Voy Amarte (Danny x Vlad)

Ayudame a Olvidar

 _ Te lo dije, Daniel. _ reprendió Vlad caminando de un lado a otro en su despacho, frente al chico sentado en la silla. _ Nadie podía saber la verdad. Ahora tendré que encargarme de ella. _ dijo haciendo que Daniel le preguntara a qué se refería. Vlad se detuvo y lo miró con el semblante serio. _ ¿Quien guarda mejor un secreto? _ dijo provocando que Danny sudara frío y se pusiera de pie, enfrentando al mayor.

_ No puede... no le haga daño, por favor. _ le pidió desesperado. _ Ella es la única familia que tengo. Ella no dirá nada, se lo prometo. _ pidió este, sin cambiar la expresión del mayor. _ Hablaré con ella, no le dirá nada a nadie. 

_ Daniel, ¿te haces una idea de lo que nos pasaría si el emperador llegara a enterarse de esto? 

_ Lo entiendo, _ dijo caminando hacia él, descansando sus manos en su pecho. _ le explicaré la situación y no hablara. Es mi amiga, no hará nada que pudiera perjudicarme. Deme una oportunidad, ¿sí?, solo una. _ Vlad se mostraba reacio a aceptar, pero luego de ver la mirada azulada y suplicante de Daniel y sentir su cercanía, no pudo hacer otra cosa que aceptar. Danny saltó de felicidad y le dijo que no se arrepentiría, para después salir del despacho hacia la sala, donde estaba su amiga esperándolo sentada en el sofa. Danny caminó hacia ella mientras la veía formar un ceño fruncido en molestia y cruzarse de brazos. Sé sentó a su lado y luego de un silencio un poco largo e incómodo, habló. _ No es lo que parece. 

_ ¿Ah, no?

_ No. 

_ ¿Entonces que es?

_ Es mucho peor. _ le aseguró para luego contarle toda la verdad. Desde el cómo conoció a Vlad, hasta las condiciones de su arreglo mientras su amiga lo escuchaba en silencio, expresando su opinión con las expresiones que formaba en su rostro, las cuales cambiaban conforme iba narrando la historia, variando entre sorprendida e indignada, confundida y enojada, para finalmente cambiar a uno imposible de descifrar para el menor. _ Sé que todo esto es muy difícil de entender, pero no tenía opción. Lo comprendes, ¿cierto?

_ No. No lo entiendo, Daniel. _ el chico tragó saliva. Ella nunca lo llamaba por su nombre a menos que estuviera en serio molesta. _ De todas las cosas que pudiste hacer, ¿tenías que venderte por dinero?

_ Sam, no tuve opción. _ trató de explicarse rascando su nuca. _ Tenía hambre y me moría de frío.

_ ¡¿Y no se te ocurrió pedirme ayuda?!, _ exclamó enojada con el ceño fruncido. _ No, claro que no lo pensaste. En cambio preferiste venderle tu cuerpo y tu vida a ese... hombre. Sí te das cuenta que eres como su prostituta personal, ¿verdad? _ Danny bajó la mirada avergonzado. Nunca lo había pensado de esa forma. _ Además, ¿no te importa mucho lo que piensa Dios?, siempre te has negado a defenderte de los brabucones porque él no lo aprobaría ¿cierto?. Dime algo, ¿que crees que piense de lo que acabas de hacer?

_ Bueno yo...

_ No se como decirlo... _ dijo suspirando pesadamente. _ La verdad es que me has decepcionado. _ dijo poniéndose de pie. _ Ahora nunca podrás hacer lo que quieras, siempre vivirás atado a ese hombre. No solo le diste tu cuerpo, sino también tu libertad. _ le reprochó haciendo que se formara un ceño fruncido en el rostro del más joven. _ Deberás pedir permiso para todo y nunca podrás formar una familia. Nadie aceptaría casarse con alguien en esas circunstancias. ¡Arruinaste tu vida y no te das cuenta! _ dijo indignada de camino a la puerta principal. Danny lo pensó un momento y habló luego con desdén.

_ ¡¿Yo?!, ¿y qué hay de la gran Samantha Manson?. ¡También venderás tu libertad a cualquier hombre de renombre! _ Sam volteó y lo miró molesta. _ ¡Ni siquiera podrás elegir con quien perder tu libertad!. Te casaras solo con el hombre que tus padres elijan para ti. Tú tampoco podrás hacer nada sin su consentimiento. ¿Por qué te crees con el derecho de juzgarme?. ¡Eres igual que yo!