Tanjiro es un omega que se aísla de la sociedad después de haber sido tratado cruelmente en su infancia debido a su sobrepeso, lo que lo lleva a vivir como un Hikikomori, sin embargo al no querer dejar sus estudios, los continúa en casa, siendo todo...
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El departamento está siendo vaciado gracias al servicio de mudanza. Tanjiro procuraba de que sus valiosos objetos estuvieran a salvo, Nezuko estaba ahí como guardaespaldas de su hermano menor.
－¿No es un poco pronto como para que vivas con Giyuu?－ ciertamente Nezuko se cuestionaba eso en su cabeza todos los días, cada hora y cada minuto, no le parecía una idea del todo buena －Además no sabemos si todas tus cosas entren－
－Nezuko, sé qué todo irá bien－ dijo Tanjiro con una emocionada sonrisa formada en sus labios －Giyuu-san es caballeroso y apuesto, apuesto que hará todo lo posible por hacerme felíz－
Tanjiro estaba en lo correcto. Giyuu tenía tres habitaciones listas para Tanjiro, para sus cosas, sobre todo lo esperaba con ansias aunque no lo demostrara, Makomo guiaba a los trabajadores en donde dejar las cosas y cómo acomodarlas, tenían bastante cuidado con las cosas de Tanjiro, la azabache tenía todo bajo control.
Mientras tanto, Tanjiro y Nezuko iban en camino hasta la casa de Giyuu con el chofer personal de la familia Tomioka llevándolos.
Tanto Nezuko como Tanjiro no se esperaban que el hogar de Tomioka Giyuu fuera tan grande, ni siquiera la casa de sus padres era tan grande como esa. El chofer bajó del auto para abrir la puerta de Tanjiro y Nezuko.
－Por favor sigan－ dijo el chofer señalando la casa del alfa que los esperaba dentro de aquella casa.
Los trabajadores seguían entrando con las pesadas cajas en sus manos, eran bastantes cosas.
Sorprendentemente toda la casa estaba reluciente y ordenada, Makomo no se percataba de la presencia de los hermanos Kamado al igual que los trabajadores que estaban cumpliendo su trabajo, Giyuu detectó enseguida el dulce aroma de Tanjiro en cuanto puso un pie en su hogar.
Para no verse desesperado se dirigió hasta los hermanos con un ritmo calmado, Tanjiro no dudó y fue enseguida hasta los brazos del azabache.
Y aunque aún a Nezuko no le convenciera la idea de que vivan juntos, siempre iba a desear que su hermanito fuera feliz. La azabache les tomó una foto sigilosamente para poder mandársela a Sumiyoshi y contarle como iba todo, aunque por supuesto que iba de maravilla para esos dos.
Pasó un buen rato hasta que se fueran los trabajadores, habían terminado acomodando todo, excepto por dos cajas que Tanjiro no les había permitido ni quisiera abrirla.
－Tanjiro, vas a vivir con mi hermano－ chilló Makomo emocionada －¿Cómo te sientes al respecto?－
－¿E-Eh?... pues...－ el pelirrojo entrelazó los dedos de sus manos mientras su rostro se iba tornando de un leve tono color rojo －Contento...－
－Aaawww－ Makomo volvió a chillar de ternura mientras agarraba las mejillas rellenas del omega －Cuida bien de mi hermano, no dudes en golpearlo si trata de hacer algo raro－
