"Prologo: El comienzo."

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—¡Al fin! Las últimas cajas.

En el exterior del apartamento, se encuentra un pequeño grupo de empleados del camión de mudanza junto a Wei Wuxian, un joven casado de veinte tres años quien tenía su larga cabellera trenzado hacia un lado, vestido de un suéter negro al igual que sus pantalones y chanclas. Este joven adulto, está encargado de supervisar y ayudar con los muebles de su hogar, asegurándose que nadie le robe o rompa algo.

Mientras que su esposo: Lan Wangji, un joven adulto de la misma edad y padres de sus bendiciones, vestía de manera casual y hogareña con pantalones negros y una camisa de cuello de color crema. Este señor ayuda a los empleados a llevar los muebles en el interior de su nuevo hogar.

Actualmente son las ochos de la mañana.

Anteriormente hace dos horas atrás, empezaron a transportar los muebles al camión de mudanza de la familia Lan. Wei Wuxian se veía demacrado por madrugar y estar un poco estresado con toda esta situación, ayudando de en vez en cuando con las cargas mientras amenazaba a los empleados.

—Si veo que me falta algo en las cajas, me rompieron o mínimo, aunque sea una media me robaron... ¡Les voy a quemar sus casas! Ya les vi el rostro a todos aquí para que escapen. —El semblante serio y fulminante de Wei Wuxian, intimidaban a los empleados. — Tengo todo contado en una lista. —Mentira. — ¡Y lo cuento absolutamente todo! ¿Oyeron? Todo. Bien, ¡Buenos días!

Los empleados arrugaron sus rostros confundidos. ¿Está loco este sujeto? Desde que llegaron a esta rara familia para hacer su trabajo; Este joven en luto se moría de sueño todo el tiempo con grandes bostezos, parecía un Zombi cuando cargaba las cajas, a veces se sentaba en la silla playera para dormir juntos a unos gemelos, los tres dormitando con baba y la cabeza inclinada.

En cambio el señor Lan, tan callado y sereno, su sola presencia intimidaba sin razón a los empleados, quienes mantuvieron silencio en todo momento, concentrados en su trabajo de forma incomoda. Y así se mantuvo hasta que este joven en luto despertó y empezó a hacer guardia con una sonrisa escalofriante. Siente atento de sus acciones, grabandose sus frases de: "Los estoy observando" "Si me rompen algo, no dudare en quitarle sus billeteras" "¡Cuidado con mis tesoros que salieron caros!"

Irritante. ¡Pero lo soportarían por la buena paga!

La tragedia más grande que sucedió en esas dos horas fue: Cuando cayó repentinamente unas de las cajas del camión, provocando casi un infarte en el pobre" joven luto" llamado Wei Wuxian, quien soltó un grito agudo para luego, mirar de forma fulminante a los empleados, pensando como los matarías.

—¡¿Qué les dije, Cabrones?! —Exploto en furia. — ¡Que tuvieran cuidado con mis cosas! ¿Y qué hacen ustedes? Romperlos. ¡Lo primero que digo y lo primero que hacen! Aiya, Veamos cuánto dinero les sacare a todos ustedes, bastardos.

Con pasos firmes, se dirige en auxiliar su pobre caja: Quitándole la cinta adhesiva del medio y abriéndolo: Para su sorpresa y alivio de muchos, solo habían sabanas y pequeñas almohadillas de sus bebes. Los empleados al ver el contenido, suspiraron del alivio al igual que Wei Wuxian.

Sin vergüenza, actuó como si nada. — Que susto... —Musito. — Bueno muchachos... —Levanto la caja para llevárselo. — Falsa alarma. Sigan con su trabajo. ¡Pero, si vuelve a pasar lo mismo: No saben el gusto que tendré de sacarles dinero a todos ustedes!

El señor Lan presencio la escena desde el marco de la puerta, divertido de ver a su pareja enojado. Pocas veces presenciaba este tipo de milagros, así que observo todo sin interrumpir. Importándole poco si perdía material ya que podía reponerlo con otros nuevos. Al contrario de su pareja, quien no permitía excusas para perder o romper las cosas solo porque tenían dinero.

"Manos a la Obra" | WangXian - MDZSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora