Capitulo 35. Especial Vera y Marcela

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Tú sabes que soy tu mejor amiga, Valentina- le dijo la morena a la ojiazul. Es decir, tres años antes de los hechos actuales - Pero...ese chico David que tanto te coquetea...me parece malas noticias- agregó bajando la voz.

Estaban en la cafetería de la escuela. Valentina ya era la reina, así que ser su amiga daba muchos créditos. Todavía no sabía nada de "sus poderes". David y Lucho eran aspirantes al equipo de baloncesto, Juliana era parte de los rezagados con los cuales Valentina ni siquiera cruzaba miradas por accidente y Marcela era una persona totalmente diferente: era buena.

La porrista la miró sin expresión. David le parecía atractivo, pero no mucho. Es decir, no pensaba en esas cosas. Su madre estaba enloqueciendo mucho por esos días y su padre prácticamente vivía con la asistente en casa.

- ¿Y qué tiene que ver que seamos amigas? - inquirió la ojiazul jugando con su comida, pero sin probar bocado.

- No quiero que pienses que lo quiero para mí o algo parecido- aclaró la Marcela.

De nuevo recibió esa mirada fría. Marcela todavía no descifraba a Valentina, llevaban juntas poco menos de un mes y fue por pura casualidad. A inicio del curso, Marcela era nueva en la escuela, y sin conocimiento de nada, en un receso se sentó en la única mesa que vio vacía y bonita, o sea, la de nuestra reina. Valentina llegó, pero no se sorprendió. A decir verdad, no tenía amigos, sólo era la mal llamada reina de la escuela, conseguía todo lo que quería cuando quería, era la segunda al mando de las porristas -la capitana de ese momento se graduaba ese año- y estaba bien. Pero, siempre sola en su mesa. Ni siquiera le pareció un atrevimiento si no, más bien, algo producto de la ignorancia. La aceptó como su amiga y como su futura recluta.

- No... ¿Cómo crees que pensaré eso? - soltó la aludida con sarcasmo sin que la otra lo notara. Se suponía que nadie lo sabía. O sea, nadie sabía que ella era lesbiana y que estaba un "poco" enamorada de Valentina. Sin embargo, la ojiazul, que tenía un sexto sentido para esas cosas, lo notó a kilómetros.

- Que bueno...porque sabes que...pues...yo te...estimo mucho- saltó fingiendo estar distraída en otras cosas.

- Claro...claro...- la otra sí que estaba pensando en otras cosas.

Un mes después de eso una estudiante fue transferida desde otra ciudad. La muy flamante Vera aparecía. De inmediato, su belleza atrajo la atención de prácticamente todos los chicos en la escuela y no demoró en recibir todo tipo de propuestas. Pero esta chica no era una cualquiera. De donde venia fue parte del grupo de las populares, una de las mejores porristas y, claro, el casi sex symbol que representaba en ese mismo momento. No fue difícil para ella notar la mesa exclusiva que, a pesar de estar ocupada únicamente por dos chicas, se notaba a kilómetros el respeto que todos les tenían. Un respeto que rayaba en el rechazo, ¿o miedo?

- Hola, soy Vera- se había acercado con su almuerzo a la mesa de Valentina y Marcela.

La morena le sonrió amable. La ojiazul apenas y la miró.

- En mi otra escuela hice parte del equipo de porristas y puedo notar que ustedes también, tal vez podrían ayudarme a entrar al equipo, les aseguro que no se arrepentirán- declaro sin poner la bandeja en la mesa.

Con el saludo pudo diferenciar rápidamente quien mandaba y esa era la aprobación que debía esperar.

- Yo no soy la capitana del equipo, ella se siente en otra parte- respondió Valentina mirando la comida, pero sin tocarla. Eran sus épocas de anorexia depresiva por todo lo que pasaba en su casa.

Friends With Benefits  (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora