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Sasha estaba parado en una esquina de la habitación. Estaba cruzado de brazos y la miraba con intensidad. Ella trago nerviosa, la forma en que la miraba la perturbaba, parecía que estaba furioso y ella no tenía idea de la razón, es decir, ella debería ser la que estaba molesta, se había colado en su habitación.

Él bajo los brazos, su mirada se oscureció y comenzó a caminar hasta ella hasta que se paró enfrente de ella.

-¿Me estás rechazando?- Ella se había quedó sin habla, Dioses, su loba interna estaba deseando darle un mordisco.

-¿De qué hablas?- Su voz fue un susurro, él dio otro paso hacia ella y miró hacia la ventana.

-Cerraste la ventana- Ella sintió un escalofrío.

-Sol- Fue lo único que atinó decir, su hermana debió de haberle dicho.

-No has respondido mi pregunta- Ella respiro profundamente, joder, olía delicioso. Su loba le gruñó.

-No creí que vinieras- Él la miró fijamente y me lanzó una mirada que le decía "¿Estas loca?"

-Es increíble que pienses eso- Si algo tenían los kattagaria es que eran directos en sus palabras.

-No, no lo es- Él levantó una ceja -Hubo una vez que me viste durante mi celo y no fuiste a pelear por mi- Sasha abrió los ojos sorprendido, seguro no pensando que ella lo recordase -Eres un kattagaria, se como es para ustedes, se vuelven locos si una hembra en celo libera su esencia cerca de uno de ustedes- 

-Tenía cosas que hacer y no tenía ganas de ser arañado- Ella levantó una ceja -No sabía que eras arcadia-

-No es como que mi olor me delate- Él hizo una mueca.

-Eres demasiado racional- Le dijo un tanto acusador, ella sonrió.

-¿Acaso tu no lo estabas siendo?- Ella se sentó en la cama y se cruzo de piernas, pudo ver como sus ojos se clavaron en su pierna desnuda, ella sonrió complacida, no le haría daño observar un poco -Solo cerré la ventana, al final tu ya estas adentro, lo cuál quiere decir que mis pensamientos eran equivocados ¿No?- Ella coloco su dedo indice en su mentón actuando pensativa -No sé, a veces no comprendo a los kattagaria y eso que tengo un hermano que es uno- Él gruño molestó -Ellos pueden agredirte y tú debes permanecer en silencio, pero si tu los agredes ellos definitivamente actuaran ofendidos- Ella sonrió ladina, apareció una toalla para secar su cabello -Ninguna hembra en su sano juicio te rechazaría, Sasha ¿O acaso ya olvidaste el lago?- Él se tensó, pudo ver como algo comenzó a crecer debajo de sus pantalones, ella mordió su labio y suprimió una sonrisa.

-Tú me dejaste con Kyra y Bob, también me rechazaste- Ella no pudo evitar reír esta vez, él le gruño en respuesta, pudo ver que había herido su orgullo porque él intento desaparecer, pero ella se lo impidió, Sasha la miró con ojos entrecerrados -Aristos- El despreció en su voz era palpable, ella sabía que solo lo decía porque estaba enojado.

-No hemos terminado de hablar, en realidad estoy bastante interesada en saber ¿Por que dices que te rechace al dejarte con Kyra y Bob? Sinceramente pensé que estarías agradecido con el hecho de que no te deje de carnada de gallu y quemándote bajo el sol- Él estaba molesto, pero también excitado, podía observar que a pesar de que parecía querer estrangularla su erección continuaba apretando sus pantalones -¿Bien?-

-Se supone que debemos amanecer juntos- Ella levantó una ceja.

-Nos quedamos dormidos en el amanecer- Él pareció pensar sus palabras -Yo tenía cosas que hacer, disculpa por no despertarte-

-No se supone que te fueras-

-¿Por qué no?- Él guardó silencio, ella intentaba comprenderlo, era algo realmente difícil. Ella pensaba como humana, pero él pensaba de una forma animal -¿Qué tiene de malo que me fuera?-

Una flor sin espinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora