CAPÍTULO 8

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*Versión Paulina*
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   Me desperté, lo último que recordaba era que estaba en la sala de mi mamá cuando ella se desplomó. Noté que estaba en la habitación de Elena pero no el porqué estaba ahí,  todo me daba vueltas, tenía migraña y la boca seca, Alejo estaba a mi lado y Roberta también, pero ella estaba dormida sujetando mi mano. Cuando Alejo me vio despierta...

-Alejo- Mi amor ¿cómo te sientes?

-Paulina- ¿Qué me pasó? Solo recuerdo que mi mamá se desmayó ¿dónde está ella? ¿está bien? [Preocupada]

-Alejo- También te desmayaste cariño, seguro te impactaste al ver a tu mamá así.

-Paulina- Ay nooo, ¿me puedes traer un poco de agua? Por favor.

-Alejo- Claro, ¿quieres algo de comer? No has comido nada aparte del desayuno.

-Paulina- No, con el agua está bien.

   Alejo salió de de la habitación a traerme el agua pero se tardó mucho, debió ser porque fue haber cómo estaba mi mamá. En ese lapso de tiempo traté de recordar pero no pude, lo último era ver a mi mamá abriendo el regalo y caer,también pensé en el porqué me habría desmayado.
Al rato volvió Alejo,  pero traía algo más que el vaso de agua.

-Alejo- Mi amor, Virgina está bien,  está comiendo unos trozos de manzana y me ordenó traerte a ti también así que por favor.

-Paulina- Ay mi mamá.

   Cuando termine la manzana y me bebí el agua, Alejo me sacó de la habitación para caminar un poco y tomar aire porque según el seguía muy pálida. Nos dirijimos a jardín y luego pasamos por la florería, donde encontramos a a mi mamá.

-Paulina- Mamá! ¿Ya trabajando?

-Virginia- Mi amor! Estas bien,  qué maravilla. Discúlpame por pegarte ese susto. Estoy muy feliz, seré abuela!!

-Paulina- No te preocupes, no fue como que mataste a alguien. [Riendo y abrazandola] Mamá, voy a ir a mi casa a cambiarme de ropa, que tengo demasiado calor y al rato vuelvo.

-Virginia- Bueno, no manejes!

-Paulina- No mamá, como crees. [Poniendo los ojos en blanco] Alejo maneja. Adiós!

-Virginia- Adiós, cuídense!

   Alejo subió por las llaves del auto y nuestras cosas. Al volver me tomó del brazo porque todo me seguía dando vueltas y seguia un poco débil.

   En el camino a mi casa me fui sintiendo mejor, aparte de estar más tranquila porque ya le había contado a mi mamá y a los demás las noticias, ahora solo me falta la tonta y la más tonta, pero ellos no me preocupan. A partir de hoy solo me voy a preocupar en nosotros y esta pequeña peronista que nos va a traer mucha felicidad a casa.

   Cuando llegamos a casa, Alejo me ayudó a entrar y me llevó a nuestra habitación, me dejó recostada y se fue abajo, mientras fui al baño, me retoque un poco porque parecía muerta. Al salir del baño noté algo en la cama y cuando me acerqué eran unos boletos para España y otras cosas del hotel y todo eso, Alejo sabía como me encantaba España. No me lo podía creer, la última vez que fui fue hace 4 exactamente, fui con mi mamá a sus tratamientos, que por dicha ya superó todo. Ese viaje fue el comienzo de mi vida, durante ese viaje conocí a Alejo y quedé profundamente enamorada de él.

-Paulina- Noo! ¿En serio?

-Alejo- Era una de mis sorpresas de aniversario pero surgieron muchas noticias y lo olvidé completamente.
Estaba pensando posponerlo, ahora lo importante es la llegada del bebé.

-Paulina- Nooooo, yo quiero ir. Por favor.[haciendo cucharitas]

-Alejo- Pau pero ¿el bebé?

-Paulina- ¿Qué? Está bien [riendo] mira para que no estés preocupado podemos ir con mi mamá, Roberta y todos ellos. Además, tendremos una habitación aparte, no van a interferir con nuestros planes.

-Alejo- Siempre piensas en todo, eso te hace más sexy, ¿lo sabes? [Besándole el cuello]

-Paulina- Ay doctor es usted muy expresivo con sus pacientes,  ¿siempre lo es?

-Alejo- No con todos, solo los que me sacuden las neuronas y me alborota el corazón.

-Paulina- Ay doctor! Ahora poeta, muy conmovedor pero tendrá que esperar.

   Después de esa deliciosa charla no tuve otra opción de tomar el celular y escribirle a mi mamá para decirle que  o podría porque estaba un poco indispuesta aún. Una mentira piadosa de vez en cuando no hace mal, además lonque me esperaba era más que una razón para mentir. Cuando le mandé el mensaje me acordé de la sorpresa que le dije aquel día en el super un día antes de nuestro aniversario, era una nueva pijama que me había comprado, de esas que a él le encantan, un poco provocativa pero nada extravagante, además yo era una mujer muy recatada, no me gusta usar esas prendas especiales para hacer el amor con él,  con mis pijamas soy feliz. Me agache y tome la caja de abajo de la cama donde estaba la pijama y salí corriendo al baño, porque Alejo era capaz de agarrarme y dañar la sorpresa. Admito que dure en salir, no estaba tan segura de salir, además de estar muy nerviosa, las hormonas del embarazo ya están haciendo efecto. Al rato escucho...

-Alejo- Paulina, ¿estás bien?

   No le contesté,  sabía que se iba a preocupar y que iba a pensar que me había pasado algo y de fijo iba a tratar de abrir la puerta, comencé a oír sus pasos antes de que llegara a la puerta salí. La cara de Alejo cambió de su cara de tonto a más tonto, aunque la pijama era bastante corta lo admito.

-Alejo- No te sientes mal al parecer.

-Paulina-  Ay una mentira de vez en cuando no es malo. Además, no es mentira.

-Alejo- ah no?

-Paulina- No, si me siento mal, pero no de salud. Lo que pasa es que no me siento con energía,  entonces necesito que me recarguen.

-Alejo- Ahhhh comprendo.

   Me encanta hacerme la niña inocente con él, además a él le gusta también seguirme el juego, lo sé y se puede notar. Él sabía lonque significaba esa pijama , él relamente ya lo sabía. Entonces me subí a la cama y me acosté, comencé a llamarlo...

-Paulina- Venga doctor.

-Alejo- Paulina, ¿qué voy hacer sin ti?

-Paulina- [Risas]

   Inmediatamente comenzó a desvestirse pero yo ya quería empezar, hacerlo mío y que me hiciera suya. No tuve otra opción más que jalarlo y tirarlo sobre la cama, al verlo ahí e corría un calor por todo el cuerpo, ya  i aguantaba las ganas y él tampoco.

  Comencé por desabotonarle la camisa, cada vez que que quitaba un botón le daba un delicioso beso, hasta que llegue a su pantalón y quitárselo, hasta que quedara desnudo por completo.
Tirado sobre la cama completamente desnudo era como estar viendo las mil maravillas plasmadas en una sola y deliciosa figura, pasé mi lengua delicadamente desde su pelvis hasta llegar al cuello y seguidamente su boca, nos besamos hasta quedar sin aliento.

  Él encendía hasta la llama más profunda de cuerpo, me volvía loca
Me tomó de la cadera y me llevó hacia abajo, empezó a bajar lentamente mi pijama hasta sacarla de mi cuerpo y dejarme completamente desnuda. Alejo agarró mi mano derecha y la llevó hacia arriba, sujetándola fijamente mientras bajaba por todo mi cuerpo. Bajó hasta llegar a zona V y comenzó a tocarme delicadamente; un frío subió por todo mi cuerpo que me hacía gemir, abrir mi boca y sujetar sujetarme de las sábanas , lo disfrutaba, me encantaba.

  Alejo aumentó la velocidad, iba cada vez más rápido pero siempre con delicadeza, lo amaba. Subió por mi pelvis, lamiendo todo hasta llegar a mis labios. Pasaron minutos y estábamos satisfechos, no había hecho el amor así en días. Alejo se arrecosto en mis costillas y comenzó a tocar mi vientre, que aún no se veía ningún rastro de embarazo, pero pronto lo haría.

𝑴𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒐𝒕𝒓𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora