Sasha estaba acariciando la espalda de Luz, ella estaba plácidamente recostada arriba de él. No sabía si estaba despierta, lo único que sabía es que él estaba más que satisfecho. El celo de Luz había terminado, pero ella no parecía querer dejar de tocarlo, él no tenía ningún inconveniente con eso, ella podría tocarlo todo el tiempo que quisiera.
Repaso los acontecimientos de los últimos días. Se había atrevido a luchar por Luz, recordó que vio la escena desde el Olimpo y aunque no había estado seguro de hacerlo, no pudo evitarlo. Él ver a ese hijo de Vane con brillo de triunfo cuando Luz lo miró, claramente ya lo había elegido, él no pudo permitirlo. Estaba furioso, cuando peleo con él no se contuvo, él solo imaginar a Luz gritar de placer mientras Tristán la tomaba... le causaba nauseas y cabreaba. No, no era algo aceptable ni para su humano o para su lobo.
Luz lo eligió, él pudo ver la duda en sus ojos y como tenía una lucha interna. La comprendía, la había humillado en dos ocasiones, aunque solo ellos dos sabían lo que había pasado en las anteriores ocasiones, él había herido su orgullo. Pero Luz era una hembra en celo y pudo notar como su loba domino a su parte humana, el instinto fue más fuerte y ella lo eligió, aunque no pudo estar con ella antes de rendir algunas explicaciones. No dejaba de ser una arcadia.
Arcadia y Katagaria, solo los Dioses sabían que clase de hijos tendrían.
Hijos.
Acarició el pensamiento con la punta de sus dedos, nunca se había atrevido a pensar demasiado en eso, él estaba marcado y temía que sus hijos sufrieran a causa de su persecución, pero... pero había descubierto cosas que lo hacían abrazar esa idea.
Luz era la ahijada de la Destructora, la Diosa la amaba tanto que la había marcado, cualquier persona que estuviese ligada a ella, estaba bajo su protección. Él estaría bajo su protección y sus hijos también. Nadie podría tocarlos sin sufrir la ira de la Diosa. Podría imaginar una camada de cachorros con bonitos ojos grises corriendo detrás de ellos. Si, le gustaba demasiado la idea.
-Sasha- Luz se estiro sobre de él y suspiró, él acarició su cabello.
-¿Ujum?-
-Debemos irnos- Él sabía que tenían que irse, pero realmente no tenía ganas de hacerlo.
-¿No quieres comer primero?-
-Sol nos invito a comer- Él suspiró resignado, Luz soltó una pequeña risa -Y debemos ver a la Diosa y después ir a la manada-
-Ya sé lo que debemos de hacer, pero... ¿Lo debemos hacer hoy?- Ella se levantó de su pecho y lo miró mientras levantaba una ceja, su expresión era burlona.
-Si, lo debemos hacer hoy, ya pasaron los tres días de mi celo y no podemos estar aquí al menos que planees que lo hagamos permanentemente, copito- Él le gruño, ella sonrió mientras se levantaba de la cama -¿Qué quieres hacer?- Cuándo le hacía esa clase de preguntas con ella desnuda frente a él, su mente tenía un corto circuito.
Luz se levanto y apareció una toalla para secar su cabello, habían paseado por todo el cuarto de baño y terminado en la cama, las sabanas revueltas ahora también estaban húmedas, Sasha seguía acostado en ellas mientras observaba como su mujer lobo aparecía unos pantalones y un suéter color gris sobre de ella, camino hasta un espejo para acomodar su cabello y después se hizo una coleta alta. Apareció una bolsa de donde sacó varias cosas para terminar de arreglarse, nunca la había visto hacer su rutina, todos esos días se limitaron a tener relaciones sexuales, comer, domir y hablar, no se habían arreglado demasiado, solo habían estado ellos dos.
-Sasha- Lo llamo ella en cuanto termino -Tenemos que irnos- Él asintió, se levantó y apareció ropa sobre de él. Luz sonrió abiertamente mientras caminaba hasta él con el cepillo en la mano -Vamos, úsalo, parece que te diste un buen revolcón- Ella le levantó una ceja para después aparecer un par de botas e ir a la cama a ponérselas, él no pudo evitar reír mientras se pasaba un par de veces el cepillo por el cabello. Él nunca había sido flojo con su aseo o arreglo personal, Astrid lo había educado demasiado bien en ese aspecto -Bien- Luz se levantó de la cama y un segundo después estuvo arreglada -Creo que ya dejamos todo en su lugar- Paseo la mirada por toda la habitación y lo miró a él -Solo faltan tus zapatos- Él apareció una botas en sus pies -Lindo lobo, muy lindo- Puso los ojos en blanco, no estaba acostumbrado a esa clase de comentarios, no le molestaba que los dijera solo frente a él, esperaba que no los dijese en público, odiaría que Remi o Zarek lo jodieran por eso -Vamos- Luz extendió su mano hacia él, él no podía transportarse solo a Katoteros, él no tenía una invitación abierta como Luz y sus hermanos.
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Una flor sin espinas
FanfictionSasha había sido perdonado por la ninfa de la justicia Lera a los catorce años, su clan había cometido el error de tomar partido en la batalla entre los Dioses Griegos y Egipcios... habían elegido a los Egipcios y los Griegos habían vencido. Toda su...