—¿Por qué escaparía? —preguntó Ohm— Estábamos bien, o al menos eso creía.
—Earth dijo que solo fue a la cocina —comentó Kao mientras conducía— No tenía razones para huir.
—Lo sé pero... ¡Detente aquí! —gritó abruptamente.
Cuando Kao frenó secamente, Ohm no espero y bajó con rapidez sosteniendo una linterna en su mano.
—¿Que pasó? —preguntó Kao llegando hasta donde su amigo después de estacionar el auto— ¿Por qué hiciste que me detuviera.
—Puedo sentir su aroma en éste lugar, tuvo miedo, algo malo le pasó —explicó Ohm poniéndose de cuclillas y observando tratando de encontrar algo— Las huellas están frescas, pero no es solo de un auto, sino de tres, no puedo distinguir ningún olor más, de seguro eran betas.
—Hubo una desviación por aquí —manifestó Kao señalando con su linterna a un lado de la carretera.
Ohm se puso de pie y caminó hacia donde Kao había señalado, siguió las huellas guiándose solo por la luz de su linterna.
—Encontré el Ford Edge —repuso Ohm llegando hasta el coche e inspeccionandolo.
(...)
—¿Qu-qué? ¿H-hijo? —tartamudeó el castaño con la voz casi afónica.
—Amarrenlo en la silla —ordenó el hombre.
Cumpliendo lo ordenado, uno de los sujetos empujó a Fluke hasta donde la silla, procedió a quitarle las esposas, que dejaron unas horribles marcas rojas con sangre, e hizo que se sentara para después buscar una cinta plateada, poniendo las manos del Omega encima de los reposabrazos, sustuvo la mano derecha y pegó la el extremo abierto del rollo de cinta directamente sobre la piel herida de las muñecas de Fluke y dándole varias vueltas para asegurarlo y repitiendo la acción con la otra mano.
—Fluke, Fluke —dijo quitándole la venda de los ojos— No sabes lo difícil que fue encontrarte, hijo.
—¿Pa-papá? ¿Que pasa? —cuestionó el Omega con un hilo de voz y lágrimas en sus ojos— N-no entiendo nada.
—Has sido muy desobediente —comenzó a hablar mirando directamente al castaño— ¿Cuando pensabas decirme que eres un Omega?
—Yo-
—Un débil Omega, igual que tu hermano. Que decepción —escupió con furia— Por eso tuve que encargarme de él o bueno, esa fue unas de las razones.
—¿Qué? Drake... ¿Él no... no sé suicidó? —titubeó— ¿Lo asesinate?
—No, yo no lo asesiné, en realidad fue él —dijo señalando hacía atrás de Fluke y haciendo que este voltease.
—Everet —susurró el castaño— ¡Maldito!
—Asi es, yo lo asesiné, tu padre me pagó para hacerlo. Lo hice ver cómo un suicidio, ingenioso ¿Cierto? —dijo con una sonrisa— Todos se lo creyeron, y ¿sabes por qué? Porque, primero, yo lo destruí emocionalmente, hice que se odiara a si mismo, y después todo fue más fácil yo solo fui astuto y aproveché mí oportunidad —expuso— Entonces, Fluke, de seguro te preguntas que hago acá —habló cínicamente Everet acercándose hasta llegar a un lado del padre del castaño— Si te soy sincero, a mí no me sorprende que estés acá. Porque yo le dije a tu padre dónde estabas. Al principio quince asesinarte con los chocolates pero no salió bien. Ohm no pudo hacer bien un trabajo, sí sabías que él tenía que asesinarte ¿Cierto? En fin, si él no pudo hacer su trabajo bien, entonces yo lo concluire, pero no ahora, primero voy a torturarte tan sadicamente que rogaras, suplicaras la muerte, pero no pararé hasta ver tus ojos llenos de desesperación, sufrimiento, quiero ser testigo de tu último aliento de vida.