Friends With Benefits (Adaptación Juliantina)

Capitulo 19

Juliana POV

Blanqueé los ojos ante su afirmación.

-No los controlas todo, Valentina Carvajal- dije observando su rostro a través del reflejo del espejo.

Estábamos en el baño de mujeres y ella se estaba maquillando con mucha tranquilidad. La fiesta había sido un mes antes y en ningún momento demostró molestia por el hecho de que yo estuviera con Esmeralda.

Al principio pensé que no lo sabía -tonta yo- porque nos trataba exactamente igual que antes, la única diferencia era que ya no controlaba la situación para poderse acostar conmigo. Incluso, me atrevo a decir, a veces parecía que le molestaba mi cercanía.

Lo cierto es que mi noviazgo con Esmeralda nos tomó por sorpresa a todos. Y sí, me incluyo en el plural. De repente me vi a mí misma actuando como actúan las personas cuando tienen novios o novias. Salía con ella a todas partes, la abrazaba y besaba cada que tenía oportunidad, le llevaba chocolates y la acunaba en mis brazos casi como si quisiera protegerla. Claro, al principio quería hacerlo, me preocupaba la reacción de las arpías y, sobre todo, la de Valentina. Pero nunca pasó nada. Las arpías no dijeron nada, y si lo hicieron no fue en voz alta. Valentina tampoco se pronunció, de hecho, con maestría, evitaba el tema. Y yo, obviamente, no quise preguntarle. Si la pólvora estaba fría era mejor no moverla o explotaría.

-Eso crees tú- respondió mientras se encrespaba las pestañas. Por un momento pensé que lo último lo había dicho en voz alta.

Ladeé el rostro hacia un lado como si el cambio de perspectiva me permitiera entenderla mejor. Valentina era realmente muy bonita, pero engañosa. Ese cabello castaño claro y ojos azules como el cielo daban la impresión de ser angelicales e inofensivos. Incluso, su tono de voz, siempre dulce casi disfónico. Si la mitad de cosas de las que hablara no fueran ironías, sarcasmos y órdenes, nadie sospecharía de ella. Me llevé los dedos al puente de la nariz como si me doliera la cabeza y apreté los labios hasta convertirlos en una fina línea. ¿Por qué diablos tenía que embobarme de esa forma? Ya estaba con Esmeralda, no necesitaba de Valentina. Era increíble que la ojiazul lograra engatusarme sin intentarlo siquiera.

-Ni loca me meto al equipo de porristas sólo por ir a ese estúpido viaje, yo puedo quedarme aquí, el mundo no se va a acabar con mi ausencia- declaré mirando hacia la puerta.

Tenía la sensación de que en cualquier momento se abriría.

Valentina maquillaba sus ojos con sombras verdes.

-Esmeralda irá, será una buena oportunidad para que estén juntas- comentó muy concentrada en su tarea.

Tuve que esforzarme para sostener la quijada en su lugar y no abrir la boca como una tonta. Sin embargo, fue mi expresión la que me delató.

-Que no hable del tema no significa que no esté enterada, no puedes estornudar sin que yo no lo sepa- advirtió mirándome por el espejo.

- No es eso lo que me sorprende- confesé separándome de la pared para recargarme contra el lavamanos a su lado.

- ¿Entonces? - ya sabía la respuesta, pero quería que se la dijera en voz alta.

- No pensé que te preocuparas por mi relación con Esmeralda- revelé levantando los hombros.

El rímel ni siquiera se le regó. ¿Cómo le hacía para siempre mantener esa calma inquebrantable? En muchas maneras, admiraba a Valentina. Y eso no era bueno.

Me quedé esperando su respuesta, pero ésta nunca llegó. Guardó todo el maquillaje y me hizo indicaciones de que saliéramos del baño.

- Ve haciendo maletas, en dos días nos vamos de viaje con el equipo de baloncesto- ordenó mientras se acercaba a la puerta del salón donde teníamos clase.