// Ohm Thitiwat, Alfa//
(...)
Caminando de aquí para allá, Ohm no podía sacarse del pensamiento las palabras de Kao, quizá tenía razón, no debió gritarle a su Omega. Debía entender que todo era nuevo para Fluke.
Ahora debía ir a pedirle perdón sin importar lo difícil que sea.
Soltando un suspiro se dirigió a su habitación.
Dió dos golpes a la puerta pero nadie respondió.
—Fluke... ¿Podemos hablar? —pidió— Estoy entrando —anunció abriendo la puerta.
Ingresó y buscó con la mirada a Fluke por toda la habitación, pero no lo veía.
—Fluke —llamó con un tono serio.
No podía sentir el aroma a vainilla, por lo que una ola de furia y preocupación lo indundó.
Se acercó a la ventana que estaba abierta, y asomó la cabeza y supuso que esa fue la vía de escape.
Rápidamente salió corriendo hasta llegar a la puerta principal, vió a todos lados y decidió seguir corriendo en línea recta. Se internó en el bosque e inhalando en el aire siguió el aroma de su Omega, ventajas de ser un Alfa.
Los Omegas generalmente son un poco más lentos que los Alfas, por lo que Ohm estaba un paso adelante.
(...)
Su corazón bombeaba muy frenéticamente, el aire se le hacía escaso, su garganta cosquilleaba y al mismo tiempo ardía, sus pies dolían. No quería detenerse porque si lo hacía temía que sus piernas le fallaran y no podría continuar.
Mierda.
Había tropezado con una piedra. Se quedó sentado en el piso, aprovecho para tomar el aire.
De todas formas estaba lejos, así que podía tomar un respiro.
Pero... Algo no estaba bien. No podía sentir su instinto Omega, se sentía como lejana.
Un ruido lo puso alerta, como si una rama se quebrara al pisarla. Alguien se acercaba.
Con esfuerzo se puso de pie, observó alrededor, no había nadie, pero aún se escuchaba pequeños ruidos lo que hizo que caminara con cautela, viendo de vez en cuando por sobre el hombro.
No estaba funcionando, las pisadas se escuchaban cada vez más cerca, por lo que él corrió sin una dirección en concreto.
De un segundo para otro estaba en el piso, y un cuerpo encima suyo.
No podía moverse, casi ni le quedaba energía ni siquiera para tratar de liberarse. Solo se quedó ahí con lo ojos cerrados y respirando por la boca tratando de recuperar el aliento.