Capítulo 10: La oscuridad.

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Resumen: Obi-Wan se enfrenta a un Lord Sith.



























- Vader -  jadeó Amidel, con los ojos disparados hacia la figura de negro en la pista de carreras y Obi-Wan. Irradiaba un miedo putrefacto sobre la Fuerza. Todos lo hicieron, fue abrumador. Tuvo que reunir su ingenio sobre él, pero su mente luchó por conectar los puntos bajo tal coacción para empezar y luego la presencia iracunda que Obi-Wan había sentido tanto en Moraband como en Coruscant hizo contacto con su propia firma de la Fuerza. Lo golpeó como el ataque de Ryloth por el Gran Ejército de las Repúblicas. Los pequeños escudos que había podido construir para proteger a Anakin se rompieron antes de que el cuchillo vengativo se clavara en su psique. Se mordió la lengua para evitar un grito, la sangre le inundó la boca.

- ¿Obi Wan? - Amidel se aferró a sus hombros encorvados. El pandemonio aún no se había calmado, pero la multitud en las gradas no tenía adónde ir ahora. Los niños lloraban de miedo. Los sollozos resonaron en todas direcciones a través de los páramos. No tenía sentido, ¿cómo los había encontrado? Vader. No estaban listos. No estábamos preparados para esto..

Un grupo de mandalorianos con armadura completa se lanzó al aire desde las gradas, propulsando mochilas propulsoras hacia el Lord Sith. Desataron todo lo que tenían: desintegradores, cohetes de muñeca, granadas de destello. Todos ellos miraron a Vader como gotas de lluvia, sin casi ningún efecto excepto por el pie que se plantó firmemente en el suelo detrás de él para mantener el equilibrio; una línea de falla que se abrió en forma irregular desde su talón. Un cohete de muñeca salió de su curso y voló por el aire en las gradas y Obi-Wan se centró, detonándolo en el aire antes de que pudiera hacer contacto. El aire ardía caliente y brillante sobre las gradas antes de disiparse. Amidel y sus amigas caen al suelo de las gradas con un grito. Tenía que hacer algo o morirían todos.

Vader levantó una mano enguantada negra en el aire y la apretó en un puño. Las tres mochilas propulsoras del Mandaloriano se arrugaron bajo el peso de la Fuerza y ​​cayeron del cielo a su furiosa espada roja, una tras otra. Estaban muertos en segundos, miembros y cabezas esparcidos por la tierra polvorienta.

- ¡KENOBI! - El modulador de voz a través del cual habló Vader creó un sonido crudo y profundo que amplificó la presencia tiránica de los Sith -. Muéstrate o más morirán por mi sable. ¿Ese destructor estelar que ves arriba? Sus cañones orbitales están fijados en Sundari y dispararán en cinco minutos a menos que te entregues.

Como para hacer más necesario su punto, el acorazado disparó un tiro de advertencia desde su vientre. La espesa explosión del cañón verde golpeó las afueras de la ciudad abovedada con una explosión que envió una onda expansiva de aire y tierra a través del desierto.

- Amidel, ponte a salvo a ti ya tus amigos, ahora - ordenó Obi-Wan, escupiendo sangre en las gradas, la oscuridad finalmente a raya en su mente.

Podía sentirlo. Anakin estaba ahí fuera, en alguna parte, vivo pero herido. El conocimiento fue suficiente para darle la fuerza para pararse sobre sus propios pies y luchar. Porque dependía de Obi-Wan detener esto, proteger a los inocentes y a Anakin. Fue a quitarse la capa cuando recordó que ya no la usaba, sino que tuvo que quitarse la chaqueta de bombardero para una mejor maniobrabilidad. Su mano soltó el pestillo de su soporte bláster, el sable de luz se instaló en su agarre como una segunda piel. Luego reunió la Fuerza y ​​se lanzó desde las gradas; la exclamación de sorpresa de Amidel fue lo último que escuchó antes de aterrizar a un cuerpo de Vader con una lluvia de polvo.

- Imposible... -  El modulador de voz se enganchó. Obi-Wan no podía discernir nada a través del rostro con casco negro, pero podía sentir el infierno que había debajo mirándolo con tanta intensidad que le erizó la piel.

Sólo Tú (AnaObi/ObiKin) [Traducción] <Queerocracy>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora