Capitulo 5

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Valentina POV.

Para cuando desperté estaba en el hospital. Era un lugar que podía distinguir a kilómetros, si no, ¿Por qué otra razón me dolería el brazo y tendría algo pegado a la cara?

Algo mareada me levanté y me arranqué los tubos esos que tenía en la nariz. Inmediatamente los monitores empezaron a pitar y un par de enfermeras llegaron.

- ¡Cálmese señorita! ¡No debe moverse! –me ordenó una acostándome a la fuerza

. - ¡Suéltenme! –grité desesperada. Si había un lugar que odiara ese era el hospital, lo aborrecía.

-Por favor, tranquilícese, no puede hacer fuerza, está herida –dijo la otra tratándome con más delicadeza.

- ¿Cómo que herida? Yo no tengo ninguna herida, Juliana es la que está lastimada –repliqué quedándome quieta.

-Tu amiga está bien, pero, tú tenías un corte profundo en la espalda, varios moretones en el estómago y una contusión en el cráneo, ya descartamos una hemorragia interna, pero de igual manera debes guardar reposo –explicó despachando a la otra enfermera con una señal.

Me tomé unos segundos para calmarme y repasar mentalmente lo sucedido. No recordaba nada de eso.

-Está todo bien, no te preocupes, ¿sabes qué día es hoy, linda? –preguntó revisando el suero.

- ¿Qué? No... no tengo ni idea –contesté alterándome de nuevo.

- ¿Sabes dónde estás? –inquirió leyendo la historia médica.

- ¿Cómo lo voy a saber si me acabo de levantar?

- ¿Qué edad tienes? –continuó sin mirarme.

-17.

- ¿De dónde eres?

-De la Capital. Entonces noté el acento extraño de quien me atendía.

-No estoy en la Capital ¿verdad?

-No, linda, no lo estás, ¿tienes un número en el cual podamos contactar a tus padres? ¿Algún familiar o tutor?

-Sí, claro, ¿Dónde estoy? –no reconocía el acento.

-Escribe el número aquí y me encargaré de que alguien se comunique con ellos –y se salió por la tangente.

Rápidamente garabateé los números en la hoja y se la entregué. Ya estaba a punto de irse.

- ¿Qué pasó con la chica que estaba conmigo? la que tenía rotas varias costillas... - curioseé con miedo de la respuesta.

-Está bien, está en la siguiente habitación, no te preocupes –respondió sonriendo.

- ¿Puedo verla? –pedí endulzando la voz.

La mujer, que luego entendí era una doctora, me miró con ternura. -No sé si te dejen salir –dijo entrando de nuevo.

- ¿Quién no me va a dejar salir? ¿Las enfermeras? Ordéneles que me dejen ir con ella –repliqué.

La doctora no respondió y se limitó a mirar mi brazo izquierdo.

Intenté levantarlo para mirar, pero no pude. Algo metálico chocó contra la baranda de la cama y al buscarlo descubrí que era: estaba esposada a la cama.

- ¡¿QUÉ DIABLOS ES ESTO?! –exclamé supremamente enojada.

- ¡Cálmate! –pidió tomándome de los hombros para acostarme.

- ¿Por qué estoy esposada? –insistí sin dejar de sacudirme.

- ¡Cálmate o tendré que sedarte! –advirtió.

Friends With Benefits  (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora