Forever : el destino del rey Park (ChanBaek)

14-Por un beso tuyo

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"Tú intentas apartarme,

pero acabo de encontrar

mi camino de regreso.

(...)

Pero si me abrazas

sin lastimarme,

serás el primero en hacerlo.

Hay cosas de las que

quiero hablar,

pero mejor no decírtelas.

Abrázame, ámame,

tocame, cariño,

sé el primero en hacerlo"

Cinnamon girl-Lana del rey

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Chanyeol había comenzado a sufrir de insomnio.

La preocupación no le dejaba dormir y se pasaba las noches, estresado, pensando en cómo resolver la situación de su reino.

Cada idea que se le ocurría era descartada de inmediato, porque era arriesgado, por que no funcionaría o simplemente porque era muy complicado.

Por todos los cielos, tenía 15 años, no debería estar preocupándose por cosas así... Quizá no estaba preparado para gobernar un reino y de ser así significaría que se había dado cuenta muy tarde.

Con ese pensamiento lastimando su orgullo, Chanyeol salió de la cama, se vistió y salió hacia los jardines; quería caminar y despejar su mente un poco, tal vez eso le ayudaría a pensar con mayor claridad.

Estuvo caminando un rato por las solitarias veredas cuando algo llamó su atención: había alguien de pie frente a la puerta de la biblioteca.

El rey no hizo ruido, sino que se acercó con sigilo y vio como la persona abría la puerta y entraba a la biblioteca. No podría ser la bibliotecaria, porque era una mujer un tanto más bajita que la silueta sospechosa, pero nadie más tenía llave de la biblioteca. A no ser que estuvieran abriendo sin llave... Un intruso...

Chanyeol se apresuró al lugar y haciendo el menor ruido posible abrió la puerta, pero su intento por pasar desapercibido se vio frustrado debido a que al entrar un poco de luz se coló también, exhibiendolo; sin embargo, logró ver el momento en que la otra persona se ocultó con velocidad tras un estante.

-¿Quién está ahí? -Preguntó el monarca, obviamente no obtuvo respuesta. -Salga, es una orden del rey Park. -Nuevamente nadie contestó.

Chanyeol entonces avanzó en silencio hasta el estante, planeando sorprender al intruso, pero al revisar tras éste, no había nadie.

El rey frunció el ceño. Estaba seguro de que había alguien ahí. Escuchó atento y logró distinguir tenues pasos que se alejaban de él.

Siguió el sonido hasta que éste se detuvo cerca de la puerta. El rubio se paró junto al estante, esta vez estaba seguro de que la persona desconocida se había detenido al otro lado. Contó mentalmente hasta tres antes de mirar detrás del estante, encontró al intruso y su respiración se cortó al ver de quien se trataba.