Forever : el destino del rey Park (ChanBaek)

15-El mejor texto

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"¿Quién era yo

para hacerte esperar?

Sólo una oportunidad,

sólo un respiro,

sólo en el caso de que uno

deje al otro, porque tú sabes...

Te amo,

te he amado desde

hace mucho tiempo.

Y te extraño,

he estado lejos

demasiado tiempo.

(...)

Lo que quería era

que te quedarás

porque necesitaba oírte decir

te amo."

Far away-Nickelback

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Baekhyun estaba mudo, no podía producir ningún sonido ya que se encontraba anonadado y sus ojos no se despegaban de los labios de Chanyeol, suplicando internamente que éste repitiera su acción anterior. El alto lo notó y su sonrojo llegó hasta sus prominentes orejas.

-¿Puedo besarte de nuevo? -Preguntó el rey, con repentina timidez. A pesar de que con el beso anterior no hubo oposición, Chan quería escuchar que tenía el consentimiento para hacerlo otra vez.

El castaño quiso decir que sí, pero no se atrevió; quiso obligarse a decir que no, pero no lo consiguió; su cuerpo no le obedecía. Simplemente bajó la mirada.

-Baek... Aun si no dices nada, puedo adivinar que lo deseas tanto como yo... -Le obligó, con delicadeza, a levantar el rostro. -¿Sabes cómo lo sé? -El más bajo se limitó a negar, con la mirada clavada en el monarca. -Me sorprende que después de leer tanto aún no te hayas dado cuenta... -Sonrió. -El mejor texto es el cuerpo humano...

-¿Q...qué? -Preguntó Baekhyun, confundido por aquella locura.

-Me refiero a que no necesitas decir nada para expresar lo que sientes... Tu cuerpo por sí sólo me dice todo. Tus reacciones, tus movimientos, tu respiración, tu mirada. Todo te delata...

-Está usted loco...

Chanyeol rió despacio, sin saber que aquel sonido hipnotizaba aun más al pequeño sirviente. -¿Quieres que te bese otra vez? -Preguntó de nuevo.

En esta ocasión Baekhyun asintió despacio, antes de susurrar un lento "sí". Estaba ignorando a su lado racional.

El rey se apresuró a complacer al castaño, pero no consiguió su cometido.

-¿Hay alguien ahí? -Se escuchó afuera una voz varonil junto a varios pasos acercándose. La puerta estaba entreabierta, por lo que ambos se alejaron rápidamente el uno del otro.

El rubio notó que Baek comenzaba a paniquearse conforme los pasos se acercaban, así que con gran presteza tomó algunos libros al azar y se los dio al pequeño sirviente. -¿Qué hace? -Preguntó alarmado el castaño.