24. Lección.

97 13 0
                                    

—¿Estás de vuelta? -Ashton no tenía ni la más mínima idea de lo que su mejor amiga había pasado.

—Creerás que estoy loca. Pero, Ashton. Creo que viví una especie de sueño o lección. Nadie me conocía. Ni tu me recordabas. -el chico le miraba incrédulo, tratándo de reprimir una risa llena de burla. —Hablo en serio, esto es algo real.

—Cuando tu mamá me avisó que tenías fiebre, no me imaginé que se tratara de un caso de gravedad. - ambos comenzaron a reir.

¿Qué importaba si Ashton se reía de ella? Lo único por lo que había estado rogando era volver a su vida normal, y lo había conseguido. No podía quejarse de nada.

—Oye.. -Ashton le miró asintiendo. —A cerca de mi cita con Luke, ¿es cierto?

—Sí, ¿porqué habría de mentirte?

—No, es sólo que la mente, ¿sabes dónde es? -cuestionó con algo de pena y nerviosismo.

—Creo que el vendrá por tí. ¿Yo que debería saber? Es tu cita, no la mía. -el tono comenzaba a elevarse, y Ashton prefirió controlarse a solas para no hacer sentir mal a la persona más importante que tenía. —Hay cosas que debo hacer, nos vemos.

Y fué en ese instante que Gracie se dió el tiempo para notarlo. Ashton estaba molesto acerca de su cita con Luke. Y no estaba muy convencida del porqué.

(...)

Pasaron unas cuantas horas, y el chico rubio se apareció. Jayde había decidido no comentarle nada acerca de su experiencia, ahuyentarlo no estaba en sus planes.

(...)

Al término de la cita, Gracie desvió su camino. Quería respuestas, necesitaba saber que no había soñado todo, ni mucho menos que estaba volviendose loca.

—Dime que tu sí lo recuerdas. -Gracie irrumpió en casa de Diane, y esta la miró algo confundida al notar su presencia y desesperación. —Tú me alojaste aquí, Diane. Tú me recordabas, tú sabes lo que me pasó.

Diane lucía más confundida al avanzar de las palabras de Grace. Y entonces, ella tuvo que contarle detalle a detalle la situación. La doctora Diane, parecía no haber vivido aquellos sucesos. A los ojos de Gracie, su memoria parecía haber desvanecido.

—¿Sabes algo, Gracie? Hace meses leí un libro. Y la historia es similar. Tu lección de vida ha tenido lugar en estos últimos días que viviste. No sé en lo que crees, pero el ser que ha creado el entero universo es poderoso, y puede lograrlo todo. Sus acciones, todas tienen un propósito y objetivo. Sólo puedo darte un consejo, no menosprecies nada de lo que tienes o eres, pues ya te has dado la idea de los sentimientos que pueden embargarte al perder la vida que llevas. No pierdas tus oportunidades. Y si el mensaje, venga de donde venga, no era para tí, estoy segura que la equivocación va a servirte de algo.

Y Diane tenía toda la razón. Las personas normalmente no se toman la molestia de admirar lo bien formado que está el universo, la manera perfecta en que los sistemas trabajan o lo bella e increíble que puede llegar a ser la luna.
Cuando te distraes de los pequeños lujos y placeres de la vida, todo pierde el sentido. Y a veces, solo necesitas una lección que te ayude a abrir un poco los ojos.

—Me inquieta saber, literalmente, ¿cómo fué posible esto?

—Los mensajeros se equivocaron de destinatario. -respondió naturalmente, y Gracie prefirió no preguntar más nada. Lo que menos necesitaba era confundirse más.

in my placeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora