—Hoy tengo que trabajar hasta tarde —informó Ohm si quitar la vista de su laptop mientras tecleaba— No me esperes despierto.
—P-pero... —susurró Fluke— Ohm hoy es-
—Tengo que irme —interrumpió el azabache poniéndose pié y guardando su laptop en su maletín
—Ohm, Espera —detuvó Fluke elevando un poco la voz.
—¿Qué pasa, Omega? —preguntó Ohm mirando el reloj de su muñeca— Fluke, no tengo tiempo para tus tonterías. Dime qué pasa.
—Nada, olvídalo —repuso mordiéndose el labio inferior.
—Bueno. Adiós —se despidió Ohm dándole un beso en la mejilla a Fluke, saliendo del despacho de la casa.
—Es nuestro aniversario —habló en voz baja bajando la mirada mientras una lágrima caía por su rostro.
Fluke escuchó como la puerta principal era cerrada, lo que indicaba que su Alfa se había ido.
El llanto era inevitable, y es que de un tiempo para acá, Ohm había estado muy distante con Fluke, ya casi no tenían relaciones sexuales. Después del nacimiento de su pequeña Jane todo era felicidad, Ohm había logrado formar su propia organización de guardaespaldas y seguridad. Y ahora que Jane tenía tres años necesitaba más atención, y Fluke debía admitir que había descuidado su aspecto un poco, quizá ya no le gustaba a Ohm.
—Papi, ¿Po' qué llodas? —dijo apenas una dulce vocecita jalando levemente el brazo del castaño.
Fluke rápidamente se limpió las lágrimas con las mangas de su suéter.
—¿Qué haces despierta mí niña? —preguntó Natouch mientras levantaba a su hija en brazos dándole un beso en su cabecita— ¿Cómo saliste de la cuna? ¿Eh, princesa? —acariciandole la carita.
La pequeña solo río dulcemente.
Y eso era lo que Fluke necesitaba para calmar su dolor, a su hermosa hija.
(...)
—Entonces no lo recordó —dijo Earth desde el otro lado de la línea telefónica— ¿No sé lo dijiste?
—Estaba a punto de decírselo pero no pude —explicó Fluke— Temía romper en llanto.
—Quizá tu Alfa está preparado una sorpresa —repuso tratando de tranquilizar a su amigo— No te preocupes.
—Earth, creo que Ohm ya no me ama —dijo casi con la voz quebrado— Tengo miedo de que me deje.
—No pienses en eso, Fluke —dijo Earth— Ohm te ama y ama a su hija.
(...)
—Creí que te tomarías el día libre —manifestó Kao ingresando a la oficina de Ohm.
—¿Por qué haría algo así? —preguntó Ohm.
—Lo olvidaste ¿Verdad? —habló después de soltar un suspiro— Diablos, Thitiwat, ¿Qué está pasando?
—¿De qué hablas? —cuestionó Ohm sin entender.
—Siempre estás serio y enojado, ¿Se trata de tu Omega? —repuso Kao sentándose en la silla frente al escritorio de Ohm.
—Es... Es complicado —manifestó el azabache pasando su mano por su cabello en señal de frustración.
—Ohm... —dijo Earth entrando a la oficina interrumpiendo la conversación— Kao, no sabía que estabas aquí.
—Hola cariño —saludó Kao poniéndose de pie y acercándose a su Omega para darle un beso casto— ¿Qué haces aquí?
—Yo... Venía a hablar con Ohm —informó.