—¿Qué más podemos hacer? —manifestó Kao— No hay ni un solo rastro de él.
—Lo que sea, debemos empezar a buscar por algún lado— dijo Ohm, exasperado— Puedo sentir su miedo y su tristeza. Me necesita. Tengo que encontrarlo.
—Lo haremos —aseguró dándole palmadas en el hombro— Ya regreso, llamaré a Prem.
Kao bajó el coche dejando solo a a Ohm.
El moreno solo se quedó mirando a la nada, no sabía que hacer, por dónde debía empezar de todas formas.
Con impotencia golpeó levemente la cabeza contra el trablero con algo de ira cerró los ojos y apretó las manos en un puño hasta poner sus nudillos blancos.
Su celular comenzó a sonar, pero Ohm no tenía ninguna intención en contestar, no quería hablar con nadie, así que sin ver la pantalla de su celular simplemente rechazó la llamada.
Unos segundos después el sonido de la llamada entrante volvió a sonar y Ohm, también pulsó el botón rojo que rechazaba la llamada.
(...)
—No contesta, es como si no quisiera hablar conmigo —habló un triste Fluke.
—Tranquilo, seguramente está ocupado buscándote —expresó Ash tratando de calmar al Omega.
—¿Crees que él piense que yo me escapé? —preguntó al borde del llanto— No le culparia si así fuera, aunque cuando lo vea, sí lo hago, le daré un golpe en la cara.
—Llamale de nuevo —manifestó— Aprovecha que no aún no viene nadie.
Fluke, con un gimoteo, volvió a llamar a Ohm.
—Por favor, Ohm, responde —susurró el castaño con súplica.
—Thitiwat —dijo Ohm al responder la llamada.
El corazón de Fluke se aceleró, se quedó sin palabras, tenía que decir algo pero no podía articular nada coherente.
—Si no me dices quién eres voy a colgar —amenazó el Alfa.
—¡No! —exclamó el castaño.
—¡Fluke! ¡Dónde estás! —repuso el moreno— Dime algo, cariño.
—Tengo miedo, Ohm, no contestabas y yo no sabía que hacer y-y-y...—respondió con la voz quebrada— Él los asesinó, ya no tengo a nadie, y tú no estás acá, porque piensas que me escapé pero no fue así, bueno al principio sí, pero después me arrepentí-
—Bebé, bebé, respira —interrupió— Fluke, quiero que hagas algo por mí, ¿Está bien?
—Si.
—Quiero que cierres los ojos. Inhala y exhala lentamente, solo concéntrate en mí voz, ahora dime en dónde estás —repuso Ohm con la voz serena.
—Y-yo, no lo sé —titubeo Fluke.
—Desde que te subieron, supongo que a una furgoneta, ¿Cuánto tiempo pasó hasta que llegaron al lugar en donde estás?
—No lo sé, cómo unos diez minutos o algo así —informó nervioso.
—Bien, ahora dime cómo es ese lugar en el que estás.
—Es una casa de madera, algo antigua.
—Con eso está bien. Fluke, prometo que te encontraré —aseguró el Alfa.
—Ohm, hay una cosa más.
—¿Qué sucede? —cuestionó con curiosidad.
—Se trata de Everet, él tiene que ver con todo ésto —dijo después de unos segundos— ¿Ohm? ¿Sigues ahí? —preguntó al no recibir respuesta del otro lado.