Tanjiro es un omega que se aísla de la sociedad después de haber sido tratado cruelmente en su infancia debido a su sobrepeso, lo que lo lleva a vivir como un Hikikomori, sin embargo al no querer dejar sus estudios, los continúa en casa, siendo todo...
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Su día comienza al despertar después de una larga siesta. Al ya tener la costumbre de despertarse a las 11 de la mañana su cuerpo se siente más pesado que de costumbre, debido a que ha estado durmiendo por demasiado tiempo, pero el fuerte aroma de Giyuu lo ayuda a relajar su cuerpo.
El azabache no se separa del omega, sus fuertes brazos lo tienen inmovilizado, impidiendole a Tanjiro poder moverse de la cama, pero la verdad es que no le parece molesto, al contrario, se siente cómodo, además de sentirse amado más que nunca. El hecho de estar durmiendo con su alfa todos los días lo hace inimaginable, como en sueño, preguntándose a el mismo si está soñando o no.
Las mariposas en el estómago de Tanjiro revolotean más que nunca, mientras que una de sus orejas de hámster se dobla al hacer contacto con los labios del alfa, quien sigue profundamente dormido después de una agotadora noche de papeleo, se merecía un buen descanso después de ello.
Es peligroso seguir tan pegado a Giyuu, según el pelirrojo, ¿pero por qué?.
Por el simple hecho de que tiene miedo de que el rugido de su estómago hambriento lo despierte.
Necesita desayunar cuando antes, y es ahí cuando inicia la misión de Alejar a Giyuu antes de que se nos caiga la cara de vergüenza, con un poco de música de atraco de fondo.
Sus manos tratan de subir los brazos de Giyuu hasta su pecho poco a poco para no despertarlo, por suerte sus brazos dejan de hacer tanta presión permitiéndole safarse del agarre.
Inmediatamente corre a la cocina a preparar su propio desayuno, quería algo que en verdad le llenara el estómago tanto a él mismo como a Giyuu.
Pasando unos 30 minutos el desayuno está listo, aunque la verdad era más bien el almuerzo ya que faltaban 15 minutos para las 12:00 AM. Tanjiro volvió a la habitación para poder despertar a su alfa y poder comer juntos. Aunque ya habían pasado 2 semanas desde que comenzó a vivir con Giyuu sigue sintiéndose emocionado e inquieto, tal y como una colegiala enamorada.
Lo primero que ven sus ojos es al azabache sentado en el piso quitándose la camisa. Giyuu nota de inmediato al presencia del omega y voltea a verlo dedicándole una sonrisa.
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