La ceremonia había acabado y ya era hora de que cada facción vuelva al lugar que le corresponde. Antes de irme intente divisar a mi hermano o a alguno de mis padres pero no pude, dado a la cantidad de gente que había.
Al salir a la calle, mis nuevos compañeros de facción comenzaron a correr a lo loco. Observe la cara de mi hermana, quien estaba horrorizada. La verdad me alegro de compartir facción con ella. Al menos no estaré tan sola.
— Vamos Beatrice. — le grite a mi hermana cogiéndola de la mano y comenzando a correr.
Llegamos hasta las columnas que sostenían las vis del tren. Observe a los demás, la estaban escalando. Suspire profundamente y comencé a escalar seguida por mi hermana. Al llegar a arriba, intente calmar mi respiración pues nunca antes había escalado a tanta altura.
El tren estaba por llegar y todos los de Osadía y recién llegados comenzaban a correr en dirección paralela al tren.
— ¿Correr otra vez? — reprochó Beatrice exhausta.
— Esto es Osadía hermanita. — comenté divertida antes de empezar a correr de nuevo.
El tren había llegado y todos saltaban a su interior. El último vagón estaba a punto de llegar y opté por saltar hacia él. Una vez dentro mire hacia atrás viendo como mi hermana aun seguía corriendo. Quedaban escasos metros de vía y si no saltaba ya, se quedaría allí. Me negaba a que mi hermana quedara como una abandonada.
— Coge mi mano. — le grite extendiendo esta.
Beatrice dio un pequeño salto hacia mi cogiendo mi mano y yo tiré de ella hacia el interior. Sin querer choque con alguien cuando mi hermana entro en el vagón. Me giré encontrándome con una chica de tez morena y pelo castaño corto.
— Lo siento. — dije sonriéndole.
— Soy Christina. — se presentó con una sonrisa.
El resto del camino mi hermana y ella se lo pasaron hablando mientras yo observaba por la puerta del vagón. No podía evitar pensar en como estarían mis padres o que estarían haciendo.
Tiempo después todo el mundo se alborotó al ver como algunos de los osados saltaban del vagón. Rápidamente me levanté y me asome viendo como todos ellos aterrizaban en una azotea.
— Están saltando. — le anunció a mi hermana y la chica de tez morena.
— ¿Otra vez? — pregunto Christina.
Ambas se asomaron y después retrocedieron. Se susurraron algo y corrieron hacia delante saltando. Maldije al ver como las dos se olvidaron de mi existencia, por lo que retrocedí algunos pasos y salte hacia la azotea aterrizando sobre las piedras que había.
Segundos después todos nos reunimos alrededor de un tipo alto y rubio, quien supongo que será instructor o algo parecido. Soltó un pequeño discurso sobre la valentía que deberíamos tener.
— Si queréis formar parte de esta facción deberéis saltar de esta cornisa. — indicó el tal Eric — ¿Quién será el primero? — añadió.
Nadie se atrevía a ofrecerse por lo que sin más remedio me ofrecí. Tampoco íbamos a estar toda la mañana ahí parados esperando a que alguien se atreviese a saltar por lo que en un arrebato de valentía me ofrecí.
— Adelante. — musitó el rubio mientras me dejaban paso.
Al llegar a la cornisa me quite el abrigo gris horrendo que llevaba puesto, con algún que otro comentario que decidí ignorar. Me puse de pie sobre esta y tras algunos segundos de meditación, cerré los ojos y salte al vacío. Mi espalda no tardo en impactar contra unas cuerdas, haciéndome soltar un pequeño grito ahogado.
Respire hondo mirando hacia el cielo que dejaba ver el gran agujero del techo. Una pequeña risa genuina escapó de mi labio al pararme a pensar que realmente podía haber muerto.
Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por alguien que tiraba de la red en la que había caído. Rodé hasta el borde de aquella red hasta chocarme con unos ojos castaños oscuros que me observaban con curiosidad.
Posteriormente sus manos firmes y notablemente fuertes agarraron mi cintura para dejarme en el suelo. Nuestra diferencia de altura casi me deja sin aliento pues a penas le llegaba al pecho. Observe con detenimiento al chico que estaba parado frente a mi.
Era bastante alto, con el pelo castaño al igual que los ojos. Sus labios eran carnosos y ligeramente más grandes que los míos. Su tono de piel era algo más oscuro que el mío pero no mucho, un moreno natural bastante atractivo a mi parecer. Sin duda alguna, aquel chico era algo exótico para mi. Y no me mal interpretéis, en abnegación hay algún que otro chico guapo, pero nada que ver con él.
— ¿Cómo te llamas? — su gruesa voz me sacó del trance en el que estaba por culpa de su aspecto.
— Uhm... — a penas pude responder con un balbuceo.
Normalmente suelo tener soltura con la gente, pero ahora realmente estaba distraída hasta el punto que me había olvidado que me encontraba en mi nueva facción.
— Si es muy difícil puedes elegir otro nuevo. — volvió a hablar, esta vez, con voz más suave.
¿Por qué cambiar de nombre? Noah me gustaba y era el nombre que me había puesto mi madre. Después de todo, le debo la vida a ella.
— Noah, soy Noah. — asentí mientras le revelaba mi nombre.
— Primera saltadora Noah. — gritó a los demás osados que se encontraban en la sala.
Estos silbaron y vitorearon mi nombre a la vez con algún que otro aplauso de fondo. ¿Qué menos? Después de todo, casi muero por entrar en esta facción.
— Bienvenida a Osadía. — finalizó el joven de ojos castaños.
Si...nueva facción, nueva familia. No paraba de repetirme eso para convencerme de que había hecho lo correcto al irme de Abnegación.
✨✨✨
Podéis asesinarme si queréis, os doy todo el permiso que queráis. Aunque no tengo excusa, solo que he de prepararme oara hacer un examen del cual dependerá mi futuro :)
Dramas aparte, creo que por las noches aprovecharé para ir avanzando esta historia por lo que si, si que la voy a continuar, no de manera frecuente ni habitual por lo menos hasta las próximas vacaciones (eso no quiere decir que no vaya a actualizar antes).
Siento mucho no poder escribir todos los días ni tanto como me gustaría, pero realmente me es imposible actualizar tan de seguido. Haré todo lo posible para que podáis disfrutar de los capítulos mas a menudo.
Y una ultima cosa. He pensado que para la segunda parte del fic que abarca la película de INSURGENTE, me da paja meter a Caleb y a Tris a la vez así que uno de los dos ha de morir al final de este fic. Vosotros decidís quien ha de morir PUAJAJAJAJA :/
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Dangerous. // Tobías Eaton
Hayran Kurgu𝙎𝙪𝙨 𝙘𝙖𝙗𝙚𝙡𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙤𝙧𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙚𝙡 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙞́𝙨𝙞𝙢𝙤 𝙤𝙧𝙤, 𝙧𝙚𝙨𝙗𝙖𝙡𝙖𝙗𝙖𝙣 𝙨𝙤𝙗𝙧𝙚 𝙚𝙡 𝙥𝙚𝙘𝙝𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙟𝙤𝙫𝙚𝙣. 𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙝𝙖𝙗𝙞́𝙖 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙙𝙤 𝙚𝙡 𝙝𝙤𝙜𝙖𝙧 𝙮 𝙡𝙖 𝙥𝙖𝙯 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙖𝙣𝙩𝙤 𝙖𝙣𝙨𝙞�...