Capítulo 3. Hogwarts Express

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Hoy es 31 de agosto, había pasado un mes desde que Harry llegó a mi casa. Me levanté de un salto de mi cama, me puse mis zapatillas, abrí la puerta de mi cuarto y fui corriendo hacia el cuarto de invitados donde ahora dormía Harry. Vi que estaba dormido por lo que bajé a la cocina, llené un vaso de agua fría, corrí escalones arriba, entré en el cuarto de éste y le tiré el agua a la cara.

—¡Pero estas tonta o que Lee!—me dijo él enfadado, yo no aguanté la risa y me empecé a reír a carcajadas—. ¿A si?, ¿te hace gracia?—yo no paraba de reírme, Harry tenía toda la cara empapada junto con el pelo, y le caían gotas de agua al pijama—. Ya verás—entonces él cogió una botella de agua que tenía cerca la abrió y me la tiró encima, paré un momento intentado ponerme seria, pero no podía así que al segundo ya nos estábamos partiendo de risa los dos a pleno pulmón.

—Lo siento pero tenía ganas de hacer esta broma desde hace mucho y tú estabas ahí tan inocente durmiendo que no me pude resistir—le dije, el solo asintió ya que todavía estábamos riéndonos.

Entonces escuché la voz de mi padre, le habíamos despertado, ya que eran las siete de la mañana. Abrió la puerta del cuarto y nos vio a Harry y a mí empapados.

—No digo que no os divirtáis, pero al menos podríais divertiros en silencio, que son las siete nada más—nos regañó mi padre.

—Lo sentimos—respondimos a la vez los dos.

En este tiempo Harry se había llevado muy bien con mis padres, era un alivio. Y que viviese en la misma calle era una ventaja. Cuando mi padre cerró la puerta, nos volvimos a reír, aunque esta vez más bajo.

Bajamos a desayunar, Harry agarró dos muffins que hizo mi madre y yo cogí mis barritas de fibra, ambos nos tomamos también un Nesquik.

Al terminar, metimos las cosas en el lavavajillas y fuimos a mirar el correo. No había nada para nosotros de Hagrid, él nos dijo que nos mandaría una carta para decirnos a qué día y a qué hora vendría para guiarnos a la estación de tren, para coger el de Hogwarts.

Me imaginé que tendría que llegar hoy, porque mañana empezaban las clases en el colegio. Harry se fue a su cuarto para vestirse, lavarse los dientes y hacer su cama, y yo me dirigí al mío para lo mismo.

Acababa de terminar de hacer la cama cuando entró Harry corriendo a mi cuarto con dos cartas en la mano.

—Mira Lee, la ha traído una lechuza a mi ventana—me dijo con ilusión.

Rápidamente cogí mi carta y leí lo que ponía.

Querida Hayley,

Manana a las 11.00 sale el tren de Hogwarts, estate lista a las 10.00, con todas tus cosa para el colegio.

Saludos Hagrid.

*Realmente le tendré que enseñar ortografía*

Miré a Harry, este tenía una sonrisa en la cara, al igual que yo, por fin íbamos a ir a Hogwarts.

Durante todo el día estuvimos guardando y ordenando las cosas en baúles para tener todo listo.

—Hayley venga arriba, que son las nueve y media—me dijo Harry, esta vez me despertó él, aunque sin vaso de agua.

—Voy, voy—le dije con una voz ronca.

Bajamos a desayunar, mi madre estaba en la cocina preparándonos unos aperitivos para el tren.

—Buenos días—dijimos los dos.

—Buenos días—respondió mi madre.

Yo terminé antes de desayunar por lo que me fui arriba para ducharme, vestirme, y ver si me faltaba algo. Repasé mi lista y lo tenía todo, sonreí para mí misma y empecé a bajar los baúles y las maletas junto con mi lechuza negra, Hera.

La Chica Muggle //1// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora