12 princesas bailarinas {zodiaco}

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–Ahora sí, relájense y olvídense del imbécil ese–dijo Aries–. Yo voy a tratar de averiguar todo lo que pueda sobre él.

–Aries, en verdad te lo agradecemos– fue Leah la que le dio las gracias. Ya tenía confianza con el chico luego de haber sido jurados del concurso de clavados juntos.

–Claramente no íbamos a dejarlas solas– Piscis habló en nombre de todos.

–Ya fue mucho sentimentalismo– Leo interrumpió–. Es hora de continuar con la pelea de ayer.

–¿Qué pelea?– Aria se emocionó con la simple idea de ver a alguien golpearse.

–¡Géminis contra Acuario!– Scor estaba lista para ver sangre correr.

–No, amigos yo estoy fuera– Acuario se alejó del grupo lentamente–. Tengo cosas más importantes que hacer.

–Tirarte un pedo, tal vez– se quejó Leo.

–Scor y yo apostamos por ti, tienes que ganar– Gemma puso carita de gato con botas, intentando convencer a Acuario.

–No es no. No lo haré– Acuario salió corriendo y se perdió por el pequeño bosque que había ahí.

–Oh, supongo que gané– Géminis celebró su victoria por forfeit.

–Nada de eso, ahora el anciano peleará contigo–Scor señaló a Leo.

–Reto aceptado– Leo tendió la mano a Géminis y este la aceptó. Todos los ahí presentes fueron corriendo hacia el centro de la isla, en donde habían suficiente bancas para que todos se sentaran a ver el espectáculo.  Todos a excepción de Escorpio y Capri.

–¿No te gustan las peleas?– le preguntó el chico.

–Prefiero hacer otras cosas antes que perder mi tiempo viendo a dos bebotes pelear sin razón alguna– Capri se alejó de él y caminó hacia la orilla del mar.

–¿Cómo qué?– el chico fue detrás de ella.

–Pensar– contestó ella. Capri estaba de frente al océano con los brazos cruzados, con mil preocupaciones rondando su mente.

–Se nota que eres divertida en las fiestas–el comentario sarcástico de Escorpio no le hizo gracia a la princesa.

–Perdóname por preocuparme por mi futuro– ella lo miró indignada.

–¿De qué te preocupas? Pensé que iban a buscar una forma de escapar del compromiso– el chico se veía despreocupado.

–Creo que ambos sabemos que eso va a ser muy difícil– Capri miró al piso y se mantuvo callada unos segundos–. Lo más sensato es que una de nosotras asuma la responsabilidad de comprometerse con Fulano.

–Y esa vendrías siendo tú, ¿no?– Escorpio tomó asiento en la arena.

–Soy la mayor, tengo que proteger a mis hermanas– la joven se sentó al lado de él.

–¿Y a ti quién te protege?

–No necesito que nadie me proteja, yo sola puedo hacerlo– ella lo miró desafiante.

–No lo dudo, pero creo que también deberías pensar en cómo te afecta esta decisión a ti– el chico permaneció mirando al océano.

–Gracias por el consejo, pero estoy dispuesta a sufrir las consecuencias con tal de salvar a mis hermanas de ese cerdo– Capri jamás había estado tan segura de algo.

–Y dime– ahora ya estaba mirando a Capri–, ¿tus hermanas ya saben tu plan?– cuestionó.

–No, y no lo van a saber hasta que sea necesario. Así que te pido que no digas nada de esto– la rubia lo miraba preocupada.