Forever : el destino del rey Park (ChanBaek)

19-Fidelidad

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"Cariño, tú eres

la única persona

que estaba buscando.

(...)

Abre tu corazón a mí,

porque te puedo hacer

la persona más feliz,

no puedes evitarlo más.

Puedo sentirlo a través

de tu manera no verbal

y por tus ojos.

No puedo ocultar mi emoción.

Baby you are-Exo

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Al día siguiente, Chanyeol volvió a insistirle a Baekhyun para que se casara con él, mas obtuvo la misma respuesta. Luego el día después lo intentó de nuevo y el resultado no cambió. El día posterior a ese también insistió otra vez.

-Por favor, Majestad... Si de verdad me ama, deje de hacer esto. Tome su responsabilidad y casese con la señorita Kang. No me haga ser el culpable de que falte a su pueblo... -Luego de recibir esa respuesta tras una semana, el rey decidió dejar de insistir y anunció oficialmente su compromiso.

Dejó de insistirle a Baekhyun para que se casara con él, más no dejó de amarlo, ni de buscarlo y el sirviente tampoco se molestó en evitarlo. A pesar de las circunstancias, continuaron viéndose a diario y nada cambió entre ellos.

-Baek... Si no vas a casarte conmigo, al menos sé mi novio. -Dijo una noche mientras regresaban al palacio luego de caminar por el pueblo solitario. Sólo podían pasear así cuando todos dormían.

-Qué tonterías dice, Su Alteza. -Respondió Baek, pensando que bromeaba.

-No son tonterías, hablo enserio. -Respondió el rey, relajado, pero con seriedad en su rostro. El sirviente se detuvo y le miró.

-Debe haberse vuelto loco.

Chanyeol sonrió, divertido a pesar de la seriedad del castaño. -Escucha, eso no afecta en nada a mi pueblo, de cualquier forma me voy a casar. Y debo mencionar que acepté por que tú lo pediste. Ahora, a cambio, quiero que tú aceptes lo que yo te pido.

-Eso sería adulterio, no estoy dispuesto a participar en eso. -Resolvió el sirviente.

-Si así fuera, tú lo habrías convertido en adulterio cuando preferiste que me casara con Kang mientras te amo a ti. -Tomó su mano, sin dejar de sonreír. -Voy a casarme con esa mujer, pero no tendremos un hijo porque no pienso acostarme con ella. Y eso no es necesariamente por tu culpa, así que no te preocupes. Simplemente no deseo engañarme fingiendo ser alguien que no soy.

-Chanyeol...

-Ya lo he decidido y no voy a cambiar de opinión sobre eso. No será adulterio, Baek... Aun si me caso con la señorita Kang, mi corazón, mi mente y mi cuerpo serán completamente fieles, pero no a ella... Sino a ti.

-Si alguien lo descubre...

-Deja de ser tan correcto. Está bien hacer lo que tu corazón te diga, aunque para los demás parezca lo contrario. O dime... -Comenzó el rey, acercando al castaño a su cuerpo y posó su mano en el pecho del más pequeño. -¿No enloquece tu corazón ante mi cercanía?... -Con sus dedos rozó el cuello de Baek, haciéndole estremecer. -Ante mis caricias... -Se acercó más, hasta que sus labios casi se tocaron. -Ante mis besos...

El castaño suspiró con anhelo y, sin resistirse, terminó con los centímetros que separaban sus labios. Besó a Chanyeol con desesperación, dulcemente y con pasión. El rubio estaba en lo cierto: su corazón no podía estar quieto al tenerlo cerca, y no sólo su corazón... Todo su ser enloquecía.

La vida había sido muy injusta al hacerlos nacer en sus circunstancias, en su tiempo, en su nación... Un matrimonio entre ellos era imposible desde cualquier punto de vista, pero él mismo estaba quitándose también la oportunidad de formalizar una relación entre ellos.

No iba a seguir haciéndolo. Iba a permitirse ser feliz y escucharía a su corazón.

Permitió su noviazgo y ambos continuaron con su relación como hasta ese momento, se veían casi todos los días, hablaban, paseaban. La confianza entre ellos se había fortalecido notablemente (aún más, si es que era posible), por no mencionar el creciente amor que sentía el uno por el otro.

Ni siquiera el pensamiento del futuro matrimonio podía agobiar su felicidad. Cuando estaban juntos, sentían que nada malo podía pasarles, como si estuvieran en una burbuja que los protegía de todo mal y en la que sólo cabía la dicha.

No obstante, Baekhyun permanecía constantemente intentando ignorar un mal presentimiento que insistía en oprimir su pecho. Las cosas estaban yendo demasiado bien para ser reales.

El castaño temía que se tratara de la calma antes de la tormenta. O así pensaba hasta que el tiempo se le fue volando y cuando se percató faltaban dos días para que Chanyeol cumpliera 18 años y, por consiguiente, contrajera matrimonio con Kang Seulgi. Las cosas continuaban bien y el sirviente se convenció con la idea de que aquel presentimiento se trataba simplemente de su histeria.

-¿A dónde vamos? -Preguntó Baekhyun, entre leves risas. Luego de su habitual caminata nocturna, Chanyeol de repente había tomado la mano del más pequeño para arrastrarlo de regreso.

-Shh, sólo sigueme. -Respondió el rey, sin dar detalles.

Baekhyun casi se paralizó cuando se dio cuenta de que el rubio lo estaba llevando hacia el interior del palacio. -¿Qué estás haciendo? -El rey no contestó más que con una señal para que guardara silencio. Se detuvieron antes de doblar la esquina en cada pasillo y lograron entrar al dormitorio del monarca sin que los guardias ni nadie más se percataran. -Chanyeol, yo no debería estar aquí... -Comenzó a replicar el castaño, pero el rey le cubrió la boca, con delicadeza.

-No podría llevarte a ningún otro lado, tengo que hablar seriamente contigo... -Se paró frente a él y tomó sus dos manos. -Baekhyun... necesito que sepas y que estés seguro de que incluso si me caso con otra persona, tú eres mi único amor y voy a seguir adorandote como hasta ahora... -El rey hizo una pequeña pausa para observar el rostro confundido del castaño, se sonrojó levemente y tragó grueso antes de seguir hablando. -También, Baekhyun... Quiero demostrarte que no sólo mi corazón te pertenece... Quiero que mi cuerpo sea tuyo...

Ambos guardaron silencio por unos segundos en los que los dos se sonrojaron notablemente, antes de que el castaño se atreviera a hablar.

-Yo también anhelo lo mismo... -Murmuró Baek, con un brillo especial en la mirada y una tímida sonrisa. -Te deseo... Y quiero entregarme a ti... -Hizo una breve pausa, en la que su sonrisa se borró, enseguida levantó su rostro y le miró a los ojos. -...Pero si vamos a hacer el amor, quiero que me prometas... Que una vez que empecemos no vamos a parar. No quiero que te detengas, ni que preguntes nada, sin importar lo que veas... -Pidió.

-¿A qué te refieres? -Cuestionó el rey, sin entender.

-Prometelo... -Insistió.

-Está bien... Lo prometo...

Continuará...