Capitulo 33

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Valentina POV

¿Ahora todo era normal? La verdad, no me convencía la situación, no podía evitar sentirla extraña.

Mi llegada a la escuela generó controversia, todos se enteraron de la muerte de mi madre y más de un profesor me preguntó, en voz baja, antes de entrar a clase si consideraba que estaba en condiciones para regresar al estudio. También hubo muchos estudiantes que me dieron el pésame y algunos hasta flores me dieron.

Lo sorprendente no era que se preocuparan por mí, sino el hecho de que se me acercaran y me hablaran como si fueran cercanos a mi círculo. ¿Quién les había dado el derecho de llenarme de regalos?

Sergio fue el primero que apareció para sacarme de la turba acosadora que no me dejaba entrar a la cafetería. Estaba sola, sin Juliana, porque ella en clase parecía haber olvidado mi existencia y yo no intenté hacerla cambiar de parecer. Estaba en todo su derecho de enojarse hasta la muerte conmigo, hasta yo sabía que lo que hice era... mejor dicho, si alguna vez existió una línea para mí, era esa, y la acababa de cruzar.

- Ya, abran paso, no la sofoquen, ella ya entendió que la apoyan- decía mi amigo cubriéndome con un brazo y despejando el camino con el otro.

Sabía que mi voz calmaría a las masas, las dispersaría, pero, no tenía ganas de ser Dios ese día. Por más que Sergio me abrazara podía sentir el vacío a mi lado.

Finalmente logramos llegar a nuestra mesa. Lucho, las arpías, y David ya estaban ahí.

- ¿Desde cuánto tan cercanos a nosotros? - se quejó la Vera. No fue una sorpresa que dijera en voz alta lo que yo estaba pensando.

- No lo sé, a mí también me parece muy curioso- comentó David.

Sergio no dijo nada. Él lo entendía, como yo. Porque tanto Juliana como Esmeralda socializaban con los demás al mismo tiempo que andaban con nosotros. Era obvio que la "plebe" se sintiera un poco más cerca.

Y hablando del diablo...

- Hola chicos- dijo Esmeralda sonriendo. Se sentó junto a David como siempre - ¿Cómo van? - preguntó sacando un jugo en cajita de su bolso.

- ¿No estás enterada? - inquirió mi novio pasando un brazo por mis hombros.

- No, ¿Qué pasa? He notado que todo el mundo anda más encima de Valentina de lo normal...- respondió y luego sorbió del jugo, que era con sabor a durazno, sin dejar de mirar a Lucho.

- La madre de Valentina murió hace unos días- reveló besando mi cabello.

No los estaba mirando directamente, actuaba como si estuviera muy concentrada en comerme la fruta que tenía en las manos. Adivinen cuál... pero sí noté que Esmeralda dejaba de beber su jugo con la noticia. Era extraño que no estuviera enterada, sus padres se suponían eran amigos de los míos.

- Lo siento mucho...- alargó su mano y tomó una de las mías - No sabría qué hacer si algo le pasa a mi madre, estoy aquí si necesitas hablar- agregó sonriéndome con tristeza.

Y lo decía en serio...

Me tomó algo de esfuerzo no abrir los ojos ante semejante muestra de hipocresía, pero sonaba sincera. Si no la conociera seguramente me lo tragaría, y no era fácil que yo me tragara una mentira.

- Gracias...- deslicé mi mano suavemente para no demostrar el asco que me produjo su acción.

El mundo era más sincero cuando Juliana estaba a mi diestra.

Friends With Benefits  (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora