Capítulo 8

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—¿Fluke?

—¿Qué quieres, Everet? —cuestionó el castaño cerrando el libro que tenía en las manos al mismo tiempo que se ponía de pie.

—Yo venía a disculparme —respondió entrando a la habitación— Sé que no debí decir esas cosas, pero estaba enojado. Lo siento.

—Entonces ¿No amas a Ohm? ¿No quieres ser su Omega? —preguntó Fluke a la defensiva.

—Bueno, sí amo a Ohm pero sé que mí amor nunca será correspondido —comenzó a explicar— Además, nosotros estuvimos en una relación que, como ves, no funcionó.

—Tú y Ohm-

—Si, ¿No te lo dijo? —manifestó fingiendo sorpresa.

—No, pero no importa porque no es nada relevante en mí vida —repuso Fluke con un mohín— En fin, sí no te importa, quiero estar solo antes de que Ohm regrese.

—Por supuesto —manifestó— Pero, creo que te equivocas.

—¿Equivocarme? ¿Por qué? —cuestionó Fluke frunciendo el ceño.

—Si, Ohm y yo tenemos algo así como una cita —comentó feliz— y llegaremos tarde, no lo esperes despierto.

—Mientes —manifestó el castaño.

—¿Por qué no se lo preguntas a él mismo? —retó aún sonriendo— En fin, me voy que tengo muchas cosas que hacer. Adiós Fluke.

El castaño solo se quedó quieto viendo cómo Everet salía de la habitación cerrando la puerta.

—Como lo odio —dijo para sí mismo.

(...)

Ya era casi media noche y Fluke no podía dormir. Se encontraba sentado en su cama viendo hacía la puerta.

Ohm no había llegado, lo que significaba que Everet había dicho la verdad.

No iba a llorar, su estúpido Alfa no se merecía ni una sola lágrima.

De pronto unos pasos lo pusieron alerta, Fluke se tapó con la frazada simulando estar dormido al mismo tiempo que la puerta se abría.

Con los ojos cerrados pudo escuchar cómo Ohm caminó alrededor de la cama parándose en frente suyo.

—Sé que estás despierto —habló Ohm agachándose y quedando a la altura de Fluke.

—Pues sí —aceptó el castaño apoyándose en la cabecera de la cama, quedando semi sentado— ¿Dónde estabas?

—Fui a arreglar algunos asuntos pendientes que tenía —se excusó Ohm— ¿Puedo dormir acá?

—No —respondió cortante— Vete de aquí.

—¿No? ¿Cómo que no? —cuestionó— Si estás bromeando-

—No estoy bromeando —interrumpió el Omega confrontandolo— No quiero que duermas conmigo.

—Bien, entonces, buenas noches —dirigiendose al otro lado de la cama se sentó al borde.

—¿Que haces? —dijo el castaño mirando a Ohm— Te dije que no quiero que duermas acá.

—Si, te escuché —sacandose sus calzados— Pero de todas formas dormiré aquí, con mí Omega.

—Pues yo no dormiré con un Alfa que es aparte de mentiroso viene con el aroma de otro Omega —poniendose de pie se buscó sus zapatillas y de las puso— Dulces sueños, Alfa.

—¿De qué hablas? ¿A dónde vas? —preguntó Ohm acercándose al Omega.

—¡Lejos de ti! —dicho eso salió de la habitación llegando a la puerta trasera y sentándose en el umbral de la puerta.

Mitad del Cielo Azul //OhmFluke//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora