Capítulo 11. Norberto, el ridgeback noruego

142 25 1
                                    

Cada semana que pasaba, Quirrell iba adoptando un aspecto más delgado y enfermizo. Cuando pasaba por su lado procuraba siempre echarle una mirada de "Te he descubierto" y el me respondía con otra de "maldita niña".

Veía a los chicos de vez en cuando subiendo al tercer piso para escuchar si Fluffy gruñía. Yo hace tres días que ya estaba con Hufflepuff, y para mi sorpresa todo el mundo era muy amable, al menos no me miraban demasiado y siempre que pasaban por el lado decían un «hola» muy amable.

Los exámenes se acercaban, en los ratos libres iba con Ron, Harry y Hermione a la biblioteca, ya no pasaba tanto tiempo con ellos y sabía que se contaban cosas que a mí no. Creo que era por varias razones: primero, yo pensaba que Quirrell era el culpable y no Snape, se lo repetía cada vez que tenía ocasión provocando que se molestaran conmigo, pero no podía evitarlo. Y segundo, ya no pasaba apenas tiempo con ellos al estar en otra casa, con otros horarios, los entrenamientos en diferentes equipos de quidditch... Todo eso nos distanció un poco.

Un día me sentía demasiado agobiada. Mis amigos pasaban más de mí que de costumbre, los exámenes se acercaban y se notaba la presión, aunque yo iba bastante bien en todas las materias, apenas hablaba con nadie y me sentía bastante sola. En uno de los ratos libres decidí irme a las orillas del lago negro. Allí podía pensar, llorar en paz y tranquilizarme, al menos durante un rato.

Me senté, y de mis ojos empezaron a derramarse lagrimas sin poderlas controlar, tenía que sacarlo todo fuera. Entonces escuché un ruido detrás de mí, rápidamente me giré y pude ver a ese chico de Hufflepuff, Cedric Diggory.

—¿Hayley?—me preguntó mirándome confuso.

No contesté, tenía los ojos humedecidos y rojos de las lágrimas. El chico se acercó, se arrodilló delante de mí, ya que yo era bastante más bajita que él, y me abrazó. Me aferré a su abrazo muy fuerte sin poder parar de llorar.

Después de un tiempo me apartó, agarrándome de los hombros y mirándome a los ojos.

—Sea lo que sea, Hayley, lo podrás superar. Perteneces a las cuatro casas, eres fuerte y puedes con todo, lo sabes ¿verdad?—me dijo él en un tono muy cercano, como si fuera mi hermano.

Yo asentí con la cabeza, quitándome las lágrimas que quedaban en mi rostro, él me volvió a abrazar y después me acompañó al castillo, ya que se estaba haciendo tarde. Sin saber por qué se había acercado a consolarme, me sentí reconfortada gracias a él.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En cuanto tuve tiempo libre fui derecha a buscar a mis amigos para decirles como me sentía. Los encontré en la biblioteca. Les explique todo y ellos se disculparon y me abrazaron. Luego de solucionarlo me quedé allí para ayudarlos, ya que estaban repasando todo, eso sí, por orden de Hermione.

Pasaron dos semanas, y nos encontrábamos de nuevo en la biblioteca "repasando".

—No entiendo por qué tenemos que repasar esto ahora, ¡Faltan diez semanas para los exámenes finales!—se quejó Ron.

—¿Sabes que tenemos que aprobar esos exámenes para pasar a segundo verdad? Tenía que haber empezado hace mucho...—le contestó Hermione, no había apartado la vista del libro que tenía delante.

—¡Hagrid! ¿Qué haces en la biblioteca?—exclamó Ron de repente.

Hagrid escondía algo tras la espalda.

—Mirando—dijo con una voz evasiva, lo que me llamó mucho la atención—. ¿Y vosotros? No seguiréis buscando a Nicolas Flamel todavía ¿no?

La Chica Muggle //1// (Draco Malfoy y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora