley nunca me hubiera esperado este comportamiento de ti, y Harry Potter pensé que te importaba más Gryffindor... Los tres sufriréis un castigo... Sí, tú también Longbottom, nada te da derecho a dar vueltas por los pasillos a plena noche, en especial en estos días. Es muy peligroso. Se os descontarán cincuenta puntos de Gryffindor, y en tu caso señorita Smith de Slytherin.

*Ahora me odiarán más, perfecto.*

—¿Cincuenta?—resopló Harry.

—Cincuenta a cada uno—dijo la profesora.

—Profesora porfavor...—supliqué yo.

—Usted, usted no...—Harry no podía creérselo.

—No me digas lo que puedo hacer o no Potter. Ahora volver a la cama, todos. Nunca me he sentido tan avergonzada de alumnos de Gryffindor, y no tan Gryffindor—eso último lo dijo mirándome a mí.

—Y yo estoy muy decepcionada, porque si Slytherin gana la copa de la casa, cosa que espero, será por su severidad lo que hará que Snape la sostenga en sus manos y no usted—dije antes de salir por el despacho.

Los chicos me miraron sorprendidos.

—Ya me disculparé mañana... y sobre la copa no es verdad, espero que sea Gryffindor—dije rápidamente antes de que alguno me mirara mal.

Gryffindor había perdido cien puntos en una noche, y Slytherin setenta si contamos los veinte de Malfoy... Ahora sí que me iba a odiar toda la casa, incluidos Theo y Yess, estaba segura.

Entré a mi habitación con cuidado de no despertar a nadie, no me apetecía darles explicaciones a Pansy, a Daphne, Yess o a Millicent.

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